Con esculturas de cuerpos imperfectos, conflictos sexuales identitarios, personajes icónicos de nuestro tiempo, autorretratos poseidos por las emociones, la belleza de las flores... Marc Quinn (Londres, 1964) que formó parte del grupo de los Young British Artist, crea una conmovedora crónica de nuestra época. La dualidad de lo físico y lo espiritual es abordado en un discurso que transciende la mera representación. Este próximo miércoles, el artista, de paso por Madrid, inaugurará su exposición Marc Quinn: Thames River Water en la galería Ivorypress. En ella econtraremos libros de artista y pinturas que tratan de su exploración sobre el impacto y la relación del hombre con la naturaleza.
Autor: Elena Cué
Marc Quinn. Foto: Nick Harvey
Con esculturas de cuerpos imperfectos, conflictos sexuales identitarios, personajes icónicos de nuestro tiempo, autorretratos poseidos por las emociones, la belleza de las flores... Marc Quinn (Londres, 1964) que formó parte del grupo de los Young British Artist, crea una conmovedora crónica de nuestra época. La dualidad de lo físico y lo espiritual es abordado en un discurso que transciende la mera representación. Este próximo miércoles, el artista, de paso por Madrid, inaugurará su exposición Marc Quinn: Thames River Water en la galería Ivorypress. En ella econtraremos libros de artista y pinturas que tratan de su exploración sobre el impacto y la relación del hombre con la naturaleza.
Marc Quinn. Toxic Sublime 2016. Collagraph print. Courtesy © Marc Quinn studio
¿Podría hablarnos de ella?
Es una exposición que incluye cuadros y esculturas, y también un libro que he hecho para Ivorypress. Se le llama libro, pero es más bien una escultura, porque cuando lo abres tiene cinco metros de largo, como una corriente de agua que serpentea por una habitación. Lo puedes doblar como un acordeón para que sea también un libro.
Se refiere a que este libro de artista está basado en su último trabajo The Toxic Sublime and River Paintings. ¿A que llama usted Tóxico Sublime?
Así es, básicamente tratan de nuestra mirada a la naturaleza. Me interesa Turner, Friedrich y esos pintores del siglo XVIII de la naturaleza sublime. Pero, en realidad, ya no se puede pintar así, porque nuestra relación con la naturaleza está muy corrompida por la intervención humana. Me preguntaba cómo pintarla de una manera distinta. Así que fotografié el amanecer y el mar, y empecé a pintar sobre ellos con espray: el tipo de pintura que asociamos con el entorno urbano. Después rocié con espray la basura que encontré en la playa para hacer impresiones sobre la pintura. Cuando terminé, llevé el lienzo por las calles de Londres y, usando una lijadora, cogí las impresiones texturizadas del suelo y de las tapas de las alcantarillas de metal que protegen la entrada de las tuberías que van al río y a través de las que fluye el agua. Hay una especie de ímpetu en la naturaleza de nuestra interrelación con ella. Por tanto, tenemos esa belleza, que es como una sorpresa tóxica, como cuando vemos un poco de gasolina en el suelo y como se transforma en colores, o si observamos el sol a través de la nube de contaminación, los colores resultarán mucho más fuertes. Se trata de la idea que relaciona la belleza de la naturaleza en un medio tóxico.
Bella contradicción...
La intervención humana en la naturaleza parece terrible y hermosa. Se trata de aceptar las contradicciones de la existencia. Es interesante para mi reflejar el mundo a través de mi arte.
Esta obra requiere un largo proceso
Así es. Y el libro se hizo de la misma manera: llevé todo el libro hasta el curso del agua. Y cada libro es único; hay cuatro.
En su obra subyace un discurso sobre la extrema fragilidad de lo orgánico, con las flores y el cuerpo como protagonistas. ¿En que medida revelaría esto un interés por la muerte?
Creo que lo que dice de la muerte es correcto, pero es mucho más interesante cuando se trata de la vida, la muerte es bastante aburrida. Pero provoca una sombra, que hace que la vida parezca más tridimensional.
Marc Quinn. Self 2006. Courtesy © Marc Quinn studio
En Self, serie de autorretratos repetidos cada cinco años, congela cinco litros de sangre extraidos de su propio cuerpo poco a poco, con los cuales rellena el molde de su cabeza, ¿de qué trata esta obra?
Podría parecer que la cabeza que está hecha con sangre esté relacionada con la muerte, pero, en realidad se trata de la vida, de la manera en que tu cuerpo se vuelve a crear. Hay la misma cantidad de sangre en la escultura que en todo mi cuerpo. Por tanto, los dos existen juntos, y significa que mi cuerpo ha vuelto a producir esa misma cantidad de sangre. Está congelada con la forma de mi cabeza pero también está hecha de mi. Si la desenchufas, se convierte en un charco de sangre y la forma desaparece, símbolo de la extrema fragilidad de la vida natural. De la misma manera que si alguien muere, ¿adónde va? Nunca vas a obtener una respuesta. Amo la vida. Se deberían ensalzar todos sus aspectos, los difíciles y también los fáciles. Bueno, puede que ensalzar no sea la palabra correcta. Meditar sobre la vida, a lo mejor…
Marc Quinn. Eternal Spring (Lilies) 1998. Courtesy © Marc Quinn studio
En su serie Eternal Spring también congela, pero aquí flores en la plenitud de su forma, con aceite de silicona. La vida de estas obras también dependen de un enchufe para manterse, ¿Cuál es su necesidad emocional o conceptual de hacer este tipo de obras?
