Alejandra de Argos por Elena Cue

Autor Colaborador: Kosme de Barañano,
Director de Cátedra de Metodología de
Historia del Arte y de la Escultura

Kosme De Barañano

 

 

 

 

  6. woodstock con michelshrieve  

 

El año 2014 ha sido el año de las autobiografías de músicos de todo tipo, nunca el mundo editorial ha dedicado tantas páginas a las memorias y recuerdos de nuestros juglares. Sobre este increíble panorama editorial destaca el libro de Carlos Santana, The Universal Tone: Bringing My Story to Light (ISBN-13: 9780316244923, Little, Brown and Company, abril 2014, pp. 544). Paradójicamente  el mexicano Santana es el más  analfabeto de todos los músicos, el único que no ha pisado ni la escuela ni la universidad, sin embargo, sus recuerdos y sus ideas surgen de lo más profundo del corazón, de un corazón que late como su música y que deletrea nota a nota su pensamiento,  con la misma suavidad e intensidad que lo hace su guitarra.

Por solo citar otros ejemplos de música y memoria de este pasado año tenemos libros del guitarrista Georges Benson, Benson: The Autobiography, (ISBN-13:9780306822292,  Da Capo Press, agosto 2014, pp. 256), del pianista Herbie Hanckock, Possibililties, (ISBN-13: 9780670014712, Viking Adult, octubre 2014, pp. 352),  o de la percusionista Sheila E., con ayuda de Wendy Holden, The Beat of My Own Drum: A Memoir, (ISBN-13: 9781476714943, Atria Books, septiembre 2014, pp. 336). Sheila Escovedo, la percusionista nominada al Premio Grammy, que ha compartido escenario con infinidad de músicos, especialmente con Prince, subraya el poder curativo de la música, sobre todo para el dolor. También otro icono del pop Mick Fleetwood, con ayuda de Anthony Bozza, ha publicado Play On: Now, Then, and Fleetwood Mac: The Autobiography, (ISBN-13: 9780316403429, Little, Brown and Company, octubre 2014, pp. 352). Mick fundador junto con su amigo de toda la vida  John McVie,  de una de las bandas más exitosas del mundo, durante más de cuatro décadas, cuenta su historia: "Después de cuarenta y seis años de estar en el camino, este es el momento adecuado para mirar hacia atrás de una manera que nunca había hecho antes. Esta es la historia de mi vida en el rock and roll - y  de todo lo que la banda  ha significado para mí".

 

 1. bio 2014 

 

Las memorias de Santana ofrecen un  bello cuento sobre la  profunda determinación de un niño por vivir de su música, y  de su  auto-descubrimiento interior. Este guión se enzarza con historias personales llenas de colorido, de detalle pero sobre todo  de una lección máxima: no hablar mal de nadie y de afirmar la vida en todos sus sentidos.

Nacido en una familia muy humilde, Santana se  gana la vida antes de llegar a los diez años tocando en los bares y cabarets  de Tijuana hasta alta horas de la madrugada para ir, sin haber dormido,  a la iglesia a tocar el violín, y ver allí de nuevo, bien vestidas,  a las mismas putas de la noche. Describe las calles y los olores de su ciudad natal, Autlán, sus primeros conciertos en el bar El Convoy en Tijuana, y su traslado a San Francisco cuando era un adolescente. Con escasos veinte años despunta en 1967 en el Fillmore de San Francisco con una forma de  tocar la guitarra eléctrica que será desde entonces la suya, la singular firma de su sonido. 

 

 3. carlos 

 

Son los años en que Sergio Larrain estudia en Berkeley 1967-68 o cuando Steve Jobs también aterriza, aunque poco, por la Universidad, pero visita  centros de espiritualidad, irá a la India en 1974. Dos años más tarde, en  el histórico encuentro de Woodstock, la banda de Santana,  con el sensual sonido de su  guitarra y los ritmos latinos, será la gran triunfadora junto con Sly  Stone por un lado y por Jimmy Hendrix por otro, éste tocando en himno nacional americano. Santana sólo tenía 22 años y su fama ya no parará de crecer. Su música transcendía los géneros, era multicultural antes de que la palabra surgiera. La pasión, el alma, y esa cosa evasiva llamada por los latinos sabor (passion, soul y sabor) surgen a través de la guitarra  de Santana en ese  sonido sorprendente, por delante de su tiempo. Salir de la oscuridad del ego para compartir la alegría de la música con los demás, es el objetivo del artista. Hasta más allá del 1999 cuando con Supernatural, obtuvo nueve premios Grammy.

