Las subastas y los grandes museos occidentales dirigen su mirada hacia el arte emergente africano, dando visibilidad a nuevos y potentes artistas como Aboudia.
El artista Aboudia (Abdoulaye Diarrassouba) frente a una de sus obras. Vía trueafrica.co.
A principios del siglo XX, el arte procedente de África despertó un enorme interés en las vanguardias artísticas europeas. Desde el movimiento Dadá, que empleaba las máscaras africanas como inspiración para sus performances (y cuyos integrantes eran apasionados coleccionistas de estos objetos), hasta la obra de artistas de renombre mundial como Pablo Picasso, las corrientes plásticas del siglo XX no hubieran sido lo mismo sin la influencia del arte llegado del continente africano. Actualmente, este interés experimenta un poderoso renacer; si bien en este caso el objeto de deseo no es el arte étnico, sino el contemporáneo. Las obras de los jóvenes artistas africanos pugnan por hacerse un lugar en los grandes museos, que empiezan a colocarlas en el punto de mira de sus adquisiciones.
Go, 2019. Aboudia Diarrassouba
Las redes sociales, con Instragram a la cabeza, son las máximas responsables de la difusión de este soberbio imaginario. Entre otros artistas emergentes como Portia Zavavahera, Cyrus Karibu o Aya Tarek, o consolidados como Chéri Samba, Raymond Tsham Mateng, Pierre Bodo, el nombre de Aboudia destaca por su potencia. Aboudia es el nom de guerre de Abdoulaye Diarrassouba, nacido en Costa de Marfil en 1983 y que actualmente divide su vida y su trabajo entre sus estudios de Nueva York y Abiyán, su ciudad natal. Con una imagen en redes tan intensa como polémica, sus grandes lienzos guardan una evidente relación con la obra de Jean-Michel Basquiat, de la cual heredan el rotundo trazo expresionista, la conciencia de raza y un magistral uso del color.
Aboudia habla sobre su obra para la Ethan Cohen Gallery de Nueva York, con motivo de la exposición celebrada en el año 2015. Vía efca.com.
El éxito de la obra de Aboudia ha sido un punto de inflexión en la vida del joven creador. Aboudia ha sabido expresar de forma contemporánea el horror de la guerra vivida en su país, Costa de Marfil: durante la contienda, el artista sobrevivió a la violencia convirtiendo el sótano en el que se ocultó en su propio estudio de arte.
Aboudia -Trois amis III. Artsy
En una entrevista realizada por trueafrica.co, Aboudia deja clara que su atracción por el arte no es en absoluto sobrevenida. “Nací con pasión por el arte y empecé a pintar a una edad muy temprana. Por lo tanto, siempre he sido artista”. El pintor también señala que una de sus influencias fundamentales son los grafitis que realizan los niños y adolescentes en las calles de los distritos de Abobo, Yopougon y Treichville de Abiyán (capital de Costa de Marfil, donde el artista se crio). Si bien la guerra civil ejerció una poderosa influencia en los lienzos del Aboudia, según sus propias palabras esa etapa ya forma parte del pasado: “una vez terminada la guerra he vuelto a mi inspiración original: los chicos de las calles de Abiyán”. Actualmente su obra forma parte de colecciones tan importantes como la de la Galería Saatchi (Nueva York) o la Frank Cohen Collection (Londres). En el mercado de las subastas, en los últimos años algunas de sus pinturas han alcanzado precios cercanos a los 100.000 dólares.
Aboudia -L’aventurier II