Con 145 obras maestras que incluyen pinturas, dibujos, grabados y fotografías, el museo rinde homenaje a la pintora expresionista y cofundadora de ‘El Jinete Azul’ en una retrospectiva que deja clara su influencia en las vanguardias del siglo XX.
‘Autorretrato’. 1910-1911. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid. ©Gabriele Münter, VEGAP, Madrid
Imágenes y vídeo: Cortesía del Museo Thyssen-Bornemisza
Los nombres de Wassily Kandinsky, August Macke o Franz Marc se escriben con letra grande en la historia de las vanguardias artísticas del siglo XX. Sin embargo, los de las mujeres artistas que formaron parte de los grupos y escuelas de la época, siempre al mismo nivel que sus compañeros, han sido relegados a un segundo plano por el simple hecho de su condición de género. En su labor reivindicativa de la presencia y relevancia de las mujeres artistas en la historia, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta la primera retrospectiva de Gabriele Münter en España. Una exposición con 145 piezas (pinturas, grabados, dibujos y fotografías, comisariada por Marta Ruiz del Árbol, Isabelle Jansen and Mattias Mühling, que evidencia la importancia de la artista en el desarrollo del arte del siglo XX, así como la cualidad única de su obra.
Recorrido por la exposición ‘Gabriele Münter. La gran pintora expresionista’
Cofundadora del grupo expresionista El Jinete Azul (Der Blaue Reiter, 1911), Gabriele Münter (1877-1962) es relativamente poco conocida fuera de su país natal, Alemania. Y sin embargo, su trabajo en distintos campos de las artes plásticas iguala e incluso supera en muchas ocasiones el de sus compañeros. Interesada por la fotografía desde sus inicios, su punto de vista figurativo permanece muy cercano a la abstracción perseguida por quien fuera su pareja durante años, Wassily Kandinsky. Sus instantáneas en blanco y negro, además, suponen un testimonio esencial de la sociedad de la época y de la formación del grupo expresionista, clave en la historia del arte europeo.
Una artista multifacética que nunca renunció a su protagonismo
‘Niña en una calle de San Luis, Misuri’. 1900, The Gabriele Münter and Johannes Eichner Foundation. ©Gabriele Münter, VEGAP, Madrid
En la muestra, los autorretratos de la artista dan la bienvenida al público. Buen ejemplo de la modernidad del concepto artístico de Münter son sus fotografías “con sombra”, imágenes captadas por su cámara en la que aparece su propia sombra proyectada desde detrás. Esta técnica la utilizó también en algunas de sus pinturas, como ‘Desayuno de los pájaros’ (1934), y evidencia la intención de la artista de no permanecer en segundo plano y de introducir elementos fuera de cámara en sus composiciones artísticas.
Las fotografías tomadas con su cámara Kodak durante el viaje que realizó a Nueva York en su juventud son también fundamentales para comprender el devenir de su trabajo: la exposición incluye 20 obras en las que explora temas como el paisaje, los interiores domésticos o el trabajo, que más adelante se plasmarán también en su pintura.
‘Retrato de Marianne von Werefkin’. 1909. Städtische Galerie im Lenbachhaus und Kunstbau München. ©Gabriele Münter, VEGAP, Madrid
Y es que la obra de Gabriele Münter no se entiende sin el concepto de “viaje”. Además de su temprana época en Nueva York, a lo largo de su vida visitará distintos países y vivirá en ámbitos muy diferentes. En 1904 recorre Europa y el Norte de África con Kandinsky, su pareja. Durante el viaje, Münter pintará lienzos al aire libre en una línea próxima al impresionismo, pero en los que se aprecia un claro interés por la forma y el volumen que le alejará en breve de esta escuela. Durante un año la pareja se instalará en París, donde la influencia de maestros como Henri Matisse o Paul Gaugin será fundamental para la artista.
El Jinete Azul: en busca del desarrollo personal en el arte
‘Estudio abstracto con casa’. 1910-1912. The Gabriele Münter and Johannes Eichner Foundation. ©Gabriele Münter, VEGAP, Madrid
En 1911, un grupo de artistas entre los que figuraban Münter y Kandinsky funda el grupo expresionista ‘El Jinete Azul’. Menos gestual y primigenio el ‘El Puente’ (Die Brücke), creado por artistas del norte del país, comparte con él el interés por los colores intensos, las líneas recortadas y los volúmenes planos. En ese entorno, en el que el líder Kandinsky invita al resto de los integrantes a alcanzar una forma de expresión que responda a la “necesidad interior”, la artista genera un estilo único que en muchos casos se acerca a la abstracción.
La clave: “desaprender” lo aprendido en busca de un arte más puro y entroncado con la tierra. Al igual que sus compañeros expresionistas, esta necesidad impulsó a la artista a interesarse por el arte infantil y las creaciones de otros continentes.
‘Lucha contra el dragón’. 1913. Centro Pompidou París. ©Gabriele Münter, VEGAP, Madrid
A partir de 1915, tanto la vida como la obra de Münter experimentan varios giros. Tras separarse de Kandinsky, quien regresa a Rusia en 1920, vuelve a Alemania y reside en distintas ciudades, entre ellas Berlín. Sus obras de esa época muestran una profunda evolución que las acerca a la Nueva Objetividad alemana, aunque sin su contenido social. La paleta de colores se reduce y el dibujo se afina, y sus retratos los protagonizan las mujeres poderosas y emancipadas con las que compartía ambientes. Ya en 1925 la artista regresa a Murnau, la ciudad que siempre llevó en el corazón. Allí permanecerá hasta su muerte, creando un cuerpo de obra que nunca terminó de evolucionar.
Hoy, su trabajo y su figura brillan con luz propia en museos, colecciones privadas y retrospectivas como la del Museo Thyssen, esenciales para entender que el arte actual nunca hubiese sido el mismo sin artistas como Gabriele Münter.
‘Gabriele Münter. La gran pintora expresionista’. Del 12 de noviembre de 2024 al 9 de febrero de 2025. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid. Más información: museothyssen.org