Alejandra de Argos por Elena Cue

Conversaciones con artistas del pasado. Edvard Munch.

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Las salas del Museo Thyssen-Bornemisza acaban de inaugurar una exposición del artista Edvard Munch (1863-1944) comisariada con exito por Paloma Alarcó, que nos permite "escuchar con nuestros ojos a los muertos".  Los cuadros y los escritos se funden en las salas del museo divididas en Arquetipos emocionales para transmitirnos las obsesiones que a este artista le acompañaron a lo largo de su intensa vida. La gente cree que se pueden tener poco amigos, olvidando que los más autenticos y mejores son los muertos y sobretodo los más numerosos, me propongo entablar una serie de conversaciones con el más allá. Con motivo de que el atormentado espíritu del artista noruego se ha posado circunstancialmente en Madrid, me he dirigido con entusiamo a conocer más sobre él.

 Autor: Elena Cué

 

  Munch Self-portrait in Front of the House Wall 1926 cropped. Edvard Munch. 

 imagen: Autorretrato ante la fachada de la casa (1926), disponible en http://www.visitoslo.com/

 

Las salas del Museo Thyssen-Bornemisza acaban de inaugurar una exposición del artista Edvard Munch (1863-1944) comisariada con exito por Paloma Alarcó, que nos permite "escuchar con nuestros ojos a los muertos".  Los cuadros y los escritos se funden en las salas del museo divididas en Arquetipos emocionales para transmitirnos las obsesiones que a este artista le acompañaron a lo largo de su intensa vida.

La gente cree que se pueden tener poco amigos, olvidando que los más autenticos y mejores son los muertos y sobretodo los más numerosos, me propongo entablar una serie de conversaciones con el más allá. Con motivo de que el atormentado espíritu del artista noruego se ha posado circunstancialmente en Madrid, me he dirigido con entusiamo a conocer más sobre él.

 

 Muerte en la Habitación (1895).Edvard Munch  

imagen: Muerte en la Habitación (1895), disponible en http://www.edvardmunch.org/ 

 

E.C.: Comencemos hablando de su infancia.

Edvard Munch: En mi infancia yo siempre sentí que me trataron injustamente. Recibí en herencia dos de los peores enemigos de la humanidad. Las herencias de la tuberculosis y la enfermedad mental. La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles negros junto a mi cuna. Una madre que murio temprano, me dejo la semilla de la tuberculosis. Un padre hipernervioso, pietista, religioso hasta rozar la locura, de una antigua estirpe, me dejó las semillas de la locura.

 

E.C.: Cuando recuerda esos años ¿Qué sentimientos prevalecían?

Edvard Munch: Desde el nacimiento, los ángeles del miedo, el dolor y la muerte estaban a mi lado, salían conmigo a jugar, me seguían bajo el sol de primavera, en el esplendor del verano. Estaban a mi vera por la noche, cuando cerraba los ojos y me amenazaban con la muerte, el infierno y el castigo eterno. Y a menudo me despertaba por la noche y miraba la habitación con los ojos como platos presa del pánico ¿Estoy en el infierno?

Me atenazaba el miedo de morir; el miedo me acosó durante toda la juventud.

 

E.C.: Infierno y cielo, ¿Cómo concibe la eternidad?

Edvard Munch: De mi cuerpo putrefacto surgirán las flores y yo estaré en ellas y eso es la eternidad.

 

 Edvard Munch. Madonna.-1894-1 

 imagen: Madonna (1894-95), disponible en http://www.huffingtonpost.com/

E.C.: ¿Y dónde está Dios? 

Edvard Munch: La fe fanática en cualquier religión, por ejemplo el cristianismo, trajo consigo el ateísmo, trajo una fe fanática en un no dios. Y se contentaban con esta no fe en Dios, que al fin y al cabo también era una fe. En general es una tontería afirmar cualquier cosa sobre lo que viene después de la muerte.

Pero qué es lo que da su fuerza a esta fe cristiana. Si bien son numerosos los que tienen dificultades para creer en ello. Aunque uno no pueda creer que Dios es un hombre con una gran barba, creer que Cristo es el hijo de Dios que se ha hecho hombre, o creer en el Espíritu Santo que se hizo paloma, hay mucho de verdadero en esta idea. Dios, como el poder que debe estar en el origen de todo, que lo rige todo. Digamos que dirige las ondas luminosas, el movimiento de las olas, el centro mismo de la energía. El Hijo, la parte de esta energía que esta en el hombre, esa inmensa energía que llenaba a Cristo. La energía divina, la energía del genio y el Espiritu Santo. Los pensamientos más sublimes enviados por las fuentes de energía divinas hacia las estaciones de radio humanas. En lo más profundo de los seres. Aquello de lo que todo ser humano está provisto.

