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- Escrito por Alejandra de Argos
Una de las exposiciones a destacar en la Bienal de Venecia de este año, es sin duda la que se ha llevado a cabo en el Palazzo Grassi, dedicada al artista italiano Rudolf Stingel.
Recuerdo la primera retrospectiva de Stingel que se realizó en Estados Unidos, concretamente en Chicago en el año 2007. En esa ocasión, había recubierto las paredes de una sala con espuma de poliestireno revestido de aluminio. Invitaba a interactuar con la obra mediante la intervención manual de los visitantes que podían raspar el aluminio escribiendo, dibujando o garabateando en los paneles. El artista busca involucrar al espectador y hacerle participe del proceso de creación.
En esta ocasión el Palazzo Grassi, edificio del s. XVIII, ha sido el lugar elegido para una gran exposición, en la cual, Stingel ha realizado una impresionante instalación, recubriendo suelos y parades del Palacio con una descomunal alfombra, giño al padre del psicoanálisis Sigmund Freud. Curioso el ambiente que crea esta referencia al psicoanalisis con los cuadros de santos barrocos y góticos y los cuadros monocromáticos. La mirada atrás en el tiempo y todo lo que implican esas imágenes, podría llevar implícita una analogía con la terapia freudiana. Especial atención provoca el Cristo sesgado, tomado desde una perspectiva que hace de ella una obra muy turbadora.
La combinación de la instalación con los cuadros crea una sensación extraña. Al contemplar los cuadros con un fondo que debería estar reservado para el suelo, consigue un efecto que distorsiona la percepción y la perspectiva. Surge algún momento de aturdimiento.
La percepción del arte por parte del espectador es otra de las inquietudes del artista. A través del arte conceptual, las instalaciones y el hiperrealismo, sondea los procesos de creación. Recomiendo un estudio profundo de un artista con una obra tan prolífica y heterogénea que hace de él un artista muy sugestivo.
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- Escrito por Alejandra de Argos
Ayer se inauguró la exposición dedicada al diseñador y arquitecto Ron Arad en la galería Ivorypress de Madrid, fundada y dirigida admirablemente por Elena Foster. En este espacio, tipo garage neoyorquino se despliega el soberbio mundo de Ron Arad.
Lo primero que te recibe es una mesa de ping pong de acero inoxidable y bronce de una belleza extrema en su diseño de líneas. En esta pieza de museo se pudo observar las extraordinarias dotes del artista con este juego heredado de los ingleses.
La exposición nos acerca más a conocer su obra global que estriba en la arquitectura, diseño de muebles, iluminación y escultura. El repertorio de sillas de diseño es interesantísima, desde la primera silla que realizó, la New Rover chair, fruto de la unión de dos ready-mades; un asiento de un Rover 200 sobre un bastidor de Kee-Klamp, hasta las espectaculares sillas que podemos disfrutar en la exposición como la Narrow Pappardelle desplegando toda su poesía, a la Blo Void que abandona la funcionalidad para convertirse en una escultura o la sin igual Gomli que según el artista, el nombre tiene que ver con su amigo Antony Gormley y que está diseñada para la comodidad sin ideas preconcebidas de la belleza.
Artista versátil, sumamente creativo, magistral en la utilización de materiales, a los cuales da vida al dotarlos de movimiento. Suele experimentar con acero, aluminio, polietileno o corian con los que juega con una libertad que da unos resultados sorprendentes. Como sorprendentes son las estanterías. El primer impacto visual lo recibes con una extraordinaria representación del mapa de China en acero inoxidable o la No Bad Colours, una estantería con una nueva tecnología que hace que cambie de color, es de una creatividad asombrosa que hace acercarnos a un nuevo concepto en el diseño. Una de las más interesantes fue Restless Shelves, movimiento, armonía y diseño aunado en una gran pieza.
Blame the tools, recreación de un Fiat 500, proyectos de arquitectura, diseños de gafas...
Todo ello nos sumerge en un mundo fascinante.
En arquitectura destacaría el flamante Museo del Diseño Holon cerca de Tel Aviv, ciudad natal del artista. Una impresionante estructura en acero cor-ten rodea el museo en forma de espiral que recuerda más a una monumental escultura. Un ejemplo de como la arquitectura, la escultura y el diseño se funden en el espacio.
