En el ámbito del Museo Sorolla de Madrid, la historiadora Patricia Fernández Lorenzo presentó el libro que recoge sus investigaciones acerca de uno de los hispanistas más importantes de su época.
Portada del libro Archer M. Huntington e imagen de su autora, Patricia Fernández Lorenzo, durante su presentación en el Museo Sorolla de Madrid.
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Archer M. Huntington es una de las figuras más apasionantes del ámbito del coleccionismo y el mecenazgo. Nacido de una relación ilícita (que más tarde se convertiría en legal) y defensor a ultranza del aprendizaje no académico, Huntington cumplió su sueño de crear un centro de difusión de la cultura y el arte hispánicos en Estados Unidos: gracias a él, la prestigiosa Hispanic Society of America es hoy una realidad. En su libro Archer M. Huntington (Marcial Pons Ediciones de Historia), la historiadora Patricia Fernández Lorenzo ha realizado una exhaustiva investigación sobre su trayectoria que ha dado como resultado una biografía de fascinante lectura. El hilo que articula la lectura del libro es la correspondencia que Huntington mantuvo durante toda su vida con sus amigos españoles. Correspondencia que hasta ahora permanecía inédita en parte, y que ha permitido a la autora descubrir la parte emocional de la relación del hispanista con la cultura de nuestro país. En las páginas del libro se relata lo que Archer M. Huntington consiguió y cómo lo consiguió; pero también se cuenta la parte más oculta de su figura, relacionada con su ámbito social, sus logros y sus decepciones.
Acto de presentación de libro en el Museo Sorolla de Madrid
Huntington descubrió su pasión por la historia y la cultura hispánica a la temprana edad de 12 años, tras leer el libro Los gitanos de George Borrow. La España naturalista y pasional descrita en sus páginas fue la semilla que germinaría en el futuro hispanista a la edad de 20 años. Entonces viajó a México en compañía de sus padres, y tomó dos decisiones que marcarían su vida: dedicarla al estudio de la cultura hispánica, y crear un centro de difusión y museo de arte español en América. Dos objetivos que cumplió sobradamente, llegando también a introducir a Joaquín Sorolla en el mercado norteamericano. En 1908, Huntington descubrió en Londres la obra pictórica del maestro valenciano; inmediatamente, decidió adquirir varios de sus cuadros. Tan solo un año después, las pinturas de Sorolla colgaban ya en las paredes de la Hispanic Society: 160.000 visitantes convirtieron a la exposición en un auténtico hito y desataron en Nueva York una súbita pasión por “lo español”. Las obras que Huntington adquirió a lo largo de su vida forman hoy parte del museo americano e incluyen piezas de Sorolla, Velázquez, Ribera o Zuloaga, entre otros. El libro de Patricia Fernández Lorenzo contribuye así a mantener viva la obra del hispanista y mecenas, gracias al cual el punto de vista internacional sobre la cultura y el arte hispánicos cambió de forma radical.