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- Escrito por Alejandra de Argos
Judd Foundation. Photo Paul Katz/ © Paul Katz/Courtesy; Judd Foundation Archive |
Hace años quise visitar en Nueva York la Donald Judd Foundation, la que fuera casa y estudio desde 1968 del máximo representante del minimalismo. Aquella vez no pudo ser ya que transcurrieron tres años hasta que finalizó la restauración.
En la calle 101 Spring street, en pleno Soho, se levanta un maravilloso edificio de hierro fundido del s XIX. Se divide en cinco plantas tipo loft donde se distribuía la casa-estudio de Judd. "Una planta, una actividad" como decía en sus textos sobre el edificio. Y así lo distribuyó. En la planta de arriba se encontraba su dormitorio, con obras de amigos como Dan Flavin, quien instaló una espectacular escultura de fluorescentes imitando un muro de ventanas, o una escultura de metal prensado de chatarra de Chamberlain colgando de la pared. En la cuarta plantaestán el salón de entretenimiento y el comedor. La tercera está dedicada a su estudio de trabajo y exposición, en el cual destacaba un Fank Stella de grandes dimensiones y muebles de diseño.
La segunda planta es un espacio reservado a la cocina y closet para los niños con un teatro para entretener a las visitas. La entrada sirve también de exposición, allí destacaba una escultura de Carl André y obras del propio Judd.
Su filosofía de la instalación permanente es que el lugar de trabajo del artista es crucial para entender su propia obra. Por ello, pidió a sus hijos, Flavin y Rainer, copresidentes de la Fundación que mantuvieran exactamente la casa como él la dejó. En ella, además de sus propias obras, también destacan las de Larry Bell, ClaesOldenburg, un fresco de David Novros o muebles diseñados por Alvar Aalto.
Otra de sus famosas instalaciones permanentes es la que se encuentra en Marfa, Texas donde se fue a vivir en 1971. Allí, en medio del campo, pudo llevar a cabo sus principios sobre la instalación permanente y, además, acometerlos a gran escala colocando en el paisaje desértico quince cajas vacías gigantes. También se puede encontrar la Chinati Foundation creada por él y que cuenta también con obras de amigos como John Chamberlain, Dan Flavin, Claes Oldenburg o Roni Horn que siguen sus principios estéticos y de permanencia.
Donald Judd, un artista que aunque no participaba de su encasillamiento como minimalista, siempre buscaba la simplicidad de la forma y la relación de los objetos en el espacio. Lo que parece evidente es que cuanto más simple es la obra, más complejo es su significado.
Básicamente se centró en la escultura. Para Donald Judd, "el espacio real es intrínsecamente más poderoso y específico que la pintura en una superficie plana. Lo tridimensional puede adoptar cualquier forma regular o irregular, y puede establecer todo tipo de relación con el entorno o no establecer ninguna en absoluto"
La Donald Judd Foundation es un edificio amplio, de grandes ventanales que lo impregnan todo de luz y donde el suelo y las escaleras de madera antiguas le dan un toque muy decadente. La arquitectura del edificio, las esculturas, sus pinturas y diseño se unen en el espacio creando un ambiente muy especial que nos transporta a una época pasada. Es un lugar que hay que visitar más de una vez para impregnarse de todo lo que el artista quería transmitirnos.
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Foto: Alejandra de Argos |
"Aventura de una noche" fue el nombre del evento explosivo creado por Cai Guo-Quiang, uno de los artistas chinos más célebres del mundo. Consistió en un acto conceptual pirotécnico que estalló en las aguas del Sena con motivo de la "Nuit Banche" parisina. Sexo y explosivos se fusionaron en la ciudad del Amor a lo largo de una noche mágica.