 

  5. woodstock agosto 1969  

 

El músico también es explícito contra el torpe nacionalismo que le quiere encerrar en la jaula de lo latino. Sobre los mariachis y la critica de que se ha acercado a lo cubano pero no a lo mexicano, Santana es claro: el es un ser multidimensional, no solo un chicano. Viajar por los diversos continentes le ha ayudado a ampliar su cross culturalidad, a ampliar horizontes y sonidos, el ser humano es multi-dimensional, no está circunscrito a una esquina, ni a un barrio. El oyó cuando niño a BB King en la radio americana que llegaba a su pueblo, y ahí encontró el camino de su corazón y de su música, no en la charanga de su padre, con la que, sin embargo, es respetuoso.

 

 4. primera banda 1969 

Santana puntea en su libro el acorde perfecto cuando traza su evolución espiritual, atribuyendo su éxito y la belleza de su música a lo que él llama el "tono universal": the “Universal Tone”: “The story behind the stories, the music behind the music.... With it you realize you are not alone; you are connected to everyone...It’s the fastest way of getting away from the darkness of ego.... It’s a blessing to be able to play from your soul and to reach many people.” "La historia detrás de las historias, la música detrás de la música .... Con él te das cuenta de que no estás solo; estás conectado a todo el mundo ...es un bendición ser capaz de tocar desde tu alma y llegar a tanta gente". Santana tiene un ductus, como lo tienen todos los grandes dibujantes de la Historia del Arte. Esta es la base en la que se reconoce a lo largo de 40 años la linea de sonido de su guitarra como se reconoce la grafía de Pontormo con ese gesto de grito, de melancolía, que le  hace distintiva, diferente de la de Rafael o Miguel Ángel, en tanto que proviene de la profundidad del alma. La forma es una estructura, que no tiene que ser una forma cerrada como una caja, puede ser elástica, o puede ser como una nube en movimiento.

Además de ese recorrido desde Tijuana a su banda de blues y rock, a las diferentes etapas de su grupo hasta el momento presente, Santana habla de su vida como compañero, como esposo, como padre, como hijo, como niño abusado, y especialmente de su deuda con otros músicos y de sus creencias religiosas y espirituales, - de John Coltrane y John Lee Hooker a Miles Davis y Harry Belafonte.  Habla de su música pero habla de su vida, de la dedicación a un camino espiritual que ha pasado por educación católica, por filosofías orientales, y otras fuentes místicas, pero también por las drogas y por la reflexión. 

 

 9. en  Queens 1979 

 

El libro es seguramente la respuesta al libro de su ex mujer Deborah Santana, Space Between the Stars: My Journey to an Open Heart. (Random House 2005) y al de Norman Weinstein, Carlos Santana. A biography  (Greenwood Press 2009). Este libro es un ejemplo del poder catártico de la escritura, como el Night Studio, de Musa la hija del pintor Philip Guston, libros para analizarse a sí mismos. De paso no entendiendo nada al prójimo, es decir, al más próximo, al marido o al padre.

 

 8. con Deborah primera esposa 197t jim marshall 

 

A veces con pequeños engaños: su experiencia con Sly Stone que parece de dos meses pero es de casi tres años (de 1969 con 18 años recién cumplidos hasta comienzos de 1972,  en ese verano se encuentra ya con Santana), sus repetidas intenciones de ir a la Universidad (para aprender español y escritura creativa) siempre abandonadas por el amor, pero no así las casas de cierto confort. Su experiencia con la intolerancia (sea de color, sea de machos) y su recurso a la religión, quizá lo más interesante de Deborah, como en la propia vida de Santana sea ese acercamiento permanente a la divinidad, a la entrega a los demás, a través del don que uno tiene de hacer música. Carlos es muy  delicado en su memoria al referirse a su ex mujer, por ejemplo, al respeto de esta relación previa señala: "whatever happened between her and Sly is in her book, and that and what was happening with me and my band had left us both needing support and consolation".

