El escultor del hierro por excelencia falleció en Madrid a los 94 años de edad. Autor de algunas de las obras más improtantes del arte español de las últimas décadas, trabajó con pasión hasta el final de su vida.
Retrato de Martín Chirino en el año 2012. Foto de Javier Gavinet en diariodeavisos.com
“El arte auténtico es el que se trabaja con la materia de la pasión”. Estas palabras, pronunciadas por el escultor Martín Chirino hace tan solo un año, reflejan bien lo que eran para él el arte y la escultura. El escultor del hierro por excelencia, que insufló vida y movimiento a un material tan estático como el hierro, ha fallecido en su casa de Morata de Tajuña (Madrid) a los 94 años de edad. Durante los últimos meses y aquejado de una grave enfermedad, Chirino se limitó a crear a través del papel y el lápiz: su avanzada edad y delicado estado de salud no le permitían prender la forja, su auténtica pasión. Una obra final para setenta años de trayectoria creativa que le han convertido en uno de los artistas de referencia en el campo de la escultura abstracta, a nivel internacional. Su obra nunca perdió su esencia contemporánea y rompedora, siempre impregnada de un equilibrio sutil y una poesía intrínseca que entablaba un diálogo constante con el arte más transversal. Ese arte que rompe las fronteras entre figurativismo y abstracción, y apunta directo al corazón de quien lo contempla.
Vídeo de la exposición Martín Chrino, obras para una colección, celebrada en el CBA de Madrid en el año 2013
“El arte auténtico es el que se trabaja con la materia de la pasión”. Estas palabras, pronunciadas por el escultor Martín Chirino hace tan solo un año, reflejan bien lo que eran para él el arte y la escultura. El escultor del hierro por excelencia, que insufló vida y movimiento a un material tan estático como el hierro, ha fallecido en su casa de Morata de Tajuña (Madrid) a los 94 años de edad. Durante los últimos meses y aquejado de una grave enfermedad, Chirino se limitó a crear a través del papel y el lápiz: su avanzada edad y delicado estado de salud no le permitían prender la forja, su auténtica pasión. Una obra final para setenta años de trayectoria creativa que le han convertido en uno de los artistas de referencia en el campo de la escultura abstracta, a nivel internacional. Su obra nunca perdió su esencia contemporánea y rompedora, siempre impregnada de un equilibrio sutil y una poesía intrínseca que entablaba un diálogo constante con el arte más transversal. Ese arte que rompe las fronteras entre figurativismo y abstracción, y apunta directo al corazón de quien lo contempla.