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- Escrito por Marisa Carrero
«Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo». Pero en realidad, en sus inicios, sus límites estaban marcados por las tierras de labor del medio oeste americano, y no parecía muy probable que un joven nacido en Fort Wayne, Indiana, en 1941, se convirtiera en uno de los cinco artistas vivos más cotizados del momento. Es curioso también que empezara interesándose por las matemáticas y la física cuando ingreso, en 1960, en la Universidad de Wisconsin, para después cambiar absolutamente de rumbo y dedicarse al arte y la filosofía en la Universidad de California. Pero así fue y fueron años llenos de nuevas experiencias y descubrimientos como el del escritor Samuel Becket o el del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein, quienes le influyeron fuertemente sobre todo en lo referente a la importancia del lenguaje, los ritmos del discurso y el poder visual del texto, que él incluiría años más tarde en sus neones.
«Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo». Pero en realidad, en sus inicios, sus límites estaban marcados por las tierras de labor del medio oeste americano, y no parecía muy probable que un joven nacido en Fort Wayne, Indiana, en 1941, se convirtiera en uno de los cinco artistas vivos más cotizados del momento.
Imagen: Bruce Nauman, disponible en http://museumzero.blogspot.com.es/
Es curioso también que empezara interesándose por las matemáticas y la física cuando ingreso, en 1960, en la Universidad de Wisconsin, para después cambiar absolutamente de rumbo y dedicarse al arte y la filosofía en la Universidad de California. Pero así fue y fueron años llenos de nuevas experiencias y descubrimientos como el del escritor Samuel Becket o el del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein, quienes le influyeron fuertemente sobre todo en lo referente a la importancia del lenguaje, los ritmos del discurso y el poder visual del texto, que él incluiría años más tarde en sus neones. Fueron años de gran actividad ya que Nauman no paraba de experimentar en diversas artes: colaboró en películas, realizó pequeñas representaciones, publicó incluso un libro, y todo ello antes de acabar su doctorado en 1966, el mismo año en el que realizó una exposición unipersonal (one-man exhibition) en la Nicholas Wilder Gallery de los Ángeles, con esculturas de fibra de vidrio. Después, se trasladó a vivir a San Francisco, donde montó su estudio: «Si era un artista y estaba en mi estudio, cualquier cosa que hiciera en ese estudio debía ser arte. En este punto, el arte se convierte más en un actividad y menos en un producto», afirma Nauman.
Imagen (izquierda): Walk with contrapoposto, disponible en http://www.lacma.org/
Imagen (derecha): Walk with Contrapposto, 1968–2003, disponible en https://www.artnet.com
Este tipo de reflexiones nos dan una idea del carácter de Nauman frente al arte y del por qué de sus obras de esa época: reproducción de las partes posteriores de los objetos, moldeado de algunas partes de su propio cuerpo, trabajos relacionados con lo oculto y lo inaccesible. En 1968 llevó a cabo su primera exposición individual en la mítica galería Leo Castelli de Nueva York, en la cual destacó especialmente la escultura hecha en cera De la mano a la boca, además de sus características esculturas de neón como, por ejemplo, Mi apellido exagerado catorce veces en posición vertical, donde las referencias personales marcan el principio de una de sus creaciones más características (luego, el propio artista contaría cómo se inspiró en los anuncios de cerveza de los bares de su barrio). Después de esta exposición, se fue con su obra a Alemania, al ser invitado a la Documenta IV de Kassel.
Imagen: My name as, disponible en https://anartjunkie.wordpress.com
Ese mismo año, empujado por sus inquietudes en otras facetas del arte, entró en contacto con la coreógrafa Meridth Monk y el compositor Steve Reich, junto a los que trabajo en varias ocasiones realizando diferentes representaciones, como Walking in an Exaggerated Manner Around the Perimeter of a Square (Caminado de forma exagerada alrededor del perímetro de un cuadrado), uno de sus primeros trabajos en video.
Después vendrían las colaboraciones con otros artistas, como Eva Hesse, Richard Serra y Joël Shapiro, con los que realizó varias exposiciones en Nueva York, como Anti-Illusion: Procedures/Materials, organizada en el Whitney Museum of American Art de Nueva York donde presenta su Performance Corridor, su primera instalación «de pasillo». En las obras que Bruce Nauman creó en estos años, el artista utilizó una gran variedad de materiales e, incluso, su propio cuerpo, no solo con tatuajes y pinturas, sino también con posturas y movimientos, siendo una herramienta más de su creación. Es el llamado body art dentro del cual realiza Posturas pared-suelo, donde movía su cuerpo de forma que creara un ángulo entre el suelo y la pared, representación que realizó en 1968 para la Universidad de California y donde trabaja únicamente con su cuerpo, sin ningún otro objeto material, creando su propio lenguaje, como ocurre con su serie Art Make-up.
Imagen (izquierda): Art Make-up, disponible en http://arttorrents.blogspot.com.es/
Pero no todo eran aplausos y reconocimientos; también tuvo que lidiar con malas críticas como la del periodista Milton Kramer en un artículo para el New York Times, publicado en 1973: «… penosamente salta a la vista que aquí hay muy poco; unas cuantas esculturas sin interés escultórico, unas cuantas fotografías sin interés fotográfico, unas pocas pantallas de vídeo mostrando imágenes que de algún modo se las arreglan para ser al tiempo aburridas y repugnantes». Era evidente que se trataba de la nota discordante porque, con tan solo treinta años, ya se realizó una retrospectiva de su carrera, organizada por Los Ángeles County Museum, con nada menos que 117 piezas, además de ser considerado por la mayoría de los críticos como el iniciador del postmodernismo en el arte. Él siguió creando y, a lo largo de estos años setenta, experimentó también con la fibra de vidrio produciendo importantísimas obras como Wax Impressions of the Knees of Five Famous Artists y Hand circle o hurt wall.