 

 10. con miles davis  1981 

Como dice Santana no es la piel sino la luz interior lo que le interesa, tener bien su energía interior, sus moléculas de luz para entregarla a los demás. El problema del texto de Deborah es el de esas  mujeres que están  a la  sombra pero que no les gusta luego ser esa parte de la sombra, y por eso la necesidad de escribir y señalar su capacidad de manejar un restaurante, sus hijos, su capacidad empresarial, su ver antes que el marido las intenciones malas de los otros, como las del gurú, etc. pero señalar y subrayar el mal carácter de Bill Graham hacia una mujer, ella, que al fin y al cabo, era una más de los líos de Sly, y lo que estaba molestando por ignorante, al querer entrar sin pagar. No digo que no sea honesta y que no esté contando su verdad pero nadie de sus psicólogos le ha confrontado con sus propias mentiras. Deborah es una persona que articula bien y que tiene una sonrisa especial, es una memoria dinámica, es interesante, bien escrita, pero ese trasfondo de mujer maltratada, engañada, es un tópico más que habrá que sacudir como se hace con las alfombras que no han sido pasadas cada cierto tiempo con la aspiradora.

 

 11. con Deborah 2011 

 

Los Santana se separaron en 2007 después de  más de treinta años juntos, con  tres hijos  que tienen ahora 25, 30 y 33 años de edad. En el 1998, la pareja estableció la Fundación Milagro, una organización sin fines de lucro que ayuda a niños y jóvenes de escasos recursos en la educación, las artes y la salud. Desde 2009  Santana vive con la baterista Cindy Blackmann. Su filosofía por un mundo mejor que proviene de los años 60, del Sun Flower, sigue siendo en el fondo la misma: mejorar el mundo, mejorar la convivencia entre los seres humanos.

 

 12.con cindy blackman 2012 

 

Aunque en su actuación en Woodstock, Santana estaba pasado de mescalina, su relación con las drogas o con el alcohol ha sido muy de pasada: su relación íntima con su guitarra le ha a sostenido a largo de todas las puertas del vicio. Aunque no toma nada, defiende la marihuana y el peyote, y critica la heroína y todo lo que viene de los laboratorios y no de la naturaleza.  En los márgenes de este periplo vital aparecen muchas muertes de gente creativa y muchos excesos inútiles. Habla de la música que le influyo, no solo de su padre y del blues, habla de Gabor Szabo, de Miles, de Shorter, de John Maclaughin, de audiciones que se pueden seguir en you tube y acompañar la lectura. Para los que les gusta y han seguido su música cuenta las circunstancias de  álbumes y actuaciones, pero también la filosofía de ser buena gente para hacer buena música, la actitud hacia la disciplina y el dominio de la técnica para decir tu verdad.  Podemos resumir su credo vital en dos frases: "Love is the light that is inside of all of us, everyone," (El amor es la luz que está dentro de todos nosotros, de cada uno de nosotros") y "I salute the light that you are and that is inside your heart." ("Saludo a la luz que tu eres y que está dentro de tu corazón)

 

 13. cubierta 1970 

 

Quizá lo único pegajoso  es que muchas lineas parecen dirigidas a sus hijos, incluso lo que escribe sobre ellos tiene un cierto halo  de hagiografía. En su conjunto es una historia profunda sobre la inspiración y sobre la audacia musical, una filosofía llena de humor de uno de los grandes que no ha perdido su sencillez. Al hablar de las relaciones personales Santana subraya que no ha querido dejar de ver las posibilidades infinitas que hay en cada persona que conoce. Como cada nota musical tiene su propia aura, de armónicos y de sobretonos, cada vida tiene un registro de singularidad y de verdad, que hay que respetar. Conviction y Charisma son las palabras con las que identifica a su madre y a su padre, son el titulo del primer capitulo del libro, pero las dos palabras en su exceso conllevan  también sus males.

 

 14. cubierta 1973  

 

Es una de las grandes biografías  de músicos actuales junto con la de  los fallecidos Jim Morrison. No one here gets out alive (1980) de Jerry Hopkins y Danny Sugerman de 1980 o Catch a Fire: The Life of Bob Marley (2006) de Timothy White. Santana ha hecho gala siempre de un espiritu de colaboración en la música y en la vida social. Inteligente siempre para rodearse de buenos músicos, de Leon Thomas a Armando Peraza,  de Buddy Miles a Whitney Shorter. Todos ellos citados en la web de su grupo. La C en Carlos, suele decir, es para la palabra collaboration. Ahora en su viaje personal por sus recuerdos ha acudido a la colaboración de dos amigos "universitarios": Ashley Kahn and Hal Miller. Kahn ha escrito previamente dos libros clave, en investigación y en resultado, sobre el mundo del jazz: Kind of Blue by Miles Davis y A Love Supreme by John Coltrane. El bateria Hal Miller además de amigo personal, ha sido el documentalista de la banda, así como uno de sus percusionistas. Miller ha dividido su vida entre giras como batería y clases historiador en la State University of New York en Albany.