Me interesa mucho la manera en que los seres humanos crean las sociedades: cómo vivimos en ella y también en un cuerpo. Por tanto, las esculturas congeladas solo pueden existir donde hay electricidad, es decir, son dependientes de la existencia de una sociedad. Si fueramos a una zona de guerra, como a Siria por ejemplo, lugares en los que la sociedad humana se rompe, estas esculturas desaparecerían. Ya que solo pueden existir en lugares con una determinada calidad de vida en los que haya un mínimo de electricidad, de agua, de calefacción, de luz. Cosas sencillas pero que existen gracias a la sociedad humana. Pero también al necesitar la corriente de un enchufe, habla de la dependencia, de algún modo, sobre la adicción a la sociedad y a sus infraestructuras.
Crea esculturas con una estética que recuerda al clasicismo pero que se alejan de él en su ruptura con el canon de belleza. Marca una diferencia al sustituirlas por cuerpos imperfectos, mutilados. ¿Cómo surgió esta nueva idea de belleza?
Por mi interés por la sociedad: somos como animales de rebaño, que establecemos lo que es bello y lo que no. Y el conjunto de la sociedad refuerza esta idea. Creo que es una visión muy limitada de lo que la gente puede llegar a ser. Cuando estuve en el Louvre observaba como el público comentaba y admiraba la belleza de la Venus de Milo y las esculturas de mármol fragmentadas. Reflexioné entonces sobre que el cuerpo fragmentado resultase bello en el arte, pero no en la naturaleza, en la vida real. A la gente le parecía más problemático. Pensé que resultaría muy interesante encontrar personas cuyos cuerpos pareciesen fragmentos (no lo son, son personas enteras), para luego hacer una escultura de mármol de ellas y ver que pasaba. El motivo de hacer estas esculturas es una celebración de otros tipos de belleza corporal. La belleza de las personas que superan sus propias circunstancias. Estas esculturas serían una clase diferente de heroismo.
Marc Quinn. Alison Lapper Pregnant 2005. Courtesy © Marc Quinn studio
Como la escultura de mármol Alison Lapper Embarazada que representa a esta artista que nació sin brazos y con piernas incompletas. Estuvo expuesta en Trafalgar Square durante dos años y ahora se encuentra en la Tate Modern de Liverpool. Y una copia a gran escala fue el emblema del cierre de la ceremonia de los Juegos Paralímpicos de Londres con una reproducción inflable. ¿Qué significado tiene todo esto para usted?
Representa otro tipo de belleza y la fuerza y la vitalidad del espiritu humano. Cuando haces una escultura que entra en la esfera pública, se convierte en algo más que una simple obra de arte. Creo que es una de las finalidades importantes del arte. Es increíble poder hacer una escultura que tenga un efecto en el mundo real que permita a la gente cambiar la manera de pensar las cosas. Aunque casi nunca es posible, porque la mayoría de los espacios públicos están controlados por gente que no quieren absolutamente nada que haga pensar o que sea diferente.
En ese sentido, incluso cuando hace esculturas de mujeres bellísismas como Kate Moss, la representa contorsionada o fámelica...
Eso es la otra cara de la misma moneda. En vez de buscar a personas que no encajaban en el canon de belleza, examiné lo que la gente cree que es lo más hermoso. En la época en la que lo estaba haciendo, Kate Moss era la modelo más importante del mundo, por eso me parecía interesante que las imágenes de ella no fuesen sobre ella. Eran imágenes de nuestros sueños, de nuestras ansias de afecto, por lo que sus esculturas me parecen muy abstractas. No son realmente una persona real. Son más bien como una especie de diosa del mundo antiguo. La gente proyecta sus esperanzas y sus sueños en estas figuras. Creo que ahí es donde las modelos y las celebridades han sustituido a los dioses en el mundo occidental. La gente las venera.
Marc Quinn. Sculpture 2008. Courtesy © Marc Quinn studio
Parece una expresión psicológica de la tiranía de los cánones de belleza actuales.
La tiranía de la belleza, desde luego. Son como monstruos. Como las sirenas de la Antigüedad que con ilusiones conducen a la gente a las rocas, a la ruina. Es algo que la gente aspira a ser, pero que nunca puede alcanzar, porque no son reales.
Marc Quinn. Emotional Detox: The Seven Deadly Sins I. 1994. Courtesy © Marc Quinn studio
La superación de su adicción al alcohol ha producido obras tan desgarradoras física y emocionalmente como Emotional Detox, inspirado en los siete pecados capitales, ¿Utiliza su cuerpo como campo de batalla?
Siempre es interesante trabajar sobre tu vida real porque así tiene una autenticidad que no se consigue si solo inventas algo. Este trabajo es una batalla física y psicológica de desintoxicación, una especie de catarsis. Ahora solo hago esculturas con mi novia. Creo que es interesante ver el mundo a través de ti mismo, de tus relaciones, de tus problemas. Pero también a través de otras visiones más amplias, porque así la gente se puede identificar y entonces tendrás una realidad para otras personas.
Cuando mira el conjunto de su obra, ¿qué ve en ella?
Es como una especie de viaje espiritual, emocional e intelectual, y es un reflejo de la vida. Creo que lo interesante es ver como tu obra cambia a medida que envejeces o evolucionas. La vida es energía que se transforma, es cambio. Nunca podría ser esa clase de artista que hace un tipo de trabajo durante toda su vida. Eso me volvería loco.
¿Cuál es su próximo proyecto?
Presentaré una exposición de mis nuevas esculturas en el Museo Sir John Soane en Londres, a finales de marzo.
¿Puede contarme algo sobre ella?
Son las esculturas que he hecho con mi novia, y se llaman All About Love.
¿Es importante para el artista tener una musa?
Creo que sí. Es un concepto un poco anticuado, pero espero haber encontrado algo nuevo que decir con él.
Marc Quinn: Frozen Waves, Broken Sublimes. Somerset House. Courtesy © Marc Quinn studio