Primero, meteorólogo en las fuerzas aéreas, después repartidor de correos, y más tarde guardia de seguridad; es poco probable que un artista recorra caminos tan diferentes hasta llegar al arte, tal y como hizo Dan Flavin. De sus dibujos infantiles y de su formación en el Immaculate Conception Preparatory Seminary de Brooklyn (barrio en el que nació, en 1933) pasó a alistarse en las fuerzas aéreas, donde se formó como meteorólogo, y de ahí, a la New School for Social Research para estudiar Historia del Arte, para trabajar después en la sección de correos del museo Guggenheim de Nueva York.
Primero, meteorólogo en las fuerzas aéreas, después repartidor de correos, y más tarde guardia de seguridad; es poco probable que un artista recorra caminos tan diferentes hasta llegar al arte, tal y como hizo Dan Flavin.
imagen: Dan Flavin’s Fantastic Lights, disponible en http://imgbuddy.com/
De sus dibujos infantiles y de su formación en el Immaculate Conception Preparatory Seminary de Brooklyn (barrio en el que nació, en 1933) pasó a alistarse en las fuerzas aéreas, donde se formó como meteorólogo, y de ahí, a la New School for Social Research para estudiar Historia del Arte, para trabajar después en la sección de correos del museo Guggenheim de Nueva York, y más tarde como guardia de seguridad en el American Museum of Natural History de esta misma ciudad, donde comenzó su relación más directa con el arte al conocer a artistas como Ward Jackson, Barbara Rose o Bruce Glaser, aunque empezó su obra bajo la influencia de Duchamp y del Expresionismo Abstracto. Flavin, vinculado al movimiento minimalista, inició su vida artística a finales de los años cincuenta, primero interesándose por la pintura y, más tarde, haciendo de la luz fluorescente el eje su obra y mostrando así, el papel que desempeñaban los materiales tecnológicos cotidianos en el arte.
Imagen (izquierda): Crushed can, disponible en https://www.nga.gov
Para sus primeras creaciones, utilizó la acuarela, el collage y la fotografía, con los que montó su primera exposición individual en la Galería Judson de Nueva York, en 1961, dentro del movimiento expresionista, pero dando ya sus primeros pasos en la incorporación de la luz eléctrica a sus esculturas. Es así como surge la colección Iconos (Icons Series), en 1963, formada por una serie de composiciones simples consistentes en luces verticales que consiguen destacar la energía y el color que se encierran en estas luces, y que crean una atmósfera especial que, para algunos críticos, invita al misticismo y la reflexión. La más representativa es la que dedicó al monje Guillermo de Ockham The Nominal Three (To William of Ockham) (El tres nominal) en referencia al axioma de este filósofo.
Imagen: The Nominal Three, disponible en http://www.museoreinasofia.es/
Dan Flavin, definido como «el escultor de la luz fluorescente», continuó trabajando con la luz y sobre todo con el color, ayudado por las nuevas tecnología industriales, centrado en que sus esculturas transformaran la atmósfera donde se instalasen, a través de los efectos ópticos creados por los tubos de color amarillo, azul, rosa y rojo. Surge así su obra Diagonal of May 25, dedicada a Brancusi, la primera en la que utilizó el tuvo fluorescente y con la cual queda totalmente integrado en el movimiento minimalista, presentada en la Green Gallery de Nueva York. De hecho, participó en 1966, en una exposición que se hizo sobre este movimiento en el Jewish Museum, con la obra Estructuras Primarias (Primary structures).
Imagen (izuierda): Diagonal of Personal Ecstacy (1963), disponible en http://www.examiner.com/, 10 de julio de 2012
Imagen (derecha): Dan Flavin Lights 11, disponible en http://trendland.com/
Después de estos trabajos, llegarían sus grandes instalaciones de luces fluorescentes, posiblemente la más destacada fue la que realizó para Documenta 4 en Kassel, en 1968, una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo. Después vendrían otras como la que realizó para la Galería Nacional de Canadá en Ottawa, en 1969. En estas obras, más complejas, el artista estudia también los aspectos arquitectónicos, como ocurre en Untitled, de 1968, una barrera de neones que cierra la propia sala a la que ilumina.
La lógica evolución de su obra se iba haciendo cada vez más compleja, más grande. En 1974, la Dia Art Fundation, no solo adquirió numerosos trabajos del artista, sino que estuvo dispuesta a financiar sus más ambiciosos proyectos, como por ejemplo, sus trabajos exteriores para el Kunstmuseum Basel, en 1975. A este le siguieron, entre otros, la iluminación de las vías del tren de la Gran Estación Central de Nueva Yor (1977) y la instalación permanente hecha para la Iglesia Baptista de Bridgehampton, sede de lo que después sería el Instituto de Arte Dan Flavin, creado en 1983 para mostrar su trabajo de forma permanente. Posiblemente, estos fueron excelentes «ensayos» para la que fue su obra más importante de las hechas a gran escala, la iluminación de la magnífica construcción que Frank Lloyd Wright diseñó para el Guggenheim Museum de la ciudad neoyorquina, y que Flavin realizó para conmemorar su reapertura en 1992. Otras de sus intervenciones en la arquitectura fueron las que realizó por ejemplo para el Hamburger Bahnhof de Berlin, la Chianti Foundation in Marfa, Texas, y la iglesia de Santa Maria Annunziata, en Milan, todas en 1996.
Imagen (izquierda): Dan Flavin, disponible en http://baseljournal.ch/
Imagen (derecha): The Guggenheim NewYork, disponible en http://inewsdesign.com/, 10 de junio de 2013
A lo largo de estos años, se fueron realizando diferentes exposiciones en distintas lugares del mundo. Por ejemplo, en nuestro país, el Museo de Arte Reina Sofía organizó una importante retrospectiva que hubiera sido la primera desde la que se llevó a cabo en 1969. Sin embargo, no fue reconocida como tal por el artista, al situarla, exclusivamente, dentro del movimiento minimalista, algo que no convenció al escultor, quedando este «honor» para la exposición celebrada años más tarde en París, en 2006, como parte del proyecto organizado por la Dia Art Foundation de Nueva York, en colaboración con la National Gallery of Art, de Washington, en 2004, viajando después a Fort Worth (Texas) y a Chicago. Otra de las ocasiones en las que se pudo contemplar la obra de Dan Flavin en España fue en la galería Helga de Alvear, de Madrid, donde se expusieron cinco piezas del artista creadas entre 1990 y 1995.
Dan Flavin moría en 1996 en la ciudad en la que había nacido, Nueva York, dejando atrás un legado que él consideraba menos «un hacer» y mucho más «un pensar», y así lo explicaba después de crear su obra Diagonal: «Me gusta más el arte como pensamiento que como trabajo. Lo he afirmado siempre (...). Es una proclamación: el arte es pensar».
imagen: Dan Flavin Mumok, disponible en https://artpjf.wordpress.com