Foto: Alejandra de Argos
Desde hace doce años y, en el primer fin de semana de Octubre, París alberga "La Nuit Blanche", un importante evento de arte contemporáneo. La noche empezó a bordo de un bateau-mouche en el que el artista trató de explicar la experiencia que ibamos a vivir, un ejemplo de arte efímero que se dividiría en tres fases. El escenario elegido eran las orillas del Sena, entre el museo D'Orsay y el Louvre, para percibir una experiencia romántica, elogio a Eros, en la capital del amor. Allí se congregaron miles de personas que se iban situando a lo largo del Sena.
Una vez que supimos cómo se iba a desarrollar el evento, emprendimos la marcha a lo largo del Sena. La guía fue Lulú, que portaba un farolillo rojo. El punto donde se iba a llevar a cabo el espectáculo se podría observar desde unas gradas instaladas para la ocasión. La exhibición se hizo esperar media hora hasta que llegó el alcalde de París Bertrand Delanoë, financiador del evento. Entonces empezó la primera escena, con una duración de doce minutos, medida que se estima que tienen los franceses al hacer el amor. La música estuvo a cargo de Tan Dun, compositor y director conceptual chino, de su creación The Pink, música ritual en sonido y danza. Fue grandiosa la simbiosis de la música con una espectacular explosión de fuegos pirotécnicos que expresaban el proceso de hacer el amor y su metafórica erupción.
A French Love Encounter in Cai Guo-Qiang’s One Night Stand: Explosion Event for Nuit Blanche, realized on October 5 on the Seine River, Paris, France, 2013. Photo by Thierry Nava, courtesy Cai Studio. |
La segunda escena fue el momento de los amantes, donde dos bateau-mouche, con cincuenta carpas rojas, acogían a cien personas de todas partes del mundo en un acto multicultural. Cada tienda contenía una pareja haciendo el amor. Si querían compartirlo con el espectador tenían que encender la luz y entonces podrían ser observadas las sombras desde el exterior o la tendrían apagada. Todas fueron encendidas.
Lovers’ Time in Cai Guo-Qiang’s One Night Stand: Explosion Event for Nuit Blanche, realized on October 5 on the Seine River, Paris, France, 2013. Photo by Lin Yi, courtesy Cai Studio. |
Lovers’ Time in Cai Guo-Qiang’s One Night Stand: Explosion Event for Nuit Blanche, realized on October 5 on the Seine River, Paris, France, 2013. Photo by Lin Yi, courtesy Cai Studio. |
Foto: Alejandra de Argos
A los barcos les rodeaban unas pequeñas lanchas dirigidas por unos hombres enfundados en unos trajes de luces blancas. Ellos eran los encargados de lanzar los fuegos artificiales durante quince segundos, cada vez que una pareja se daba placer. Momento en el que se provocaba una reacción emocional entre las parejas y la audiencia.
Y finalmente, pudimos disfrutar de la última explosión de unos elegantísimos y excepcionales fuegos artificiales para despedir la noche. El estado de emoción colectiva tras esta experiencia tan intensa, era enormemente palpable en el ambiente que se respiraba en las orillas del Sena. Este rio fue el otro gran protagonista de la noche, testigo de la Historia de Francia y compañero, en ambos lados del cauce, del Palacio del Louvre y el Museo D'Orsay.
Lovers’ Time in Cai Guo-Qiang’s One Night Stand: Explosion Event for Nuit Blanche, realized on October 5 on the Seine River, Paris, France, 2013. Photo by Lin Yi, courtesy Cai Studio. |
Recomendaciones:
En las mismas fechas tuvo lugar la ''Blanch Nuit'' en Toronto. Ai Weiwei, uno de los artistas chinos conceptuales más importante de nuestros tiempos, fue el encargado de crear una Colosal instalación que vale la pena ver.
http://www.thisiscolossal.com/2013/10/forever-bicycles-ai-weiwei-toronto/
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- Escrito por Alejandra de Argos
En 1999 fui a visitar el magnífico Palacio Ducal de Gubbio, joya del Quatroccento que había pertenecido a Federico de Montefeltro, Duque de Urbino. Allí en sus frías y vacías salas se exponía parte de "La colección Panza di Biumo", con obras pertenecientes a los años ochenta y noventa.