Imagen (izquierda): Wax Impressions of the Knees of Five Famous Artists, disponible en https://www.artsy.net
Imagen (derecha): Untitled (Hand Circle), disponible en http://www.theskinny.co.uk/
En 1979 se traslada a Nuevo México y establece allí su estudio y, durante los años siguientes, comienza a exponer sus obras por museos de todo el mundo: el Rijksmuseum Kröllermuller de Otterlo en los Países Bajos, Basilea, diferentes museos de Alemania y en la Whitechapel de Londres. Una de sus obras más significativa de estos años fue el Triángulo Sudamericano, como crítica a los regímenes totalitaristas de la zona, igual que había hecho con otras obras de clara referencia política, contra el Apartheid o la pena de muerte. A finales de los ochenta, introduce el neón definitivamente como elemento base de sus obras, lo que le permite también jugar con el lenguaje, creando contradicciones, por ejemplo, entre la palabra y la imagen, y todo impregnado de un toque sexual: Malice, sex y Death/Double 69 son una muestra de ello.
Imagen: Five Marching Men, disponible en http://www.gazduna.com/
Su segunda gran retrospectiva se produjo en 1995 y corrió a cargo del Walker Art Center de Minneapolis en colaboración con el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden de Washington, con la idea de recorrer después varios museos del mundo. El primero de ellos fue el Centro de Arte Reina Sofía que contó con sesenta y tres proyectos, entre los que destacaban Sal de mi mente, sal de esta habitación (1968) o Tortura de payaso (1987). Después, continuarían viaje por otros museos como los de Minneápolis, Los Ángeles, Washington y Nueva York.
Las exposiciones se van sucediendo a lo largo de los años por diferentes países de todo el mundo. En unas, predominarán las instalaciones audiovisuales; en otras las esculturas; en otras, los dibujos. En cualquier medio, Nauman buscará la participación del público; sus obras no tienen sentido si no impactan, si no conmocionan al espectador. Son sus reacciones las que completan su trabajo. De ahí, los temas que encontramos en muchas de sus creaciones: el masoquismo, el sufrimiento, la manipulación a través del sexo, etc.
Imagen: Bruce Nauman Exhibition2, disponible en http://kissofvelvet.deviantart.com/
Esto parece lograrlo especialmente con sus creaciones en vídeo. En una de las exposiciones realizadas en Alemania, en 1998, en la ciudad de Volkswagen, el artista presentó una secuen-cia de vídeos cuya combinación de imágenes y, especialmente, de sonidos creaban todo un relato desesperado y extremo. La sucesión caótica de escenas y ruidos era tal que creaba en el espectador una sensación de aturdimiento, de pérdida, que, incluso, termino afectando sobre todo a los guardias de seguridad que pasaban largas horas dentro de las salas de proyección. Otra de sus grandes exposiciones fue la que realizó para la sala de turbinas de la Tate Modern de Londres en 2004, en la que el sonido era el gran protagonista, y donde destacaba especialmente la voz humana a través de los veintiún altavoces que recorrían la exposición. Y es que para Nauman, no solo el texto o la luz son elementos protagonistas de su lenguaje; el sonido, y más concretamente el ruido, le ayudan a crear ese cúmulo de sensaciones que trataba de transmitir a los visitantes. Asistir a una de sus exposiciones puede ser todo un reto.
Otras grandes exposiciones suyas han ido recorriendo diferentes países, como es el caso de la celebrada en Düsseldorf en 2006, centrada en sus obras relacionadas con el bodyart como Mental exercices o Performance corridor. Más tarde le llegaría el turno a Turín, en 2007, centrada más en la primera etapa del artista sobre la que se asentaron las bases de su obra posterior y donde destacó su creación Piezas de espacio, a través de las cuales reflexiona sobre la percepción de las cosas.
Imagen: Corridor with TV, disponible en http://linneawest.com/
Otra de estas grandes exposiciones fue la Bienal de Venecia 2009 en la que participó como representante norteamericano y en donde recibió el prestigioso León de Oro, que venía a unirse a otros reconocimientos como el de Doctor Honorario en Bellas Artes, por el San Francisco Art Institute y por el Instituto de Artes de California. Entre sus últimas exposiciones está la celebrada en Nueva York, en 2012, en la prestigiosa galería Larry Gagosian donde volvió a provocar todo tipo de emociones con obras como One Hundred Fish Fountain, y más recientemente la que presentó el CAC de Málaga (de septiembre de 2013 a enero de 2014), sobre su trabajo en vídeo Incident – Man – Woman Segment (1986), que había sido especialmente impactante en su momento al escenificar los problemas entre hombres y mujeres mediante secuencias violentas.
Imagen: One Hundred Fish Fountain, disponible en http://hdpixa.com/
Un artista lleno de multitud de influencias diferentes, que van desde Duchamp, Ludwig Wittgenstein o Samuel Becket a Jasper Johns o Andy Warhol, no podía por menos que buscar infinitas formas de experimentar con el arte y de investigar como una parte más del sistema creativo. Como apunta Benezra, «Nauman integra con éxito nuestra conciencia con nuestras sensaciones. En sus obras, hacemos aquello que vemos».
Imagen (derecha): Good Boy Bad, disponible en http://www.newmedia-art.org/
Imagen (izquierda): Drawings, disponible en http://www.stylepinner.com/
Imagen (derecha): Violence, disponible en http://www.moma.org/
Imagen (izquierda): Self Portrait as Fountain, disponible en http://www.culture24.org.uk/
Imagen (derecha): South American Triangle, disponible en http://www.alamy.com/
Imagen: Human/Need/Desire, disponible en https://www.artrescape.com
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Quizás resulta chocante que, antes de emular a otro grande como Andy Warhol y de crear, en los años ochenta, un taller de arte de corte similar, llamado The Factory, Jeff Koons trabajara como corredor de bolsa en Wall Street. Pero puede que esta experiencia fuera el trampolín perfecto para saber publicitar su obra y que le llevó a contratar los servicios de una agencia de publicidad para promover su imagen, algo nunca visto. Sin embargo, esto no quiere decir que nada lo relacionara con el arte; él había estudiado pintura en el Instituto de Arte de Chicago y se había licenciado en Bellas Artes en el Maryland Institute College of Art (MICA), en 1976, pero la vida lo había llevado por otros derroteros. No se sabe demasiado de los años anteriores a su traslado a Nueva York, en 1980, cuando realiza la instalación The New en el New Museum of Contemporary Art de Nueva York.
