Empiezan los primeros días de lluvia en Madrid y las paredes de la galería Elvira González entran en este otoño sin quererse despedir de la primavera. Es la sutilísima exposición dedicada a las flores y plantas de Yoshihiro Suda. Este artista japonés contemporáneo es conocido por sus esculturas hiperrealistas de plantas y flores creadas en la tradición japonesa del woodcarving. Nació en 1969 en Yamanashi, localidad al pie del Monte Fuji, donde creció rodeado de horizontes y naturaleza. En los años 90 se traslada a Tokio y ya, desde un ambiente urbano, empieza a desarrollar su interés por la botánica.
Cuando entramos en la galería hace unos días nos resultó insólitamente blanca y vacía. Podría decirse que arrancaba de nosotros un momento de recogimiento o, al menos, de sosiego lejos de la trepidante vida que quedaba del otro lado de sus paredes y, de la preciosa Plaza de la Villa de París. Al cabo de unos instantes, nos sorprendió, iluminada muy concienzudamente por su artista, una flor en forma de campana azul que parecía flotar de la pared más interior de la galería: es su "Morning Glory". Nos acercamos casi hasta rozarla, quedaba por encima de nuestra cabeza, y viajamos con la mirada llena de asombro por cada uno de sus pétalos, su tallo frágil, sus hojas. Son miniaturas vegetales talladas en madera de magnolia y coloreadas con tintes naturales.
Estas piezas son de un preciosismo que trastoca muchas fibras de nuestro interior alborotadas -y, a veces cansadas- del extremismo de algo del arte actual. Estos estudios de la naturaleza que crecen sin raíces de lo inanimado, nos hacen formularnos preguntas sobre el poder puramente estético de estas flores, desnudas de mensaje, perfectas en sí mismas y en su carácter artesanal y que fusionan los límites entre la realidad y la ilusión. Recordamos, entonces, la emoción que sentimos cuando estamos delante de las tablas y del trazo finísimo del pincel de los primitivos flamencos o, de las acuarelas y sus transparencias en los estudios de alas de pájaros de Durero. Menos ruido, por una vez, y más espacio para nuestro interior y para el silencio en este trabajo contenido.
Yoshihiro Suda coloca estratégicamente sus pequeñas esculturas -flores únicas o pequeñas hierbas en grupo- en sitios inesperados como una grieta sobre una pared o un marco de ventana. Las instalaciones, tan arraigadas en el arte contemporáneo, también forman una parte esencial su trabajo: "Creo que hay muchas maneras de exponer las obras, no sólo hay un modo tradicional de ubicarlas en un espacio, en un ángulo o iluminarlas de una manera formal y estandarizada. Yo encuentro una gran variedad de posibilidades en esquinas, recovecos y espacios altos." Y así, del suelo de esta galería madrileña, y entre las grietas de su tarima, parecen crecer pequeñas hierbas silvestres que casi estamos a punto de pisar mientras una de sus dueñas nos explica el cuidado y atención con la que artista observó por primera vez el espacio antes de colocar sus obras. Es, cuando menos sorprendente, encontrarse debajo de uno de los ventanales que dan sobre la calle General Castaños una pequeña hoja en el suelo, como si ésta se acabará de colar en la galería anunciando el final del verano. Nos obliga a agacharnos, a mirar -a admirar más bien- con la ilusión de la duda y hasta casi querer palpar los diminutos agujeritos que parece acabar de perforar el último pulgón.
La inclinación japonesa para apreciar la naturaleza, materiales, detalles y pequeños objetos está en el corazón del trabajo de Suda así como cierto vínculo con la religión.
Las flores representadas por Yoshihiro Suda son una actualización de la imagen poética de la flor del cerezo y el paso del tiempo: "En la cultura japonesa el hanami se remonta a una larga tradición y no obstante, hoy en día, la gente disfruta todavía mucho de él. Pero hay que decir que posee un profundo sentimiento religioso, con el cual yo simpatizo. La desaparición de la belleza, su futilidad, es uno de los elementos más importantes en mi obra."
Yoshihiro Suda vive y trabaja en Tokio. Su obra ha sido expuesta en galerías y museos de todo el mundo como el Contemporary Art Center, Melbourne (Australia), el Palais des Beaux Arts, Lille (Francia) o el Kyoto Art Center (Japón), en el marco de la bienal de Kioto, además de formar parte de la colección de Benesse House en la isla de Naoshima (Japón). Su trabajo fue incluido en la exposición colectiva Out of the Ordinary celebrada en el Victoria and Albert Museum de Londres. Su obra está incluida en colecciones internacionales como las de The National Museum of Modern Art de Tokio, Leeum Samsung Museum of Art de Seúl, The Art Gallery of New South Wales en Australia, The National Gallery of Canada en Ottawa, The New Art
Gallery Walsall en Birmingham y en la Colección del Museo Jumex en México.
Del 12 de septiembre al 8 de noviembre 2014 Galería Elvira González
General Castaños, 3
28004 MADRID
TEL. 91 319 59 00
- Yoshihiro Suda. Galería Elvira González. - - Alejandra de Argos -