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Autor: Ángeles Blanco.
Licenciada en filosofía e historia
Reivindicativo, provocador, polifacético, ilustrado, revolucionario, reflexivo a la vez que impulsivo, actual... infinidad de adjetivos pueden definir la arrolladora personalidad de Jean-Michel Basquiat quien, a pesar de su efímera carrera, ha dejado una huella imborrable en el mundo del arte. Ahora es el momento, título de la exposición que el Museo Guggenheim de Bilbao, con la colaboración de la Art Gallery de Ontario, acoge entre el 3 de julio y el 1 de noviembre de 2015, reafirma su perdurabilidad.
Ya desde niño, Basquiat destacó por sus habilidades artísticas y su capacidad intelectual, todo lo que le rodeaba le servía de inspiración y era un lector incansable. Pronto hizo suya la temática urbana, consiguiendo un hueco en la escena artística callejera con sus grafitis. En compañía de Al Díaz, tras el seudónimo SAMO©, dejaban mensajes ingeniosos y provocadores.
Aprovechaba cualquier idea como inspiración y era capaz de crear arte al mismo tiempo que discutía con amigos o veía la televisión. Hay quien dice que se anticipó a la era de Internet por su capacidad de aglutinar medios y temas: imágenes, textos, símbolos, música, grafiti, jazz, comics, tratados de medicina... En una misma obra, podía utilizar multitud de recursos para plasmar diferentes ideas, siempre buscando remover conciencias, criticar las injusticias y hacer reflexionar a la gente.
Su ascendencia haitiana y portorriqueña, sin duda tuvo mucho peso en su trayectoria. Una de las mayores preocupaciones de Basquiat era el trato racista que todavía en los años ochenta sufría la gente de color y que, tristemente, sigue hoy de actualidad. Es un tema recurrente en la obra del mayor artista afroamericano de todos los tiempos y que él, a pesar de su fulgurante éxito, seguía sufriendo en carne propia. Por ello, uno de los temas que más se repiten en sus cuadros es el homenaje a la raza negra, el desagravio a su historia de persecución y marginación, el reconocimiento del hombre negro como rey, santo o guerrero, utilizando la corona como motivo recurrente que otorga grandeza a sus personajes.
La idea de la dualidad es otra de las cuestiones que explota en sus obras, los contrapuestos, la combinación de elementos dispares que a veces crean conflictos y otras compromisos: se trataba de cuestionar convencionalismos y percepciones tradicionales, ideas sobre el bien y el mal, el sistema de clases sociales o conflictos raciales... La unión de elementos contrapuestos en una misma obra no perseguía más que la integración.
Aprovecha su afición a los cómics para tomar elementos familiares, recuperar símbolos identificables y, con una notable carga de ironía, tratar temas sociales trascendentales.
Cabe destacar la amistad que lo unió a Andy Warhol uno de los artistas predilectos de un Basquiat completamente integrado en la escena cultural de los años ochenta neoyorkinos. Según Ronnie Cutrone «Era como una especie de loco matrimonio del mundo del arte; eran la extraña pareja. La relación era simbiótica. Jean-Michel pensaba que necesitaba la fama de Andy, y Andy creía que necesitaba la sangre nueva de Jean-Michel. Jean-Michel le devolvió a Andy una imagen de rebeldía». También pintó a aquellos por los que sentía admiración, a sus amigos y participó en multitud de proyectos de colaboración con músicos, cineastas y artistas.
El título de la muestra, Ahora es el momento, proviene de una canción de Charlie Parker Now's the time y aparece en el discurso de Martin Luther King I have a dream. Ciertamente, es el momento de conmemorar la obra de este artista mediático neoyorquino, uno de los artistas más revolucionarios de la década de los ochenta, que hoy más que nunca vuelve a estar de actualidad. A pesar de su prematura desaparición, tras una breve (apenas diez años), pero prolífica carrera, su búsqueda continua de nuevas vías, su desenfado e imprevisibilidad siguen inspirando a muchos artistas.
Ahora es el momento
Museo Guggenheim de Bilbao
3 de julio a 1 de noviembre de 2015
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- Jean-Michel Basquiat. Ahora es el momento - - Página principal: Alejandra de Argos -
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- Written by Ángeles Blanco
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El más conocido del grupo llamado Young British Artists (jóvenes artistas británicos o YBAs), Damien Hirst supo provocar la atención de los medios desde el inicio de su carrera, y es que de una vida turbulenta como la suya no podía surgir más que una obra transgresora. Con la muerte como tema principal de sus creaciones y sus frecuentes provocaciones, probablemente bien estudiadas, resulta inevitable que haya sido foco de numerosas polémicas. Una de ellas, la autoría de sus obras, pues en alguna ocasión ha confesado haber realizado solo cinco: «Cuando vendí una, usé el dinero para pagar a gente que hiciera las demás. Me aburría mucho».