Quizás resulta chocante que, antes de emular a otro grande como Andy Warhol y de crear, en los años ochenta, un taller de arte de corte similar, llamado The Factory, Jeff Koons trabajara como corredor de bolsa en Wall Street. Pero puede que esta experiencia fuera el trampolín perfecto para saber publicitar su obra y que le llevó a contratar los servicios de una agencia de publicidad para promover su imagen, algo nunca visto.
Imagen: Jeff Koons, disponible en http://hypebeast.com/
Sin embargo, esto no quiere decir que nada lo relacionara con el arte; él había estudiado pintura en el Instituto de Arte de Chicago y se había licenciado en Bellas Artes en el Maryland Institute College of Art (MICA), en 1976, pero la vida lo había llevado por otros derroteros.
No se sabe demasiado de los años anteriores a su traslado a Nueva York, en 1980, cuando realiza la instalación The New en el New Museum of Contemporary Art de Nueva York (en la que aparece una muestra de sus después conocidas aspiradoras, junto a otros utensilios domésticos), salvo sus primeras exposiciones de dibujos en la tienda de muebles de su padre en Pensilvania, donde nació (1955), su traslado a Chicago para proseguir sus estudios de arte y su amistad con algunos artistas de Nueva York, como David Salle y Julian Schnabel, gracias a los que conoce a la galerista Mary Boone.
En 1985 llegaría su primera exposición individual con el título Equilibrium Tanks, en la International with Monument Gallery de Nueva York, y que sirvió para que algunos críticos lo incluyeran en el movimiento Neo-Geo (Neo-Geometric Conceptualism). Acertadamente o no, lo que sí fue un acierto fue su obra Two Ball 50/50 Tank, una de las más célebres del autor, consistente en las esculturas, en bronce, de unos balones de baloncesto suspendidos en agua dentro de unas vitrinas, entre otros objetos.
Más tarde, en 1986, la serie de esculturas metálicas Luxury and Degradation se expondrá en la International with Monument Gallery de Nueva York y en la Daniel Weinberg Gallery de Los Ángeles. Con ellas entra de lleno en el mundo del marketing y la publicidad, haciendo varios anuncios para algunas marcas de bebidas alcohólicas, y también unas pequeñas esculturas de acero inoxidable, a modo de recipientes para guardar las bebidas, por ejemplo Jim Beam—J. W. Turner Train, rellena de bourbon.
Imagen (izquierda): koons19, disponible en http://thisistomorrow.info/
Imagen (derecha): Jim Beam—J. B. Turner Train, 1986, disponible en http://whitney.org/
Siguiendo con este material, su siguiente paso fue la serie Statuary en la que juega con motivos clásicos, como el busto de Luis XIV, junto a otros muy modernos como su famoso Conejo o el busto de Bob Hope. Según el propio artista, en este trabajo: «el arte deja el ámbito del artista y este pierde el control». Estas piezas representan diferentes etapas del arte del oeste europeo y simbolizan diferentes aspectos tales como el poder, en el caso del rey Luis XIV, o de la fantasía, en el caso del conejo.
Imagen (izquierda): Jeff Koons 'Louis XIV' (1986), disponible en http://blog.arthistoryabroad.com/. Imagen (derecha): Rabbit – Jeff Konns, 1986, disponible en https://mashrabiyya.wordpress.com, 14 de abril de 2011
Ya muy a finales de los años ochenta (1988) da un cambio radical en su gusto artístico en la serie Banility, en la cual, el gusto por lo kitch queda patente tanto en los materiales (madera policromada, cristal, porcelana) como en los motivos, destacando de entre todos los demás Michael Jackson and Bubbles. Pero, en esos momentos, su obra, su calidad, la honestidad de su trabajo, empezaron a estar en entredicho, a sufrir las críticas de algunos de los expertos más puristas. No fueron pocos los que tacharon sus creaciones de fraudes, y mucho más, después de su matrimonio con la actriz porno Ciciollina.
Imagen: Michael Jackson and Bubbles, 1988, disponible en https://www.sfmoma.org
Con ella protagonizó su serie de pinturas y esculturas llamada Made in Heaven, en 1989. Sin embargo, a pesar de toda esa lluvia de reproches, Koons paseó sus trabajos y a su mujer por media Europa, desde la XLIV Biennale de Venecia, a la Galerie Christophe Van de Weghe de Bruselas, pasando por Colonia, Budapest, Ámsterdam y Lausana.
Esta serie, formada por todo tipo de obras y materiales (plástico, cristal, óleos, fotografías, etc.), se caracterizaba por la evidente muestra de posturas sexuales, muchas de ellas totalmente explícitas. Fueron años difíciles para Jeff Koons y para su prestigio como artista, sus trabajos se pusieron bastante en entredicho, sobre todo cuando se hicieron públicos todos los asuntos sobre su separación y posterior lucha por la custodia de su hijo.
Sin embargo, como muchos otros, Koons se defendió como gato panza arriba y, curiosamente, en estos años (1990-1992) creó una de sus obras más conocidas Poppy, para exponerla en el exterior del castillo de Arolsen en Alemania, y que luego viajaría hasta Sidney y París, para establecerse definitivamente en Bilbao, en el museo Guggenheim, con motivo de su inauguración en 1997.