 

 Retrato de Friedrich Nietzche (1906). Edvard Munch 

  imagen: Retrato de Friedrich Nietzche (1906), disponible en http://www.the-athenaeum.org/

E.C.: ¿Pero cómo piensa que es la muerte?

Edvard Munch: Morir es como si los ojos se hubiesen apagado y no se puede ver nada más. Tal vez es como estar encerrado en un sótano. Uno es abandonado por todos. Han cerrado la puerta y se fueron. Uno no ve nada y advierte sólo el olor a humedad de la putrefacción.

 

E.C.: ¿Y qué me dice de la vida?

Edvard Munch: Se me ha dado un papel único que desempeñar en esta tierra: que me ha dado una vida llena de enfermedad y mi profesión como artista. Es una vida que no contiene nada que se asemeje a la felicidad, y, además, ni siquiera el deseo de felicidad. 

 

E.C.: ¿Ni siquiera el amor? 

Edvard Munch: Los destinos humanos son como los planetas. Como una estrella que aparece en la oscuridad y se encuentra con otra estrella, reluce un instante para luego volver a desvanecerse en la oscuridad, así, así se encuentran un hombre y una mujer, se deslizan el uno hacia el otro, brillan en un amor, llamean, y desaparecen cada uno por su lado. Sólo unos pocos se encuentran en una gran llamarada en la que ambos pueden unirse plenamente.

Los antiguos tenían razón cuando decían que el amor era una llama, puesto que como la llama solo deja tras de sí un monton de cenizas. El amor puede convertirse en odio, la compasión en crueldad.

 

 Cenizas (1894). Edvard Munch 

   imagen: Cenizas (1894), disponible en http://www.edvardmunch.org/

E.C.: Los celos van muy unidos al amor, ¿Cómo los describiría?

Edvard Munch: Una mirada misteriosa la del celoso, en esos dos ojos punzantes se concentran muchos reflejos, como en un cristal. La mirada es exploratoria, interesada, llena de odio y amor, una esencia de aquella que todos tienen en común. 

El celoso dice a su rival: vete, defectuoso; vas a calentarte en el fuego que yo he encendido; respirarás mi aliento en su boca; te empaparás de mi sangre y serás mi siervo pues mi espíritu te regirá por mediación de esta mujer convertida en tu ama.

 

E.C.: Ahora, hablemos de arte... ¿De dónde surge?

Edvard Munch: En general el arte surge de la necesidad de un ser humano de comunicarse con otro. No creo en el arte que no se haya impuesto por la necesidad de una persona de abrir su corazón. Todo arte, la literatura como la música ha de ser engendrado con los sentimientos más profundos. El arte son los sentimientos más profundos.

 

E.C.: ¿Cuál es el fin de su arte?

Edvard Munch: En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido. También he pretendido ayudar a otros a aclararse con la vida. El arte es el corazón de la sangre. 

No debemos pintar más interiores con gente leyendo o mujeres haciendo punto. En el futuro hay que pintar gente que respire, sienta, sufra o ame. Como Leonardo da Vinci diseccionó cadáveres y estudió los organos internos del cuerpo humano, yo intento diseccionar el alma.

 

E.C.: Conclusión.

Edvard Munch: Mi arte se basa en una única reflexión: ¿por qué no soy como los demás?

 

E.C.: ¿ Cómo cree que debería acercarse el espectador al arte?

Edvard Munch: El espectador debe adquirir conciencia de lo que la pintura tiene de sagrado, de modo que se descubra ante ella como en la iglesia.

 

 el grito. Edvard Munch 

 

E.C.: Uno de sus cuadros icónicos es El Grito, ¿ podría explicarnos cuál es el origen de una expresión emocional tan radical?

Edvard Munch: Paseaba por el camino con dos amigos cuando se puso el sol. De pronto el cielo se tornó rojo sangre. Me paré, me apoyé sobre la valla extenuado hasta la muerte, sobre el fiordo y la ciudad negros azulados la sangre se extendia en lenguas de fuego. Mis amigos siguieron y yo me quedé atrás temblando de angustia y sentí que un inmenso grito infinito recorría la naturaleza. 

 

E.C.: Es sabida su afición a la fotografía ¿ Qué opina de ella como otro modo de expresión artistica?

Edvard Munch: La cámara fotográfica no podrá competir con el pincel y la paleta mientras no pueda utilizarse en el cielo y en el infierno. 

 

 Edvard Munch.  

 

E.C.: ¿ Dónde se encuentra la belleza en su arte?

Edvard Munch: La insistencia en la armonía y la belleza en el arte es una renuncia al ser honrado; sería falso mirar únicamente el lado agradable de la vida.

 

E.C.: Su escritura tiene un marcado estilo aforístico. Finalicemos así...

Edvard Munch: El pensamiento mata la emoción y refuerza la sensibilidad. El vino mata la sensibilidad y refuerza la emoción.

 

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