En ‘Breves disquisiciones y acontecidos de un autoestopista locuaz: Un ensayo polifónico sobre el sentido de la vida’, los dos autores nos invitan a realizar un viaje tan divertido como fascinante.
Cubierta del libro ‘Breves disquisiciones y acontecidos de un autoestopista locuaz’. Manuel Márquez y Virgilio Oñate, 2022
‘Breves disquisiciones y acontecidos de un autoestopista locuaz: Un ensayo polifónico sobre el sentido de la vida’. ¿Quién no se siente atrapado, incluso fascinado, por un título así? Es el mejor de los comienzos para el volumen redactado y publicado a dos manos por Manuel Márquez y Virgilio Oñate. Un libro que lo tiene todo: divulgación, conocimiento, reflexión e historia, pero también entretenimiento a raudales. Los dos autores despliegan su amor por los viajes y por la filosofía, además de su interés por la ciencia y la evolución del ser humano, en un texto que te atrapa desde la primera página… Y ya no te suelta. La polifonía de la que nos habla el título no solo hace referencia a las voces de los escritores (y a Johann Sebastian Bach, a quien le dedican un capítulo), sino también a esos compañeros de viaje que actúan como chóferes de nuestros autoestopistas metafóricos. Ocho figuras fundamentales para comprender el devenir de la historia, la filosofía y el pensamiento humano: Richard Feynman, Aquiles de Troya, Hypatia de Alejandría, Johannes Kepler, Mileva Maric, el reverendo Thomas Bayes, el propio Bach y Platón. A Hypatia de Alejandría y Mileva Maric les da voz Virgilio Oñate, mientras que el resto de los capítulos corren a cargo de Manuel Márquez. Ambos autores defienden el contacto con los demás, el viaje físico y la apertura al otro y a otras geografías, en contraposición con la globalización digital en la que vivimos inmersos. El prólogo del libro es, en este sentido, toda una declaración de intenciones: “Nos cuestionamos los más recónditos enigmas de la vida y de la existencia mas, quizás, no sea navegando en la red, sino recorriendo elmundo en autostop –conversando con los anfitriones que el destino nos brinde–, como nos podríamos acercar a contemplar una posible respuesta”.
‘La Escuela de Atenas’. Fresco de Rafael.
Efectivamente, el libro relata una serie de trayectos que el “autoestopista locuaz” realiza en compañía de los personajes antes citados. Le recogen en distintos puntos y le depositan en otros. Durante el viaje, se convierte en una fuente inagotable de preguntas y dudas (de ahí su locuacidad) que permiten a sus compañeros desarrollar sus ideas, y hablarnos sobre su sociedad y su entorno. El primer capítulo está dedicado a Richard Feynman: nadie mejor para reflexionar sobre el sentido de la vida a través de la física cuántica que él. Sus disquisiciones, y la mención que hace de personajes como Demócrito o Tales de Mileto, hacen que el protagonista se desplace “mágicamente” a esta ciudad para proseguir su viaje. Allí le recoge Aquiles, con quien hace un magnífico recorrido por la Guerra de Troya, la sociedad helenística, la Iliada y la Odisea, los mitos… Entre todas las figuras que aparecen en el libro, es la única que no existió realmente. Sin embargo, el autor del capítulo utiliza al personaje para hablarnos de una época fascinante en la que los hombres podían ser dioses, y viceversa. De Grecia pasa a Roma, donde el examen cercano del fresco ‘La Escuela de Atenas’ de Rafael le permite descubrir la presencia de una mujer: Hypatia de Alejandría. Con ella viajará en barco por la costa de Roma y se adentrará en el mundo de las matemáticas y la naturaleza. Los siguientes capítulos transcurren por distintos temas, relacionados siempre con conceptos fundamentales como la religión, la ciencia, la filosofía, la mística, el logos… En definitiva, con la relación del ser humano con el mundo que le rodea y sus semejantes. El libro se cierra con el epílogo ‘Los caballos de Sócrates’, donde es Platón quien acompaña al autoestopista a finalizar el viaje. Como conclusión, el filósofo griego le da un magnífico consejo a su acompañante; probablemente, la mejor posición a adoptar a la hora de reflexionar u opinar. “Sus encuentros podrían dar lugar a un bonito ensayo sobre el sentido de la vida. No debería, sin embargo, intentar fusionar los pensamientos que ha recogido en una conclusión simple. Como en los cantos polifónicos de Bach, la solución a este enigma requiere integrar todas las voces recogidas, preservando la individualidad de cada una de sus diferentes perspectivas”.
- Breves disquisiciones de un autoestopista locuaz disponible en Amazón