En ningún momento deja de perseguirle la polémica. Son muchas las demandas por derechos de autor a las que debe hacer frente, no siempre con éxito, pero él sigue creando, sigue manteniendo su línea argumental: la exaltación de todo lo superfluo, la locura consumista que ensalza cualquier cosa que sea difundida por los medios. Y de ellos se sirve, sin ninguna duda, para conseguir éxito y extender su trabajo, un trabajo que utiliza cualquier objeto cotidiano sin ningún valor y lo presenta de una forma cómica y satírica. Entre sus motivos hay, tanto muñecos hinchables, como chicas pin-up, enmarcado todo, para algunos entendidos, en un tipo de arte minimalista y pop.
Imagen: Inflatable Flower and Bunny, disponible en http://www.jeffkoons.com/
A principios de este siglo, sus inquietudes le llevan a crear obras de grandes dimensiones, e inicia también una serie de óleos con motivos de animales y otros objetos, Celebration, y otra posterior (2000) llamada Easyfun-Etherea. Esta serie, creada para el Guggenheim de Berlín, está llena de motivos florales, comida, moda; un totum revolutum que busca el color y la diversión de quienes la contemplan, porque recuerdan poderosamente los anuncios y vallas publicitarias tan comunes en la vida diaria. Identificada esta obra como claramente kistch, el artista, sin embargo, declaró: «He trabajado con objetos que algunas veces han sido calificados de kitsch, sin embargo nunca me ha interesado en sí lo kitsch. Para mí, mis cuadros giran más en torno al espectador que a cualquier otra cosa».
Imagen: untitled, disponible en http://flavorwire.com/
Independientemente de las apreciaciones artísticas para catalogar sus trabajos, es indiscutible que Jeff Koons se convertía, paso a paso, en uno de los artistas imprescindibles del arte contemporáneo. De su serie Celebration partieron sus esculturas de grandes dimensiones en acero inoxicable: Balloon Dog, Hanging Heart o Balloon Flower. Son sus famosos «objetos-globo» que buscan el reflejo de aquellas imágenes que los rodean. Pero estos motivos empezaron a extenderse en el tiempo. Repitió los principios que les dieron vida en sus obras siguientes. Por ejemplo, los objetos globos estaban claramente imitados en Elephnat, y Split Rocker era otro Puppy floreado, creado para el Palacio de los papas de Avignon, en donde se instaló de forma permanente en 2000.
Imagen (izquierda): Koons Hanging Heart, disponible en http://www.artquid.com/
Las cosas cambiarían con el nuevo siglo, Koons iniciaría una nueva etapa que le llevaría nuevamente al centro de los ambientes artísticos. Su antigua serie Easyfun-Ethereal recorrerá el mundo: Aviñón, Nueva York, Berlín, Los Ángeles, Bilbao. Su éxito regresaba con más fuerza que nunca y sus obras se cotizaban con precios desorbitantes. De hecho, hoy por hoy, sigue siendo uno de los artistas vivos más cotizados; su obra Balloon dog (Orange) se vendió, no hace mucho, por 58 millones de dólares, eso sí, siempre envuelto en las críticas más feroces sobre su más que dudosa genialidad. Sin embargo, a la Whitney Museum de Nueva York, que ha organizado una de las últimas retrospectivas del artista en junio de 2014, no creo que le importen demasiado estas polémicas ni que, mucho menos, las comparta.
Imagen: Balloon Dog (orange), disponible en http://thepupdiary.com/
En los primeros años de nuestro siglo, su obra y su figura no solo obtienen reconocimientos económicos, sino también artísticos, como la Medalla Skowhegan de Escultura o el nombramiento Honoris Causa en Bellas Artes por el Corcoran College de Arte y Diseño de Washington, además de ser nombrado miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias de Nueva York. Entre los años 2002 y 2008, son numerosos los museos que exponen sus obras y organizan exposiciones sobre su trabajo. Por ejemplo, el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, el Guggenheim de Bilbao y el de Berlín o la Galeria Max Hetzler de la capital alemana. En 2008, los jardines de Versalles se convierten en la sede de la primera retrospectiva europea de Koons, después de haber protagonizado dos existosas exposiciones en la Gagosian Gallery de Londres: Jeff Koons: Popeye y Jeff Koons: Hulk Elvis.
Imagen (izquierda): Popeye, disponible en http://www.artlyst.com/
Imagen (derecha): The Hulk, disponible en http://articles.latimes.com/
Esta ha sido la tónica general de los últimos años: numerosas exposiciones, solo o en compañía de otros artistas, premios y reconocimientos, campañas publicitarias con su foto al lado de sus obras y obras suyas como parte de las colecciones permanentes de museos tales como el MoMA de Nueva York, la National Gallery de Washingtong, la Tate Gallery de Londres o el Tokyo Metropolitan Museum. Cuando algunos artículos periodísticos hablan de timo al contemplar sus excesivas esculturas, sus pornográficas fotografías o sus llamativas pinturas, cuando otros se preguntan cómo el mundo del arte ha podido perder la cabeza por este artista, él batía récords de visitas en el Centro Pompidou de París, el pasado mes de diciembre de 2014.
Imagen: Balloon Dog, disponible en http://www.wikiart.org/
Y mientras, él, Jeff Koons, continua creando, “vendiendo” lo que crea, produciendo en ese estilo suyo tan criticado por algunos y tan alabado por otros, colaborando con artistas como Lady Gaga para crear la portada de su tercer álbum y realizando la serie Antigüedad (Antiquity Series), una de sus últimas creaciones, formada por diversas reproducciones de estatuas griegas y romanas con su típico toque kitsch.
«Un espectáculo apasionante» es la opinión de Roberta Smith, de The New York Times; «Tras ser la novedad (…), Koons está fuera de moda» es la versión del diario británico The Guardian. ¿Seguiremos presenciando los destellos coloristas de Koons mientras los críticos de arte luchan entre sí por ensalzar o hundir su obra? Es muy posible. Mientras, nosotros podemos seguir el consejo de Harold Evans: «intentar alcanzar la verdad significa rechazar los estereotipos y clichés», y acercarnos a la obra de Jeff Koons para obtener nuestra propia opinión.
