"Ensalada de muerte con salsa rosa"
Al contrario que a la mayor parte de personas no me cuesta reconocer que disfruto hablando de mí. Sin embargo, querido adicto al arte, no pienso aburrirle con un currículo de INEM redundando en si gane tal premio o tal otro o expuse en no sé dónde. Estoy atufado por el pestazo de la cosa contemporánea que empuja a los artistas a encajar en una maquinaria de multinacional donde triunfa lo políticamente correcto (incluida su incorrección) y los méritos burocráticos.
A mí me va más la jarana, el estilo clásico de artista de arrabal, ocurrente y degenerado, engendrado en una pescadería y cuya escuela es la calle, todo en plan teórico por supuesto.
Escena encantadora en la provenza"
Para formarme he consultado oráculos en gabardina, médiums que compartían despachitos con abogados de oficio, reventas y maletas, divorciadas necesitadas, contables del hampa, menudeadores profesionales, palmeros y capillitas, marqueses con lamparones, reponedores de Carrefour, algún que otro agente de las fuerzas del orden y en definitiva cualquier persona que tenga algo mínimamente interesante que contar.
Discrepo diametralmente con aquellos que piensan que el arte reside en cursis discusiones formales, intelectas, redichas e inmarcesibles. Me va el bacalao y esa bonita ruta hasta Valencia repleta de quinquis y desdicha.
"Amantes del rovellons ante su hallazgo de vestigios aztecas"
Sé que estos desvaríos son peligrosos, mi frenólogo de cabecera insiste en que no debería apuntar tan alto, asegura que mi cabeza tiene la morfología de un cochero, y que eso de ser artista es demasiado para alguien como yo. Mi madre coincide en el diagnóstico. Es más cuando por la noche Mindi y yo acostamos a los niños, el “come come” de la conciencia se me hace insoportable, y entre pucheros me conjuro ante Dios y mi núcleo familiar para jurar en vano que a primera hora seré otro hombre, mejor, mucho más solvente y con unas terribles ganas de morir de sopor en un puesto de trabajo normal.
Es una lástima que eso me dure solo hasta la lectura de la contra del As y el escueto biopic de la maciza del día. La socarronería propia del senado del pueblo, el bar, me embriaga, los efluvios del torrente de la vida me arrastran y cuando me quiero dar cuenta estoy apostando con mi primo el polaco en un semáforo el color del próximo coche que se parará.
"Extraño suceso en Mataró"
Si la mala conciencia se vuelve a apoderar de mí, me repeino con saliva y me arrastro a pedir dinero a mis familiares y amigos para producir una obra definitiva que prometo nos convertirá a todos en millonarios y propietarios de una promoción de adosados en “Marina D’Or”.
A veces, ciertos agentes del arte sienten la tentación de alentarme, bien comprando, bien exponiendo mi trabajo. Es lamentable que la fatalidad del sino sea tan contagiosa. Me siento como el caballo de Atila. Los incautos que me ayudan se arruinan, se divorcian o tienen juicios y los ganan.
"Funcionarios de la Generalitat representando el saqueo de Bizancio el día de la Diada"
En mis días iluminados peregrino de rodillas hasta el portal de casa, me levanto para alcanzar el botón del ascensor y cuando Mindi, atenta al timbre, abre la puerta, le hablo de esta manera:
-Oh Mindi querida, exuberante esposa, calla, déjame hablar, soy un maldito, parecido a los que Henry Miller describía en su “Trópico de Capricornio” ¿o ese era Bukowsky? Es igual. Maldito fue Cervantes que decían que era manco aunque no lo era, o Góngora y la nariz que arrastraba, Goya sordo, Picasso calvo ¿Amor mío, acaso no te reconforta la idea de que cuando nuestros hijos ingieren el indigesto cartón están forjando la leyenda de unos derechos de autor cuya rentabilidad no tendrá parangón? ¿No será nuestro sacrifico, sí Mindi, tuyo y mío, de los dos, la inmolación necesaria de dos mártires a cambio de la eternidad y el patrocinio de nuestras filiales? Abrázame vida mía.
"Infancia de un contable"
Entre sollozos lastimeros nos limpiamos las lágrimas el uno al otro y las enjugamos en la bañera para ahorrar agua.
En fin, poco más hay que contar, la historia de siempre, chico conoce chica, chica le descubre en la cama con un doverman, etcétera…
Espero que este relato fidedigno haya enardecido el corazón del inversor más recalcitrante y encuentre en mi infortunio su negocio.
"Jurado de miss Tarragona en bikini"
Sólo me queda decir que la galería “Contrast” de Barcelona ha tenido a bien organizarme una exposición para el próximo otoño donde desplegaré todo mi arsenal narrativo y ojo clínico. Tras un ritual de posesión, remontaré el río Ebro en el cuerpo de un ortodontista de Badalona apellidado Barrufet, todo documentado en una serie de pinturas al óleo cuya precisión, sin duda, les recordará a los grandes maestros.
"Un Navarro de Reus"
"Rogativa por el seny"
"Amantes del rovellons ante su hallazgo de vestigios aztecas"
"Monserrat"
"Gerente de la central de Vandellós"
Datos de contacto: http://www.inigonavarro.es
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