Figura destacada del movimiento minimal, el artista de origen británico, William Tucker, expone por primera vez en solitario en España una amplia representación de su obra. La selección ha corrido a cargo de un experto en estas lides, el catedrático Kosme Barañano, comisario de la muestra compuesta por más de cien piezas realizadas entre los años ochenta y principios del dos mil, que permiten al visitante comprender el proceso creativo de su obra, gracias a las maquetas y dibujos que se exhiben entre las esculturas.
Alguna de estas piezas, que a simple vista pueden parecer abstractas, en realidad son un regreso a la escultura figurativa, solo que a simple vista no se aprecia: es necesario que el espectador gire en torno a ellas, que las observe detenidamente para darse cuenta de que se trata de una interpretación que ha simplificado el concepto que representa. Según afirma el comisario en el catálogo «son masas primordiales al borde de la figuración, como grandes meteoritos caídos sobre la tierra».
Inspirado por Auguste Rodin o Medardo Rosso, a quienes dice admirar, reproduce temas clásicos de la historia y de la mitología y los reinterpreta dejando el protagonismo a la materia… y de ahí el título de la exposición de Bilbao: Tucker. Masa y figura. Del primero elogia que «era un artesano, que sabía cómo hacer sus propias esculturas. No era como la gente actual que tiene una idea y le pide a alguien que se la haga».
En sus inicios, allá por los años setenta, el artista dio preferencia a lo abstracto sobre lo orgánico mediante el uso de nuevos materiales, como el plástico. Sin embargo, a comienzos de los ochenta, vuelve a la escultura figurativa dando una interpretación simplificada. Estas son las obras que Barañano ha elegido para mostrar la forma de trabajar de Tucker: 24 obras de tamaño grande y mediano, 24 maquetas y 57 dibujos; con ello, el visitante podrá comprender cómo se ha abordado el modelado y cómo ha hecho para extraer la esencia de la materia, la fuerza vital de la masa.
Se podrá ver, por ejemplo, la maqueta de Maia, un torso femenino se brota de la tierra, cuyo original está colocado en el Paseo Abandoibarra de Bilbao, y que sugiere, como Demeter o Eve, la primitiva idea de la fecundidad.
Representando el tema de las cabezas, Homage to Rodin, Emperor o The Hero at Evening. También se hayan presentes otras cuatro cabezas denominadas Our Leader, Good Soldier, Persecutor o Sleeping Musician, o varias cabezas de caballo, denominadas simplemente Horses.
Entre las reinterpretaciones de otras obras clásicas, se han traído Night, revisión de La Noche de Miguel Ángel en la Capilla Medici, The Void, de las Manos sosteniendo el vacío de Giacometti o Chimera, inspirada en un yeso de Brancusi. Tethys, Kronos y Rhea son tres masas que representan las fuerzas telúricas y que, mediante el recurso a sus nombres míticos, Tucker consigue recrear unas fuerzas primarias antes de ser caracterizadas con sus atributos.
A lo largo de la exposición el espectador puede hacerse idea de la forma de trabajo del artista, especialmente gracias a las maquetas y a los dibujos que utiliza para ensayar y perfeccionar la obra escultórica. El autor modela en yeso o arcilla piezas que parecen inacabadas y que el espectador ha de descubrir tras una atenta observación. Barañano comenta, acerca de estos dibujos, que la distancia y la perspectiva desde la que se ven determina lo que el observador capta: «Si se aleja, puede ver manos, torsos y cabezas, pero si se acerca al dibujo, solo contempla una serie de líneas abstractas, aparentemente sin sentido».
Ha conseguido que, lo que en un primer vistazo podría parecer un simple pedazo de material inerte, mediante una reinterpretación primitiva, se conviertan en fragmentos de formas que emiten una verdadera fuerza vital… ahí están sus torsos, manos, pies o cabezas para demostrarlo.
Tucker. Masa y Figura
Del 9 de junio al 14 de septiembre de 2015
Sala BBK
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