 

 17. cubierta 2012 

 

Sin duda, Santana es uno de los músicos más influyentes de los últimos 50 años, un guitarrista autodidacta que ha atravesado géneros  del blues al rock, a lo latino con la rápida navegación de un genial músico de jazz. En el amplio  reino de los dioses de la guitarra, un instrumento de la segunda mitad del siglo XX, Santana se encuentra sólo y en primera linea para lo que se ha dado en llamar su "singular tono" -tanto el hecho de que se puede reconocer una canción Santana en una sola nota como el hecho de que para Santana la música y soul están interconectados. En este libro Santana nos describe los diversos tipos de profundidad en el océano del sonido, y el  acantilado en el que él bucea, para ofrecernos los corales pictóricos de su melodía.

 

 19. firmando en 2015 

Kosme de Barañano.

 

- Carlos Santana -                                                     - Página principal: Alejandra de Argos -

Autor colaborador: José Carnicero Ortiz de Solórzano,
Arquitecto

Jose Carnicero 

 

 

 

 

De todas las composiciones religioso-corales que el Greco llevó a cabo en su etapa toledana es tal vez la Resurrección que alberga el Museo del Prado la que refleje de manera más intensa -debido a la extrema verticalidad del lienzo, de proporción superior a 2/1- la inquietante e inusual espiritualidad de la que está impregnada su obra en estos años, característica esta que junto al tratamiento del color, poco y muy focalizado, le hizo convertirse a finales del XIX, tras siglos de extrañamiento e incomprensión, en uno de los referentes de la modernidad pictórica.

Resurrecion de Cristo El Greco

Esta obra, que extrema con escorzos imposibles la habitual morfología flamígera del autor, se organiza alrededor de dos ejes centrales, un marcado eje vertical con el Salvador en su ascensión a los cielos contrapuesto en imagen especular de sentido al soldado caído de espaldas y otro horizontal en el que la sorpresa y espanto que en su mitad inferior reflejan los legionarios romanos encargados de guardar la sepultura contrasta con la serena actitud, casi ajena al hecho relatado, del resucitado.

El extremo dinamismo del hombre sujeto al tiempo, y al peso de sus acciones en el devenir, en oposición al estatismo incurso en la eternidad del hijo de Dios.

Este soldado caído de espaldas genera con sus piernas un cono de diagonales que conforman las líneas esenciales de la composición y da expresión a un torbellino de desesperación y sorpresa en torno suyo, religando aún más nuestra mirada por el golpe de amarillo de su camisa que en contraposición con el rojo del manto del resucitado intensifica la verticalidad de la escena. Una impactante versión de esta figura realizada por Bacon -“mujer tumbada”- junto a lo que parece ser un gran charco de sangre, cerraba la reciente exposición del Prado a propósito del Greco y la modernidad.

El resto de los personajes de la Resurrección orbita entorno a esta figura invertida como si fueran el resultado de una explosión que arrastrara como metralla el Temor y Temblor del que hablara Kierkegaard.

Mientras repetía durante varios años, de forma constante y (poco) aplicada, la asignatura de Análisis de Formas en la Escuela de Arquitectura de Madrid tuve la oportunidad de copiar este óleo en una escala 1/3 con un bolígrafo -muchos bolígrafos Bic en realidad- y al hacerlo comprobé que podía dejar la mano sola vagando por el papel, traduciendo las líneas que el ojo me iba descubriendo en una suerte de dibujo desatento, lo cual era posible gracias a que la fina linea del bolígrafo se adaptaba con naturalidad al carácter sinuoso de las formas reproducidas permitiendo que el trazo mantuviera el carácter de un continuado esbozo.

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Cuando el esbozo fue tomando forma caí en la cuenta de una figura que ajena en forma y contenido a las demás no permitía ese tratamiento, el torso de un extraño personaje que quedaba encerrado entre tres figuras y que se veía obligado en mi dibujo, por tanto, a reflejar todos los errores de encaje que este arrastraba. Un soldado profundamente dormido, acodado contra el dorso de su mano y ajeno al barullo sobrenatural que se está desarrollando a su alrededor. Un hombre que no despierta ante el mayor y más importante asunto que al hombre le ha sido dado contemplar desde el principio del tiempo. ¿Quién será ese tipo?.