Esta exposición es el ejemplo de su gran lema "El único principio es no basarse en lo que ya existe". Esto y mucho más es lo que se puede encontrar en Ivorypress gracias a los esfuerzos de Elena Foster por acercarnos a conocer a estas grandes figuras del diseño, la arquitectura o la pintura.
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- Escrito por Alejandra de Argos
Esta magnífica exposición del artista de origen argelino Adel Abbdesamed, se puede visitar en el Museo de Arte Moderno de Doha, en Qatar. Es una exhibición que nos abre los ojos a la violencia en el mundo. El arte como crítica es la línea que sigue Adel en su obra, en la cual, se define como un artista de acción. Es el proyecto más importante llevado a cabo por el Mathaf.
En la entrada del Museo nos recibe La Vase Abominable, una vasija de medidas descomunales reposando sobre una base de bombas. La vasija y las armas. Dos de los primeros artefacto creado por el hombre se unen como símbolo de nuestra contradictoria condición humana, la creación y la destrucción.
En esta misma entrada un video llamado Ayaï proyecta una rápida acción repetida hasta el infinito en la que un pie desnudo pisa con violencia una rosa que yace en un adoquín. Curioso el impacto visual de la destrucción severa de algo que evoca la belleza.
Debajo del video se despliegan los Soldaten. Abdessemed los ve por todos sitios, desde el Norte de Irlanda en el comienzo de los años 90 hasta Afganistan en nuestros días. Por seguridad. Por nuestra seguridad. Los soldados representan las continuas guerras de nuestro tiempo.
Para cerrar el círculo de esta sala les acompaña Zero Tolerance (2006), un coche de terracota que aparece carbonizado, destacando entre las blancas paredes. Una imagen que transporta a tantas escenas vistas en los medios de comunicación producidas por ataques terroristas.
La siguiente sala no deja indiferente. East of Eden. Mémorie es la primera memoria, la de un prado de flores que se transforma en cuchillos.
"Que aberrante metamorfosis se impone en nuestra memoria. Que inmenso y repetido crimen ha sido cometido contra nosotros, contra nuestros cuerpos, contra la tierra la cual nosotros pisamos, para transformar los sueños antiguos de bondad y felicidad en yermo, desembocando en tierra destruida por el mal, la violencia y sus signos, vueltos a unir por un momento en una figura similar al arquetípico jardín"
Al fondo se proyectaba un video donde aparece un baboon colocando letras en una pared, Hutu y Tutsi, las dos etnias que en 1994 provocaron el genocidio de Ruanda. Memoria y más memoria…
Sin duda, lo más impactante de la exposición es una instalación humana en terracota que cubría las inmensas paredes. Room of a man as a builder. Shams, es el nombre de esta descomunal y potentísima instalación. El hombre como constructor de monumentos para perpetuar la memoria. El artista como arquetipo del gran constructor. Esta instalación es como una especie de homenaje a los millones de hombres que han ayudado a construir nuestra memoria y que son invisibles.
Los Little Pot son una serie de jarras comunes fabricados en diferentes materiales como arcilla, goma, laca, jade... "Regalo de amor", una promesa de una era que llegará, quizás.
Room of the eternal, or Beyond time. Julie. D'un horizon á un autre. Hace referencia a los conceptos de eternidad e infinito, dos términos que tienen mucho que ver con la figura del artista ya que su trabajo tiene que ver con el espacio y el tiempo. Representa su mujer hecha en piedra de sal sobre una roca de la región de Qatar.
"En el arte, eternidad e infinito están relacionados con la idea de belleza, ya que en la vida la belleza es parecida a la felicidad".
Y para terminar un panel dorado con sus cuatro hijas como recuerdo soñado de una época que tendrá que venir, L'age D'or.
"La Edad Dorada es un estado celestial donde la fatiga de la vida de esfuerzo y su consiguiente infelicidad están desterrados. La Edad Dorada aparece antes de la civilización y su malestar. Pertenece a la esfera del mito y la mitología…" Pier Luigi Tazzi
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