Woody Allen nunca deja de sorprender. En su última cinta, Blue Jasmine presenta un enfoque completamente nuevo sobre la crisis económica de la que tanto y también ha hablado el cine en los últimos años. Inside Job, Margin Call, The Company Men, El Capital, son algunas de las películas que cuentan desde distintos puntos de vista, siempre masculinos, la realidad del mundo económico que nos esta tocando vivir.
Ahora la protagonista es un ama de casa, joven, guapa y neurótica, víctima de sí misma y del mundo del dinero que le rodea. Woody Allen crea personajes de carne y hueso que representan destinos humanos que reflejan sobre el espectador lo que, en un principio, se representa como materia ajena. ¿Cual es el papel de la mujer que disfruta de los beneficios económicos de su marido sin hacer preguntas y justificando de manera ingenua que no sabe nada?. Este es el drama de muchas mujeres que miran para otro lado, cierran los ojos y se autoengañan pensando que la vida es así. El ¡atrévete a pensar!, no tiene cabida en las mujeres a las que representa Cate Blanchett de forma magistral, que es incapaz de aceptar su destino, que ella misma ha contribuido a crear, y que se deja llevar por el alcohol y las pastillas.
Woody Allen es un gran conocedor del alma femenina y una vez mas carga su atención sobre una realidad que nos hace reflexionar sobre el papel de la mujer pasiva y autocomplaciente, ante una crisis que afecta a todos y a todo lo que nos rodea. Al mismo tiempo nos muestra el otro lado de la realidad, la de otra mujer, su hermana adoptiva, que vive en un mundo real, donde a las cosas se les llaman por su nombre, y donde se asumen las limitaciones.
Con un dominio de la puesta en escena insuperable, deja claro cuales son los signos externos que marcan la diferencia entre esos dos mundos de las hermanas adoptivas, y que solo el cine, sin necesidad de la palabra, coloca al espectador en situación y nos recuerda del valor que tiene en nuestra sociedad el envoltorio para reconocerse dentro de una manada.
Allen vuelve a realizar una obra maestra donde se reconoce al ser humano como un universal y no como un sujeto individual. La película adquiere vida propia y las intenciones de su autor pasan a un segundo plano para que el espectador comparta y se compadezca desde distintos puntos de vista lo que la película muestra.
Esperemos que el próximo 1 de marzo Blue Jasmine reciba el reconocimiento de Hollywood y que Cate Blanchett suba la alfombra roja como premio a su trabajo, que como ya he dicho, es sencillamente magistral.