Imagen (izquierda): Balloon Venus, disponible en http://www.economist.com/. Imagen (derecha): Metallic Venus, disponible en http://www.artinamericamagazine.com/
Imagen: Lady Gaga, disponible en http://www.jeffkoons.com/
Imagen: Antiquity 2, disponible en http://www.spectacles-selection.com/
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Primero, meteorólogo en las fuerzas aéreas, después repartidor de correos, y más tarde guardia de seguridad; es poco probable que un artista recorra caminos tan diferentes hasta llegar al arte, tal y como hizo Dan Flavin. De sus dibujos infantiles y de su formación en el Immaculate Conception Preparatory Seminary de Brooklyn (barrio en el que nació, en 1933) pasó a alistarse en las fuerzas aéreas, donde se formó como meteorólogo, y de ahí, a la New School for Social Research para estudiar Historia del Arte, para trabajar después en la sección de correos del museo Guggenheim de Nueva York.
Primero, meteorólogo en las fuerzas aéreas, después repartidor de correos, y más tarde guardia de seguridad; es poco probable que un artista recorra caminos tan diferentes hasta llegar al arte, tal y como hizo Dan Flavin.
imagen: Dan Flavin’s Fantastic Lights, disponible en http://imgbuddy.com/
De sus dibujos infantiles y de su formación en el Immaculate Conception Preparatory Seminary de Brooklyn (barrio en el que nació, en 1933) pasó a alistarse en las fuerzas aéreas, donde se formó como meteorólogo, y de ahí, a la New School for Social Research para estudiar Historia del Arte, para trabajar después en la sección de correos del museo Guggenheim de Nueva York, y más tarde como guardia de seguridad en el American Museum of Natural History de esta misma ciudad, donde comenzó su relación más directa con el arte al conocer a artistas como Ward Jackson, Barbara Rose o Bruce Glaser, aunque empezó su obra bajo la influencia de Duchamp y del Expresionismo Abstracto. Flavin, vinculado al movimiento minimalista, inició su vida artística a finales de los años cincuenta, primero interesándose por la pintura y, más tarde, haciendo de la luz fluorescente el eje su obra y mostrando así, el papel que desempeñaban los materiales tecnológicos cotidianos en el arte.
Imagen (izquierda): Crushed can, disponible en https://www.nga.gov
Para sus primeras creaciones, utilizó la acuarela, el collage y la fotografía, con los que montó su primera exposición individual en la Galería Judson de Nueva York, en 1961, dentro del movimiento expresionista, pero dando ya sus primeros pasos en la incorporación de la luz eléctrica a sus esculturas. Es así como surge la colección Iconos (Icons Series), en 1963, formada por una serie de composiciones simples consistentes en luces verticales que consiguen destacar la energía y el color que se encierran en estas luces, y que crean una atmósfera especial que, para algunos críticos, invita al misticismo y la reflexión. La más representativa es la que dedicó al monje Guillermo de Ockham The Nominal Three (To William of Ockham) (El tres nominal) en referencia al axioma de este filósofo.
Imagen: The Nominal Three, disponible en http://www.museoreinasofia.es/
Dan Flavin, definido como «el escultor de la luz fluorescente», continuó trabajando con la luz y sobre todo con el color, ayudado por las nuevas tecnología industriales, centrado en que sus esculturas transformaran la atmósfera donde se instalasen, a través de los efectos ópticos creados por los tubos de color amarillo, azul, rosa y rojo. Surge así su obra Diagonal of May 25, dedicada a Brancusi, la primera en la que utilizó el tuvo fluorescente y con la cual queda totalmente integrado en el movimiento minimalista, presentada en la Green Gallery de Nueva York. De hecho, participó en 1966, en una exposición que se hizo sobre este movimiento en el Jewish Museum, con la obra Estructuras Primarias (Primary structures).
Imagen (izuierda): Diagonal of Personal Ecstacy (1963), disponible en http://www.examiner.com/, 10 de julio de 2012
Imagen (derecha): Dan Flavin Lights 11, disponible en http://trendland.com/
Después de estos trabajos, llegarían sus grandes instalaciones de luces fluorescentes, posiblemente la más destacada fue la que realizó para Documenta 4 en Kassel, en 1968, una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo. Después vendrían otras como la que realizó para la Galería Nacional de Canadá en Ottawa, en 1969. En estas obras, más complejas, el artista estudia también los aspectos arquitectónicos, como ocurre en Untitled, de 1968, una barrera de neones que cierra la propia sala a la que ilumina.
La lógica evolución de su obra se iba haciendo cada vez más compleja, más grande. En 1974, la Dia Art Fundation, no solo adquirió numerosos trabajos del artista, sino que estuvo dispuesta a financiar sus más ambiciosos proyectos, como por ejemplo, sus trabajos exteriores para el Kunstmuseum Basel, en 1975. A este le siguieron, entre otros, la iluminación de las vías del tren de la Gran Estación Central de Nueva Yor (1977) y la instalación permanente hecha para la Iglesia Baptista de Bridgehampton, sede de lo que después sería el Instituto de Arte Dan Flavin, creado en 1983 para mostrar su trabajo de forma permanente. Posiblemente, estos fueron excelentes «ensayos» para la que fue su obra más importante de las hechas a gran escala, la iluminación de la magnífica construcción que Frank Lloyd Wright diseñó para el Guggenheim Museum de la ciudad neoyorquina, y que Flavin realizó para conmemorar su reapertura en 1992. Otras de sus intervenciones en la arquitectura fueron las que realizó por ejemplo para el Hamburger Bahnhof de Berlin, la Chianti Foundation in Marfa, Texas, y la iglesia de Santa Maria Annunziata, en Milan, todas en 1996.