Imagen: Damien Hirst, disponible en http://www.gettyimages.fr/
Nacido en Bristol en 1965, empezó a meterse en problemas desde muy joven; sin ningún interés por los estudios, la única materia en la que destacó en el instituto fue la de arte, alentado por su profesora que supo ver un incipiente talento. Desde finales de 1980, ha venido empleando distintas prácticas en escultura, pintura y dibujo, como sus spin paintings (pinturas girantes) que consisten en una superficie circular en la que la pintura se esparce al girar y sus spot paintings (pinturas de puntos), grandes superficies con puntos coloreados.
Imagen (izquierda): Cirlce, disponible en https://artmoscow.wordpress.com Imagen (derecha): Dot Paintings Hirst, disponible en http://www.fastcodesign.com/
Hirst comenzó a mostrar su interés por la "idea inaceptable" de la muerte desde adolescente. A los dieciséis años, visitó asiduamente el departamento de anatomía de la Facultad de Medicina de Leeds con el fin de hacer dibujos del natural (With dead head). Esta experiencia le sirvió para manifestar lo difícil que le resultaba reconciliarse con la idea de la muerte. Justifica la importancia de este tema en su trabajo: «Puedes asustar a la gente con la muerte o una idea de su propia mortalidad, o quizá en realidad les pueda dar fuerza». Y, cuestionando los sistemas de creencias contemporáneos, aunque parezca contradictorio, insiste en que «el arte es sobre la vida y no puede ser sobre nada más... no hay nada más».
Imagen: With Dead Head, disponible en http://www.damienhirst.com/
Trabajó en la construcción antes de estudiar Bellas Artes en la Universidad de Goldsmiths, en Londres. Aquí, su comprensión de la distinción entre pintura y escultura cambió significativamente, y comenzó a trabajar en una de sus series más importantes, The Medicine cabinets, que creó en el segundo año. Bajo la estética del minimalismo, defiende que «la ciencia es la nueva religión para muchas personas».
Imagen: Medicine Cabinets, disponible en http://furnituredefinitionspictures.com/
Desde 1991, Hirst comenzó a trabajar en Natural History, posiblemente su serie más famosa: una colección de cadáveres de animales metidos en depósitos de acero y cristal preservados en formol, con el objeto de crear un "zoológico de animales muertos". Estos tanques o las vitrinas que utiliza en algunas de sus obras, como The Acquired Inability to Escape, muestran su interés en los mecanismos de visualización, en definir el espacio de la obra, al mismo tiempo que pone énfasis en la fragilidad de la existencia.
Imagen (izquierda): The Acquired Inability to Escape, disponible en http://www.tate.org.uk/ Imagen (derecha): A thousand years, disponible en http://pictify.saatchigallery.com/
Hirst ha continuado explorando las grandes cuestiones: muerte, vida, religión, belleza, ciencia. Atrapado por las drogas y el alcohol durante varios años, su comportamiento se volvió agresivo y proclive a actos escandalosos, especialmente desde los 90. En alguna ocasión ha confesado: «Empecé a consumir cocaína y a beber... Me trasformé en un balbuceante náufrago de mierda». Pero la repentina muerte en 2002 de Strummer, antiguo cantante de The Clash y gran amigo suyo, a causa de un ataque cardiaco, le dejó una profunda huella: «Esta es la primera vez que me he sentido mortal». A partir de entonces ha consagrado mucho tiempo y dinero a la fundación de caridad Strummerville, dedicada a ayudar a jóvenes músicos y comenzó a mostrar interés por el cristianismo.
Imagen: Corucopia, disponible en http://rustybreak.tumblr.com/
Desde finales de los ochenta, también se ha involucrado en el comisariado de exposiciones, como la de 1994 en la Serpentine Gallery: Some Went Mad, Some Ran Away. La primera gran retrospectiva de Hirst, The Agony and the Ecstasy, se celebró en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles en 2004. Su contribución al arte británico durante los últimos veinticinco años se reconoció en 2012 con una gran retrospectiva de su obra en la Tate Modern.
Imagen (izquierda): Anatomy of an Angel, disponible en http://arhiva.dalje.com/ Imagen (derecha): The Virgin Mother, disponible en http://www.damienhirst.com/
The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, vendida en 2004 por diez millones de dólares, lo convirtió en el segundo artista vivo más cotizado después de Jaspers Johns. Sin embargo, en 2007 logró superarlo dos veces, primero con su Medicine Cabinets por casi diez millones de libras esterlinas y después con la venta del espectacular cráneo de platino engastado con 8.601 diamantes, For the Love of God, que alcanzó los cincuenta millones de libras esterlinas... si bien, el inversionista desconocido que lo adquirió, resultó ser un consorcio al que pertenecían Hirst, su manager y algunos galeristas. En 2008, evitando la participación de las galerías, subastó en Sotheby's en Londres 244 nuevas obras, por las que recaudó cerca de 200 millones de dólares, y justificó esta actuación sin precedentes por un intento de democratizar el mercado del arte. No obstante, su cotización se debilitó hasta situarlo en 2010 en el puesto 98º en el ranking de artistas.