En las grandes composiciones del Greco no es extraño encontrar algún personaje desatento, como distraído del asunto que se desarrolla en su presencia, pero este legionario encasquetado y dormido como un leño no está solo desatento sino ajeno por completo a la escena. Inaudito, ¿estar presente en la resurrección de Jesús de Nazaret -hecho este que además confirma sin duda su divina filiación- y perderse el momento por un invencible sopor?, Imposible. Esa fue mi reacción cuando mal encajé al soldado entre las líneas que ya conformaban inevitablemente mi dibujo y achaqué al personaje ser respuesta a un invencible horror vacui del pintor o a una broma posterior a la ejecución de la obra en sus líneas esenciales. Pero con el paso de los años se ha ido configurando en mí una muy diferente opinión, la de que en esta escena, descrita según una leyenda medieval apócrifa que fue abandonada de la iconografía oficial tras Trento, quiso el Greco representar con ese durmiente lo más específicamente humano, el carácter esencial de nuestra naturaleza, llegar siempre tarde a la excepcionalidad que el presente, sea este cual sea, lleva de suyo.

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Si esto fuera así, el durmiente legionario sería el único personaje completamente humano de la obra, el único que al no percibir la trascendencia concurrente aún desarrollándose en su inmediata presencia da certera expresión de que desde nuestra sujeción a la temporalidad el plano de las verdades absolutas es incompatible con nuestra naturaleza.

Pero al margen de creencias y certezas, al contemplar este excepcional lienzo comprendemos que al menos -como dejo escrito Nietzsche- Tenemos el Arte para no perecer a causa de la verdad, de esa verdad suprasensible que siempre ha encontrado sabios y severos hermeneutas para alumbrar nuestra ceguera.

De ser plausible esta lectura, El Greco representaría algo que la modernidad "pese al sofisma del orbe encanallado" va camino de conquistar, que lo sagrado se exprese no más allá de la Inmanencia que somos, en este lado del espejo.

 

 

placer2

 

"El placer es aún más profundo que el dolor.
El dolor dice: ¡Pasa! 
Mas todo placer quiere eternidad.
¡Quiere profunda, profunda eternidad!"

Nietzsche, Así habló Zaratustra

Con el rostro apoyado en la ventana Alessandro miraba la noche estrellada, que despertaba en él un inexplicable anhelo de cosas lejanas y bellas. Los naranjos y los magnolios, todavía en flor, desprendían con fuerza a esa hora sus aromas. Al fondo las masas oscuras en línea recta de olivos y acacias señalaban el límite de Villa Beccarisi, la lujosa mansión siciliana de su amigo Giulio en la que pasaría también aquel verano. Alessandro recordaba su anterior visita y su hallazgo de aquél rincón escondido y secreto en el extremo del jardín, cerca del invernadero, donde una noche había escuchado besos y abrazos en la oscuridad mientras la luz de la luna creaba la ilusión de figuras fantásticas que se agitaban tras los cristales entre dulces palabras susurradas, entrecortadas por suspiros y bruscos silencios.

Como el fermentar de la tierra fértil y ardiente, allí experimentó él también el rumor misterioso de la vida eternamente creadora y destructora, esa grandeza y belleza del placer de la vida que proseguía aún, cuando al despedirse los amantes, su sombra tocaba la de ella como en un abrazo bajo el cielo azul profundo del amanecer, en el que empezaban a apagarse las estrellas. El recuerdo de aquel verano lleno de luz había seguido más vivo después en su alma que su tumultuoso presente.

 

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- "¡La experiencia del pasar y de la fugacidad incesante! -había dicho Giulio en un momento de la conversación durante la cena-. ¡Saber que nos perdemos como un viento y que somos y pasamos como el agua de un río! La percepción de este pasar continuo, cuando se piensa, ¿no suscita una inevitable resignación y angustia? El tiempo es el instrumento de la muerte, estructura última de la experiencia de la pérdida. ¡Cuántas cosas que nunca veremos ni sabremos!"

Pareció querer añadir algo más, pero se calló.

- "¿Qué es entonces la permanencia? -le había respondido Alessandro de inmediato-. ¿Tiene algún sentido el pensamiento de la eternidad (Ewigkeit)? ¿Crees que no hay ningún lugar o experiencia en los que la agitación del cambio se aquiete y se recoja lo que perdemos? Opino que no es una simple ilusión la del poeta que dice:

"Sé que una cosa no hay. Es el olvido.
Sé que en la eternidad perdura y arde
lo mucho y lo precioso que he perdido:
Esta noche, esta luna y esta tarde".