Imagen (izquierda): Dan Flavin, disponible en http://baseljournal.ch/
Imagen (derecha): The Guggenheim NewYork, disponible en http://inewsdesign.com/, 10 de junio de 2013
A lo largo de estos años, se fueron realizando diferentes exposiciones en distintas lugares del mundo. Por ejemplo, en nuestro país, el Museo de Arte Reina Sofía organizó una importante retrospectiva que hubiera sido la primera desde la que se llevó a cabo en 1969. Sin embargo, no fue reconocida como tal por el artista, al situarla, exclusivamente, dentro del movimiento minimalista, algo que no convenció al escultor, quedando este «honor» para la exposición celebrada años más tarde en París, en 2006, como parte del proyecto organizado por la Dia Art Foundation de Nueva York, en colaboración con la National Gallery of Art, de Washington, en 2004, viajando después a Fort Worth (Texas) y a Chicago. Otra de las ocasiones en las que se pudo contemplar la obra de Dan Flavin en España fue en la galería Helga de Alvear, de Madrid, donde se expusieron cinco piezas del artista creadas entre 1990 y 1995.
Dan Flavin moría en 1996 en la ciudad en la que había nacido, Nueva York, dejando atrás un legado que él consideraba menos «un hacer» y mucho más «un pensar», y así lo explicaba después de crear su obra Diagonal: «Me gusta más el arte como pensamiento que como trabajo. Lo he afirmado siempre (...). Es una proclamación: el arte es pensar».
imagen: Dan Flavin Mumok, disponible en https://artpjf.wordpress.com
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Jasper Johns era un chico del sur que llegó a Nueva York empujado por el empeño de su profesor de arte de la universidad, aunque él ya deseaba pintar desde los cinco años, y que terminó siendo uno de los pintores americanos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX.
Imagen: Jasper Johns disponible en newsoftheartworld.com
Nacido en Augusta (1930), creció en Allendale sintiendo el amor por la pintura desde niño. Esto le llevó a estudiar, primero en la Universidad de Carolina del Sur, entre 1946 y 1947, y luego en la Parsons School of Design de Nueva York, en 1948, donde realizó sus primeras exposiciones. Después, la guerra de Corea hizo un alto en su camino artístico y le llevó a servir dos años en el ejército, una parte de ellos en Japón.
De vuelta a Nueva York, en 1952, Jasper Johns estuvo trabajando durante unos cuantos años en diferentes librerías mientras se introducía en los ambientes artísticos de la ciudad y entablaba amistad con artistas como el músico John Cage o el coreógrafo Merce Cunningham, que influyeron mucho en su forma de entender el arte, y muy especialmente el pintor Robert Rauschenberg siendo ambos los mayores exponentes del expresionismo americano de los cincuenta, aunque luego su obra diera un giro total y creara nuevos estilos. Su visión del arte sufrió un impacto total a raíz de una visita suya a Pensilvania para ver la obra de Marcel Dunchamp, The Large Glass, en la que el artista plasmaba una nueva forma de crear conocida como readymades (lo ya hecho), según la cual, se transformaban objetos encontrados y se creaban con ellos una obra nueva. La influencia de esta creación le llevó, más adelante, a incorporar a sus cuadros diferentes objetos (reglas, cucharas, perchas) como una parte más de la pintura.
Imagen (izquierda): Flag, disponible en www.metmuseum.org
Imagen (derecha): Three flags, disponible en www.usc.edu
En 1954 y 1955, crea sus famosas banderas, Flags, que tanto influyeron en la iconografía americana del siglo XX: Flags, Target y Numbers formaron parte de su primera gran exposición en solitario, en la Galería Leo Castelli de Nueva York. Las diferentes banderas creadas con la técnica de la encaústica (cera aplicada a la pintura y pulida con un trapo de lino), supusieron toda una revolución por su aparente simplicidad, y por su fuerza. Tal fue su impacto que el Museo de Arte Moderno de Nueva York compró tres piezas para exponerlas en sus salas. Jasper Johns había dado un paso de gigante en la incorporación de lo cotidiano a la imaginería norteamericana: «las imágenes, dijo, son las cosas que la mente ya conoce».
Más interesado en el proceso creador que en la obra en sí, Johns no se conformó con una sola técnica y llevó a cabo muchos de sus trabajos tanto mediante el grabado como con la serigrafía o la litografía. Es en estos momentos de su carrera cuando se aleja del expresionismo abstracto en el que empezó a crear, para acercarse a nuevos estilos como el Arte pop, el minimalismo o el arte conceptual, del que muchos le consideron creador. En sus cuadros empieza a incorporar diferentes objetos, auténticos collages que los transforman en esculturas.
Imagen (izquierda): Souvenir 2, disponible en www.artchive.com
Imagen (derecha): Recent Still Life, disponible en www.ulae.com
A lo largo de los años sesenta colaboró con otros muchos artistas de aquel momento, como Andy Warhol, Robert Morris o Bruce Naumann. Esto le ayudó, no solo a dar un gran impulso a su carrera, sino a continuar su investigación y su aprendizaje en el mundo del arte, conociendo nuevos puntos de vista y haciendo nuevos trabajos, como las ilustraciones del libro del escritor Frank O'Hara, In Memory of My Feelings. En 1964, Johns realiza uno de sus grabados más famoso, Ale Cans, dos latas de cerveza que anteriormente había recreado en una escultura: Bronze (1960). El artista buscaba las diferentes maneras de ver un mismo objeto a través de diferentes disciplinas, ya sea grabado, escultura e incluso fotografía.
Imagen (izquierda): In Memory of My Feelings, disponible en greg.org
Imagen (derecha): Two Ale Cans, disponible en www.theartsdesk.com
Para algunos seguidores y estudiosos del pintor, la década de los setenta supuso una nueva transición hacia un estilo más autobiográfico, bastante alejado de lo que habían sido sus trabajos iniciales, homenajeando a Cézanne y a Picasso, y llenos de colores primarios como sus obras Scent (1973–74) y Weeping Women (1975), obras formadas por varios paneles a modo de trípticos. Son años también en los que parece obsesionado con la repetición de imágenes en diferentes técnicas, haciendo suya la frase de su amigo John Cage: «si haces una cosa más de una vez puedes obtener mejores resultados». En realidad se trataba de buscar las diferencias o semejanzas en el resultado final de las diferentes representaciones.
