Me entusiasma la idea, cada vez más común, de establecer diálogos entre el arte de nuestros días con nuestro pasado artístico. Esta exposición ha creado un diálogo entre el artista norteamericano Bill Viola y grandes maestros del barroco como Zurbaran, Goya, Ribera o Alonso Cano, en el que el nexo común sería la emoción.
El museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid ha sido el lugar escogido para presentar las video instalaciones que forman la muestra " Bill Viola en diálogo".
Se entiende como una reinterpretación en el tiempo de un sentimiento tan importante en nuestro estado de ánimo como es la emoción. Los vídeos se desarrollan con una lentitud que es casi imperceptible, son como cuadros vivos con una espiritualidad común con las obras que rodean a las instalaciones.
Volver a visitar la importantísima colección de arte pictórico de la Academia añade un valor inmenso a esta exposición.
El proyecto consta de cuatro video instalaciones; The Quintet of the Silent (2000), Dolorosa (2000), Silent Mountain (2001) y Surrender (2001). Todos ellos nos muestran un cocktail de intensas emociones y sufrimiento extremas, dolor y tensión que se distribuyen por las salas y conviven con la maestría de los clásicos.