Sin embargo, ¿qué lugar podría ser ese de la permanencia, más aún, de la eternidad?, -siguió pensando luego Alessandro-. Los días tienden a igualarse en la memoria, aunque no sean iguales. Y la vida más común entre los hombres es la de una incesante pesadilla, una rutina porfiada de prescindible historia, un tiempo establecido y la espera de que el olvido nos depare un último sueño sin memoria. ¿No tenía razón Giulio? Vivir no es más que el afán de un destino soñado que quiere hacerse realidad, una historia contada por un idiota en la que el protagonista espera su final en cualquier momento en el que todo estaría por comenzar. ¿Cómo entender el tiempo como un misterioso entrecruzarse, en cada instante, de cambio y eternidad?

La tarde ardía extraña en las nubes, como si detrás de ellas se agitara un océano en llamas, un fuego divino. Estremecido por sus propias palabras y pensamientos abandonó el jardín a pesar del fuerte calor y anduvo un trecho bordeando los cultivos en dirección a la ciudad. La hierba entre los viñedos estaba salpicada de pequeñas flores sobre las que revoloteaban mariposas amarillas y blancas. Alta estaba la mies en los campos. Cada tallo se inclinaba sobre la tierra cargado de fruto. Bajo los árboles, sentados en la hierba, un grupo de campesinos descansaba unos momentos del arduo trabajo de la siega y le saludaron al pasar quitándose los sombreros. Más allá, en la alberca, unos niños se bañaban cruzando las aguas brillantes, enrojecidas por los colores del atardecer. Se deslizaban meciéndose al compás de la suave brisa, y sobre las aguas se mecían también las sombras de las palmeras, mientras del otro lado llegaba un murmullo de voces juveniles y de risas. El aire en calma sólo a veces era interrumpido por el reclamo de un pájaro.

- "Hay muchas cosas que no sabremos nunca, -se decía a sí mismo-. Tal vez por eso sea deseable incluso olvidar lo que sabemos, y conformarnos con mirar el mundo en silencio".

Continuó su paseo absorto en el paisaje, avanzando de imagen en imagen a través de un tenue juego de ideas y dándole vueltas sin parar a lo que le inquietaba:

- "La certeza del fin anima a buscar consuelo en el puro presente, a saciarse del disfrute intenso de los placeres de la vida. De este modo, la espera se nutre también de la rememoración del pasado idealizado, reconstruido a la medida de nuestros más bellos sueños. Por su ausencia de ser pasa el tiempo de largo sin pensar. El alma humana no revela sus enigmas. Cuando se le pregunta, calla".

Sin poderse desatar de esta reflexión, de nuevo un sordo aliento de fiebre turbaba la paz de su descanso. Había llegado a la orilla del mar y veía detenida, hundida en luctuosa resignación, su superficie en la que no reverberaba ya la luz del día. El sol se había puesto y oscurecía sobre la ciudad. Todo se volvía silencioso y tranquilo en aquella tarde agobiante y calurosa en la que empezaban a brillar las primeras luces dentro de las casas mientras una luna grande y blanca acechaba en el cielo. Atravesaba el barrio de los pescadores y al pasar por delante de una taberna escuchó música, cantos y el ruido de una gran fiesta. Entró y se dirigió a la barra en el momento en el que los músicos tocaban un ritmo ligero y una joven se preparaba para el baile. Su pelo brillaba de óleos perfumados, su cuerpo irradiaba la excitación de la fiesta y en la sonrisa de su boca se traslucía la sensualidad de las risas y los besos.

Bailaba descalza y embelesada, como si abrazara cuerpos invisibles que nadie veía, como si besara labios entreabiertos que se inclinaban sobre los suyos deseándola, como si sobre su cuerpo se derramaran caricias y gozara de esos cuerpos invisibles en los inusitados arrobamientos de su danza. Quizás alzaba su boca hacia frutas preciosas y dulces, y sorbía vino ardiente cuando echaba hacia atrás su cabeza y su mirada llena de deseo se dirigía hacia lo alto. Y así proseguía enajenada moviéndose, entregada al irresistible poder de lo que la dominaba.

 

 hombre 

 

Cuando la música acabó la joven se detuvo y permaneció inmóvil delante de todos. Era la expresión más viva del placer, una bella flor única que acabara de abrirse mientras una multitud de ojos la miraban ebrios de vino y de vicio. Y mientras Alessandro la contemplaba tuvo la inspiración: ¡la danza!. La relación de la vida, cuya sustancia es el tiempo, con eso que sin saber qué es llamamos eternidad sólo es comprensible desde el ancestral y heraclíteo símbolo del anillo. El sucederse de las cosas y los mundos no es más que un baile, el perímetro de una circunferencia, una rueda que gira sobre su eje, un ciclo que se repite eternamente.

