El nuevo libro de Michelle Dean, una recopilación de artículos biográficos sobre grandes (y afiladas) conversadoras, llega las librerías en marzo de 2019. Un texto clave sobre grandes figuras femeninas que vivieron y opinaron durante el siglo XX.
Portada de la edición española de Agudas y retrato de Michelle Dean. En therumpus.net
El movimiento feminista lleva décadas revolucionando a la sociedad y las conciencias; en los tiempos que corren, su presencia es cada vez más evidente y tiene mayor influencia. Hasta hace poco tiempo, las voces de muchas mujeres apenas han tenido la oportunidad de ser escuchadas: por eso es todo un placer acercarse a aquellas que con sus palabras incisivas y sus mentes brillantes abrieron una brecha por la que lograron hacerse ver. De mujeres como estas habla Agudas, el último libro de Michelle Dean publicado por Turner Libros: una recopilación de artículos sobre intelectuales que hicieron de la conversación un arte… y un arma de doble filo. Leer Agudas es como asistir a una reunión social, donde entre las copas, los canapés y las risas se deslizan frases y comentarios que pueden ensalzar o hundir carreras. Muchos de los nombres que aparecen en el libro figuran con letras de oro en la historia de la literatura y el periodismo del siglo XX: Hanna Arendt, Nora Ephron, Susan Sontag, Rebecca West, Joan Didion, Mary McCarthy, Dorothy Parker, Janet Malcolm, Pauline Kael, Lillian Hellmann, Zora Neale Hurston y Renata Adler.
Michelle Dean habla sobre su libro. Vía PSB Books.
Son muchas las cosas que unen a estas mujeres, además de su afilada lengua y su importancia en las letras occidentales. Por ejemplo, la autora señala como un elemento común la falta general de modestia que muestran las protagonistas del libro. Se consideraban, y con razón, personas influyentes e importantes. Y no tenían complejos en demostrarlo. En este sentido, es reveladora la frase con la que Mary McCarthy recibió a Susan Sontag a finales de los años 60: “He oído que eres la nueva yo”. Para las brillantes mujeres que aparecen en Agudas, “yo” era algo que (claramente) merecía la pena ser. Merece la pena resaltar la valentía que todas ellas demostraron en sus escritos, comentarios, reseñas y citas: no hay que olvidar que vivieron y trabajaron, como comenta Dean, en un mundo al que “no le interesaba escuchar las opiniones de las mujeres sobre tema alguno”. Ellas desafiaron este muro de indiferencia, y abrieron brechas con sus agudas y afiladas mentes. En el libro se aprecia claramente la pasión que algunas de las reflejadas despiertan en la autora, y el menor interés que otras suscitan en ella. Pero todas son imprescindibles para generar ese ambiente que despiertan los textos: al final, el libro es una reunión de grandes mentes donde las espadas están en alto. Brillantes… y mortales.