También en estos años, tras la retrospectiva del Withney Museum of American Art de Nueva York, sus cuadros se convierten en protagonistas de varias exposiciones europeas, como la bienal de Venecia de 1978 o la exposición sobre su obra gráfica del Kunstumuseum de Basilea, entre otros.
Imagen (izquierda): Target With Four Faces, disponible en www.jasper-johns.org
Imagen (derecha): Coat Hanger and Spoon, disponible en www.christies.com
Y de nuevo, vuelve a abrir un nuevo camino en la forma de hacer arte, un nuevo ciclo dentro de su propia creación. Fue en la exposición del Museo de Arte Moderno de Nueva York de 1987, con la serie Las estaciones, (Seasons) en las que incluyó la figura humana, tituladas Spring, Summer, Fall, y Winter. Esta exposición fue el precedente de la que luego se llevó a cabo en nuestro país, en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid, y que abarcó veinticinco años de su carrera a través de 180 obras seleccionadas por Riva Castleman, directora del departamento de grabados y libros del Museo de Arte Moderno de Nueva York y que fue una de las retrospectivas más importantes de las que se realizaron sobre su obra.
Sus trabajos empezaron a subastarse a precios increíbles, convirtiéndose en el artista vivo más cotizado de esos momentos. Sin embargo, él no dejó nunca de crear, a pesar de todos los cambios experimentados en su carrera, y tampoco abandonó nunca su «amor» por el gris, como se demuestra en las obras Bridge (1997), Catenary (I Call to the Grave) (1998) y Near the Lagoon (2003) , cuadros que cuelgan de unas cuerdas sobre una superficie absolutamente gris. Su obra regresaría de nuevo a España en 2011, gracias a una nueva exposición retrospectiva organizada por el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) que contó con una escultura creada por Johns en 2007 y que se mostró al público entonces, por primera vez.
Imagen (izquierda): Fall, disponible en http://dexedrina.blogspot.com.es/, 18 de octubre de 2012
Imagen (derecha): Summer, disponible en http://www.jasper-johns.org/
«Para ser un artista, hay que entregarlo todo, incluido el deseo de ser un buen artista». Quizás esta frase pueda explicar los continuos cambios en la trayectoria artística de Johns; un hombre inquieto que rompía con su propio estilo para dar lugar a otro. Pero independientemente de esto, su gran poder fue la influencia aplastante en las generaciones que le siguieron, siendo además uno de los artistas cuyas obras han sido de las más cotizadas y han alcanzado precios verdaderamente elevados.
Aún hoy, a sus 84 años, sigue siendo noticia en el mundo del arte. Su gran última exposición se pudo ver en Nueva York, en el Museo de Arte Moderno (MoMA) este mismo año, con su última producción, Regrets, que incluía treinta obras entre pinturas, dibujos y grabados creados en el último año y medio, y en la que ha destacado la fotografía de Lucian Freud, tomada en 1964 y que Johns decidió incluir ahora en una pintura.
Imagen (izquierda): Untitled, disponible en www.theartsdesk.com
Imagen (derecha): In Memory, disponible en www.spaightwoodgalleries.com
«Mi trabajo se basa sobre todo en la relación entre ver y conocer, ver y decir, ver y creer». Durante toda su carrera ha visto, conocido y creído en todo tipo de materiales y técnicas (litografías, grabados, serigrafías, estampados en papel y trabajos en plomo) creando una obra personal, un movimiento propio dentro del arte y siendo uno de los grandes maestros del siglo XX para los artistas posteriores.
Imagen: Racing Thoughts, disponible en www.nj.com
Imagen (izquierda): Jasper Johns, disponible en drawpaintprint.tumblr.com
Imagen (derecha): Catenary, disponible en visualarts.walkerart.org
Imagen (izquierda): Scent, disponible en www.artnet.com
Imagen (derecha): Homenage to Jasper Johns, disponible en www.tapestry.co.nz
Imagen: 0-9, disponible en www.jasper-johns.org
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- Detalles
- Escrito por Marisa Carrero
«Mi trabajo es sobre el espacio y la luz que habita en él. Se trata de cómo se puede hacer frente a ese espacio y materializarlo. Se trata de tu visión, como el pensamiento sin palabras que proviene de mirar hacia el fuego».
Estas palabras son suficientes para definir la obra de este artista californiano que ha pretendido encerrar la luz en un solo espacio, y que ha hecho de estos dos elementos los ejes de su obra.
Imagen: James Turrell, disponible en http://www.blueverticalstudio.com/
James Turrell nació en Pasadena (1943), California, un lugar indudablemente lleno de luz y su trabajo como cartógrafo, a los dieciséis años, posiblemente fuera el origen de su atracción por el espacio. Más tarde, estudiaría percepción psicológica en Pompona College, en 1965, además de matemáticas, geología y astronomía. No fue hasta 1966, cuando dio el paso a los estudios artísticos en la Universidad de California, realizando sus primeros trabajos basados en la proyección de la luz. Fue entonces, en 1967, cuando tuvo lugar la muestra en solitario de su obra Projection Pieces, en el Museo de Arte de Pasadena, en la que utilizó proyectores de alta intensidad con el fin de modificar los espacios a través de la luz.
Imagen (izquierda): Carn White, disponible en http://www.kaynegriffincorcoran.com/
Imagen (derecha): The Wolfsburg Project, disponible en http://blog.vaffanculomag.com/, 21 de marzo de 2013
Después llegarían otra serie de trabajos desarrollados en su estudio de Santa Mónica. En esta ocasión, transformó completamente el Hotel Mendota, abriendo huecos en sus paredes y techos, cambiando las persianas y tratando de integrar el paisaje urbano en su interior. Su finalidad era cambiar la percepción de quienes entraran en él, a través de la luz y su proyección por el edificio. A partir de aquí fueron surgiendo diferentes proyectos en los que investigó sobre la percepción del espacio y la proyección de la luz a través de él. Son las obras recogidas bajo el nombre de Shallow Space Constructions.