- "Sólo el arte nos instruye sobre esta misteriosa relación, -empezó a razonar-. El arte simula detener el tiempo, aglutinar el gerundio del vivir y seducir con una apariencia de belleza. Si los rostros pasan como la danza, el arte fija nuestro rostro y nos devuelve la imagen de nuestra propia cara. Simula así transformar el tiempo en «eternidad», y permite al hombre seguir el antiguo consejo apolíneo: 'conócete a ti mismo'. Nuestro rostro, o sea, alguien familiar pero desconocido a la vez, nos mira desde el espejo y nos muestra todo lo insólito de nosotros mismos. Sólo es prudente dejarse llevar por lo que muestra el espejo y su indefinida multiplicación de las cosas".

Cuando con alborozo le contó su descubrimiento a Giulio, éste se quedó pensativo y tras un instante le dijo:

- "No seas ingenuo Alessandro. ¿Pero qué poder tiene el arte frente a la obsolescencia de la realidad y su reflejo espectral? No responde a la pregunta filosófica que se dirige irresistiblemente a la trama del tiempo que teje y desteje la vida. El del ser humano es el destino fatal del león enjaulado que repite un monótono camino circular sin saber que afuera hay praderas y montañas".

- "En efecto, Giulio, así es -le respondió-. Pero porque el conocimiento de un destino tan duro sería insoportable. Por eso los dioses, apiadados de nosotros, nos conceden la gracia del olvido, el consuelo de no saber. ¿Qué es un destino no sabido? El juego de niños de la libertad. Donde cabe lo imprevisible cabe la novedad y la consiguiente apertura e incompletitud. El destino es tiempo congelado, y el tiempo es la corrosión de ese destino. Este será, pues, en lo sucesivo el lema de mi vida: Convertir el ultraje de los años en una música, en un rumor, en un símbolo".

Por fin Alessandro se sintió alegre en la soledad y en la calma, y miraba horas y horas el cielo claro y vibrante dominado por pensamientos inexplicables. Sus ojos se embriagaban con los brillantes colores de los ramos sobre los que se derramaban los rayos del sol. El silencio acogía sus sueños en las horas solitarias del crepúsculo que seguían luego cuando la noche se deslizaba en su cuarto y permanecía ante la ventana sumido en las sombras. El aire volvía a estar lleno del intenso perfume del azahar y de las rosas que sobresalían por la valla del jardín, y se mezclaba con el aroma de los jazmines y las madreselvas que trepaban abrazando los troncos de los árboles.

 

- El placer y el tiempo -                                                  - Página principal: Alejandra de Argos -

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A pesar de que esta cinta de Iñárritu parece que rompe con su filmografía anterior, el cineasta sigue hundiendo sus raíces en sus orígenes y juega con una realidad  insidiosa intercalada con toques sobrenaturales de imaginarios poderes que invade la cabeza del protagonista.

Una vez más el cine nos hace pensar en la vida, el paso del tiempo, lo efímero de la fama, y como no, la fragilidad de la condición humana. 

Rodada con magistral maestría en planos secuencia, Alejandro González Iñárritu consigue que  el espectador se mantenga en la tensión que marca el paranoico y esquizofrénico protagonista que de manera magistral interpreta Michael Keaton. Nos traslada al laberintico y complejo mundo de los míticos teatros neoyorquinos, donde se mezclan el back stage con los transeúntes anónimos de Times Square. La cinta la completa un extraordinario reparto que de forma coral potencia el guión y ponen en valor todas las inquietudes de su director. Habría que preguntarse si detrás de cada uno de los personajes hay un ajuste de cuentas con el mundo del cine, del teatro, de la crítica y de esa terrible confrontación de egos que se producen en el mundo del espectáculo. 

Verdad y acción, es el juego que mantiene en la azotea del teatro Eduard Norton y Emma Stone  como las dos esferas de lo específicamente humano, la vida contemplativa y la vida activa. Stone representa la acción, el tiempo presente y señala el camino de lo que hoy importa a los actuales consumidores de imágenes, ser Trending Topic en la redes sociales, reconocer que no somos nada en un universo de miles de años y que la búsqueda del éxito es una utopía, que no nos impide seguir adelante e intentar cambiar las cosas. Frente a ella, Norton representa la seguridad irónica y mordaz del que esta en la cima del éxito y no quiere riesgos. Ambos están soberbios en sus papeles y su elección es un éxito más del film.