Cuadros monocromáticos impregnaban las paredes en diversos formatos, y cada artista tenia un espacio reservado para relumbrar. Podías encontrar la simplicidad y armonía de los cuadros de Ettori Spalletti, los monocromos metálicos de David Simpson, los cuadros geométricos de Ford Beckman o unos pequeños cubos de Stuart Arends que llamaban la atención por su pequeño tamaño, pintados en diversos colores y colocados en una inmensa pared donde parecía que la obra se perdía.
Panza en su libro Memories of a Collector dice que la obra de este artista de tremenda imaginación y sensibilidad no tiene ideología detrás, la única razón es la belleza de la composición y de los colores. En sus memorias hace un recorrido de como empezó su colección a partir de los años cuarenta, descubriendo los artistas mas importantes de las nuevas vanguardias americanas. En una época en que Europa no miraba hacia América, Panza introdujo en sus museos, los artistas mas destacados del expresionismo abstracto, minimalismo, pop art o arte conceptual.
En Varese cerca de Milán se encuentra el maravilloso palacio "Villa Menaflogio" la que fuera residencia hasta su muerte de uno de los grandes coleccionistas de arte contemporáneo de la historia, Giuseppe Panza. Su viuda Giovanna, su gran amor y con la que compartió su afición por el arte sigue viviendo allí. Su pasión y sus inquietudes abarcaban muchos campos, era un apasionado del arte pero también de la filosofía, la astronomía o la biología. La filosofía está muy presente en la elección de todas sus obras. Era un afirmador de la vida que no detuvo su búsqueda de la verdad.
El primer cuadro que compró para su colección fue adquirido en 1956 y fue un Tápies, del cuál le atrajo el pesimismo que desprendía hacia la vida producto del trauma social y convulsiones políticas vividas después de la Segunda Guerra Mundial y que a él también le afectaba profundamente.
En una época en la que Europa no miraba hacia el arte americano, él comenzó a coleccionarlo donde el ambiente era mucho más vital y los precios más asequibles. A finales de los años 50 comienza a comprar la espiritualidad de Rothko, la cotidianidad como forma conceptual de expresión de Rauschenbergs, la eternidad de Kline... Y ya en los años 60 se dirige hacia el arte en pura esencia, despojándolo de todo lo que sobra, adquiriendo arte minimal y arte conceptual añadiendo a su colección artistas como Donald Judd, Dan Flavin, Richard Serra, Bruce Nauman o Robert Morris. También dirige su interés por el pop art con piezas de Lichtenstein, Oldenburg o Rosenquist entre otros hasta completar una colección que sobrepasa las 2500 obras donde se puede ver representadas todas las vanguardias de la segunda mitad del s XX.
Aunque la mayor parte de su colección fue adquirida por el Museo de Arte Contemporáneo de los Angeles y el Guggenheim de Nueva York, en "Villa Menaflogio" se puede visitar su colección permanente. Lo más destacable es una zona repleta se salas cada una de ellas dedicada a una instalación de Dan Flavin, uno de los espacios permanente más extenso dedicado a este artista. En un silencio absoluto ibas recorriendo el pasillo al cual acudían las luces de las diferentes habitaciones. Entrabas en un estado místico de intensa contemplación. Como también fueron magníficas las obras de James Turrell que modificando el ambiente consiguen engañar tus sentidos, jugando con el espacio, la luz y nuestras percepciones. David Simpson, Max Cole, Fredenthal, Charlton, Beckman conviven con una de las mejores colecciones de arte africano y precolombino en este maravilloso palacio del s XVIII.
Una visita más que recomendable al museo de un hombre que intento comprender a través del arte de su tiempo, al hombre contemporáneo y las transformaciones que estaba sufriendo. Esa relación de la obra con el paso del tiempo y transmisora de las inquietudes más profundas del ser humano con su existencia, fueron el hilo conductor de este grandioso hombre y su colección.