Estos proyectos hicieron que muchos estudiosos de su obra hablaran sobre ese toque de espiritualidad de las mismas, al parecer resultado de su formación cuáquera. Sea cierto o no, su manejo de la luz transforma los espacios en lugares para meditar, haciéndolos más intimistas y cambiando nuestra percepción sobre ellos. Según Clavin Tompkins, del New Yorker: «Su trabajo no es sobre la luz, o una alabanza de la luz, es la luz; la presencia física de la luz manifestada de una forma sensorial».
Su formación filosófica a menudo le lleva a citar la parábola de la cueva de Platón, como base para su percepción de las cosas a través de la luz: nuestros sentidos están limitados por nuestro entorno y nuestra cultura y nuestra realidad es la que nosotros creamos. A partir de aquí surgen sus Skyspaces (Espacios celestes), habitaciones con un vano en el techo por donde ver el cielo, espacios que nos dan la opción, como espectadores, de crear nuestra propia visión de los cambios que se van produciendo en la luz y el color.
Imagen: Arrowhead, disponible en http://jamesturrell.com/
Con estos principios estéticos, quién sino él podía transformar un volcán inactivo en una obra de arte. Así, en 1974, empieza su proyecto más ambicioso, llevado a cabo en el volcán Roden Crater, en Arizona, en el que el artista ha ido creando, a lo largo de los años, su propio paisaje desde el interior del volcán, escavando túneles, abriendo pequeñas cámaras, etc. Un proyecto que aún está en marcha y que ha compaginado, durante las últimas décadas, con numerosas exposiciones y trabajos que han visitado museos como el Guggenheim, el Whitney Museum of American Art de Nueva York, los museos de arte contemporáneo de Los Ángeles y de San Francisco y la Colección Panza de Biumo en Varese, Italia.
Imagen (izquierda): Arrowhead, disponible en http://tlmagazine.com/
Imagen (derecha): Roden Crater, disponible en http://www.wired.com/, Mayo de 2013
Al mismo tiempo que supervisaba la marcha de este gran proyecto, seguía creando y realizando exposiciones. Por ejemplo, su obra Meeting, en 1986, para el MoMA PS1 en Nueva York, o Irish Sky Garden, su creación de 1992 para el hotel Liss Ard Estate, en Irlanda. Después llegaría una nueva serie de sus Skyspaces: Kielder Skyspace (2000) en Inglaterra, Sky-Space (2006) en Salzburgo y Second Wind 2005 en Cádiz.
Su trabajo en Cádiz (2009) fue el primero en nuestro país. Y para realizarlo, Turrell estuvo en persona eligiendo el terreno para su construcción; un terreno en pendiente que permitiera crear una estructura subterránea y en su interior una estupa de piedra sobre una cisterna con agua, a la que se accede por un túnel, y una abertura en el techo que permite ver un trozo de cielo. Se trata de que el visitante pueda contemplar esta estructura durante aproximadamente una hora y media, el tiempo necesario para disfrutar de los distintos colores que trae el atardecer.
Entre nuevos retos y proyectos, como Wolfsburg Project, en Alemania (2009), una instalación que iluminaba un área de 700 metros cuadrados, o su trabajo en el Yucatán (México), llamado Agua de luz, en donde ha creado una serie de sus Skyspaces junto a unas piscinas, dentro de una pirámide (2010), llegó la mayor retrospectiva que se había hecho sobre su carrera. Llevada a cabo en tres lugares diferentes durante todo el 2013 y parte del 2014 (Los Angeles County Museum of Art, Museum of Fine Arts, de Houston y Solomon R. Guggenheim Museum, New York), se trataba de utilizar la arquitectura de cada edificio para crear una masa de colores en movimiento similares a sus Skyspaces, además de contar con dibujos y bocetos de su gran proyecto Roden Crater.
Imagen (izquierda): Light Inside 2, disponible en http://hirambutler.com/
Imagen (derecha): Guggenheim, disponible en http://www.bustler.net/, 20 de mayo de 2013
A lo largo de su vida, y dada su trayectoria, no es nada raro el número de premios y reconocimientos recibidos: el Genius Grant , de la Fundación John D. and Catherine T. MacArthur, la Medalla Nacional de las Artes, o el más reciente Premio de Arquitectura, de manos del propio presidente Obama . Además cuenta con el Museo James Turrell, levantado en la Bodega Colomé, en Argentina como parte de la colección de Donald Hess. Él, mientras tanto, reside tranquilamente en Flagstaff, Arizona, mientras continua supervisando los trabajos que se llevan a cabo en su gigantesco proyecto del cráter Roden.
Los admiradores de su obra siguen preguntándose cómo deben observar lo que ven, a dónde deben mirar exactamente. Él les dice que se tomen su tiempo, que sus obras se pueden mirar desde cualquier punto, que cada uno tiene su propia mirada. Y añade: «No existe eso llamado luz artificial. Todas provienen del hecho de quemar algo y utilizar la luz que emana de ahí. Lo que cambia el tipo de iluminación depende de las características de lo que quemas y de la temperatura. No hay nada antinatural en ello.» Alguien que siente así la luz, solo puede crear arte con ella.
Imagen: Agua de Luz, disponible en http://jamesturrell.com/
Imagen (izquierda): Roden Crater, disponible en http://cargocollective.com/
Imagen (derecha): Kielder Skyspace, disponible en http://www.visitkielder.com/
Imagen: Rodencrator, disponible en http://web.guggenheim.org/
Imagen (Derecha): Sky Space 1, disponible en http://imgbuddy.com/
Imagen: Aten Reign, disponible en http://design-milk.com/
James Turrell | Art21