La gran pregunta: ¿Qué sentido tiene la vida para el ser humano?
Según Viktor Frankl (1905-1997), autor del libro El hombre en busca de sentido , la respuesta sería que no hay un sentido de la vida, sino muchos, tantos como personas habitan la Tierra. No hay que buscar un sentido abstracto de la vida, sino el sentido que cada uno de nosotros le demos a la vida en cada una de las etapas de nuestro desarrollo personal; estarán determinadas por una misión, un cometido que llevar a cabo en cada momento.
El autor intenta ayudar a responder a ésta y otras preguntas existenciales a través de sus conocimientos y su experiencia en los campos de concentración nazis. Al lector le provoca una continúa y profunda reflexión.
Viktor Frankl, ( 1905-1997) fue un neurólogo y psiquiatra judío austriaco, fundador de la logoterapia; una psicoterapia centrada en el sentido. A diferencia del psicoanálisis, más introspectivo y retrospectivo, la logoterapia mira menos hacia nuestro pasado y más hacia nuestro futuro, a los valores y al sentido de la vida intentando descubrirlos en nosotros mismos.
Para Viktor Frankl "ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea realizar un valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano"
Otra faceta muy interesante y pragmática de la logoterapia es una técnica a la que llama, "intención paradójica". A través de ella, el autor ayuda a sus pacientes a luchar contra los miedos, ya que estos pueden ser la causa, a veces, de aquello que tememos. También trata de controlar la hiperintención, que es precisamente lo contrario: el excesivo deseo de algo perjudicaría, en cierta manera, su realización final. La "intención paradójica" consistiría en inducir al paciente a realizar lo que teme como método de sanación.
Todos estos conocimientos llevan implícitos su experiencia en cuatro campos de concentración nazis, hecho que Viktor Frankl comparte con nosotros en la primera parte del libro, y en la que hace un análisis en primera persona de cómo afecta psicológicamente al ser humano estar sometido a unas situaciones tan extremas y dramáticas.
Todo esto es muy estimulante en la época actual dominada por un vacío existencial y marcada por un nihilismo que afecta a parte de la sociedad de nuestro tiempo. Especialmente en lo que se refiere a la perdida de valores, tradiciones y escepticismo hacia los dogmas religiosos y hacia todo lo preestablecido.
El hombre en busca de sentido ayuda a una introspección sobre nuestra experiencia vital; nuestras capacidades, aspiraciones, deseos, limitaciones… Propone proyectarla de manera pragmática y positiva, y para así dirigirla a un proceso de desarrollo personal hacia el futuro. Y con el mismo proceder en lo relativo a los miedos e inseguridades, y tras un proceso etiológico y de aceptación, enfrentarse mejor a ellos, minimizandolos, controlandolos y transformandolos hacia un mayor crecimiento individual.