Otra de las apuestas que hace grande esta cinta es el sentido del humor que planea sobre todos los personajes capaces de reírse de sí mismos, consiguiendo un baile perfecto entre el drama y la comedia. Michael Keaton aporta su propio pasado en la vida real (Batman), para dar más credibilidad a la historia de todos los abismos que se abren a sus pies en esa decadencia que acompaña a la edad y a una fama ya muy lejana, en una mezcla de ansiedad por la existencia y temor al olvido.

Como ha dicho el propio Iñárritu estamos ante un metarelato, que incluye otros muchos relatos que ayudan a reflexionar sobre los cambios profundos de nuestra sociedad, a entender las mutaciones de la representación o, como lo definió Freud, a conciliar el malestar de la cultura con el porvenir de la ilusión.

La singularidad de las imágenes y la multiplicidad de sentidos a los que se abre la película, donde nada ha sido dejado al azar, incluida la última secuencia como un reto de sus guionistas a la imaginación del público. El desafío está en la capacidad del espectador de saber mirar. Godard dijo "creemos que podemos verlo todo, pero en realidad se invisibilizan miles de cosas".

 

  - Birdman ( La inesperada virtud de la ignorancia)-           - Página principal: Alejandra de Argos -

James Lord es un escritor puro, en él no hay rastro de pedantería ni intelectualismo, describe  con naturalidad, observa con sensibilidad sin pretender ser sublime. Nos cuenta su asombro ante el proceso misterioso de la creación y retrata con linea maestra al artista, al creador. Leí hace tiempo una biografía que hizo de Balthus y me pareció de una exactitud insólita. Sus libros tienen la inocencia del que contempla un espectáculo con la mirada del testigo, son los propios hechos los que van constituyendo el prodigio, el milagro, la leyenda. El escritor narra lo sucedido sin opinar, sin juzgar. Así es también su " Retrato de Giacometti". James Lord nos relata las 18 sesiones en las que posó como modelo para el escultor Giacometti.

Autor colaborador: Pedro Oriol.
Pintor
Pedro Oriol Foto 

 

 

 

 

Ernst Scheidegger

 

James Lord es un escritor puro, en él no hay rastro de pedantería ni intelectualismo, describe  con naturalidad, observa con sensibilidad sin pretender ser sublime. Nos cuenta su asombro ante el proceso misterioso de la creación y retrata con linea maestra al artista, al creador. Leí hace tiempo una biografía que hizo de Balthus y me pareció de una exactitud insólita.

Sus libros tienen la inocencia del que contempla un espectáculo con la mirada del testigo, son los propios hechos los que van constituyendo el prodigio, el milagro, la leyenda. El escritor narra lo sucedido sin opinar, sin juzgar.

Así es también su " Retrato de Giacometti". James Lord nos relata las 18 sesiones en las que posó como modelo para el escultor Giacometti. De cada sesión queda el documento en imagen fotográfica de lo pintado ese día , y así podemos ser también observadores de la evolución del retrato.

Son 18 capítulos: uno para cada sesión.

Así que nos convierte en espectadores de 18 retratos y no necesariamente el mejor es el último.

Asistimos a la tragedia del artista que siente la impotencia íntima de crear, en este caso con pintura, el milagro de la vida, el retrato total del ser humano, del ser más cercano. Cada sesión es un proceso de aniquilación y resurrección. El artista habla en voz alta, muestra su intensidad, su ilimitada ambición que choca ante el juicio despiadado sobre si mismo, o sería más exacto decir, sobre su propia incapacidad como pintor. El artista ve mucho más que lo que es capaz de expresar. Pero está la fe, el presentimiento de que la gran obra está a punto de suceder, el cazador acecha a su presa. Y cada disparo es un acierto o un fallo, quién lo sabe?

Lo que en verdad impresiona es la autenticidad de todo el proceso. ¿ Locura, genialidad, enfermedad, videncia? El resultado acaba siendo insignificante, es el viaje hacia el conocimiento, hacia la luz, hacia la esencia y el misterio lo verdaderamente importante. Los rayados trágicos, la espiral enmarañada de sus trazos, la presencia humana que aparece y se esfuma en cada sesión, esa senda iniciática y única, ese crear el mundo a cada momento y esa hecatombe diaria, nos convierte a todos, de la mano de James Lord, en testigos alucinados de dos retratos prodigiosos creándose en paralelo. Giacometti retratando a James Lord. James Lord retratando a Giacometti.

 

Giacometti John-Lord rescanned

 

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