Imagen (izquierda): For the Love of God 2, disponible en http://www.damienhirst.com/ Imagen (derecha): For the Love of God 1, disponible en http://www.damienhirst.com/
Lo cierto es que las opiniones sobre él y su producción son de lo más contradictorias: hay quien paga millones por sus obras y lo califica de genio equiparable a Andy Warhol, mientras que otros lo tachan de «impostor con un don magistral para convertir basura en arte y de ahí en millones» o de «sinvergüenza amparado por galeristas y por golfos»... la historia, como siempre, tendrá la última palabra.
Imagen (izquierda): 11 Sausages, disponible enhttp://www.damienhirst.com/ Imagen (derecha): The Dead Ones, disponible en http://www.damienhirst.com/
Su colección, de unas 2.000 piezas, desde 2015 se podrá visitar en la Damien Hirst Gallery, una magnifica instalación en el barrio Vauxhall en Lambeth, al sur de Londres, obra de Caruso St John Architects, y en ella que exhibirán obras de Francis Bacon, Jeff Koons, Andreas Gursky, Jim Lambie, Banksy,Sarah Lucas, Gary Hume , Angela Bulloch o Richard Prince.
Imagen: The physical impossibility of death in the mind of someone living, disponible en http://www.bloomberg.com/
Imagen (izquierda): A Thousand Years, disponible en http://www.damienhirst.com/ Imagen (derecha): Dove, disponible en http://shupface.tumblr.com/
- Damien Hirst: Biografía, Obras y Exposiciones - - Página principal: Alejandra de Argos -
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- Written by Iñigo Navarro
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"Ensalada de muerte con salsa rosa"
Al contrario que a la mayor parte de personas no me cuesta reconocer que disfruto hablando de mí. Sin embargo, querido adicto al arte, no pienso aburrirle con un currículo de INEM redundando en si gane tal premio o tal otro o expuse en no sé dónde. Estoy atufado por el pestazo de la cosa contemporánea que empuja a los artistas a encajar en una maquinaria de multinacional donde triunfa lo políticamente correcto (incluida su incorrección) y los méritos burocráticos.
A mí me va más la jarana, el estilo clásico de artista de arrabal, ocurrente y degenerado, engendrado en una pescadería y cuya escuela es la calle, todo en plan teórico por supuesto.
Escena encantadora en la provenza"
Para formarme he consultado oráculos en gabardina, médiums que compartían despachitos con abogados de oficio, reventas y maletas, divorciadas necesitadas, contables del hampa, menudeadores profesionales, palmeros y capillitas, marqueses con lamparones, reponedores de Carrefour, algún que otro agente de las fuerzas del orden y en definitiva cualquier persona que tenga algo mínimamente interesante que contar.
Discrepo diametralmente con aquellos que piensan que el arte reside en cursis discusiones formales, intelectas, redichas e inmarcesibles. Me va el bacalao y esa bonita ruta hasta Valencia repleta de quinquis y desdicha.
"Amantes del rovellons ante su hallazgo de vestigios aztecas"
Sé que estos desvaríos son peligrosos, mi frenólogo de cabecera insiste en que no debería apuntar tan alto, asegura que mi cabeza tiene la morfología de un cochero, y que eso de ser artista es demasiado para alguien como yo. Mi madre coincide en el diagnóstico. Es más cuando por la noche Mindi y yo acostamos a los niños, el “come come” de la conciencia se me hace insoportable, y entre pucheros me conjuro ante Dios y mi núcleo familiar para jurar en vano que a primera hora seré otro hombre, mejor, mucho más solvente y con unas terribles ganas de morir de sopor en un puesto de trabajo normal.
Es una lástima que eso me dure solo hasta la lectura de la contra del As y el escueto biopic de la maciza del día. La socarronería propia del senado del pueblo, el bar, me embriaga, los efluvios del torrente de la vida me arrastran y cuando me quiero dar cuenta estoy apostando con mi primo el polaco en un semáforo el color del próximo coche que se parará.
"Extraño suceso en Mataró"
Si la mala conciencia se vuelve a apoderar de mí, me repeino con saliva y me arrastro a pedir dinero a mis familiares y amigos para producir una obra definitiva que prometo nos convertirá a todos en millonarios y propietarios de una promoción de adosados en “Marina D’Or”.
A veces, ciertos agentes del arte sienten la tentación de alentarme, bien comprando, bien exponiendo mi trabajo. Es lamentable que la fatalidad del sino sea tan contagiosa. Me siento como el caballo de Atila. Los incautos que me ayudan se arruinan, se divorcian o tienen juicios y los ganan.
"Funcionarios de la Generalitat representando el saqueo de Bizancio el día de la Diada"
En mis días iluminados peregrino de rodillas hasta el portal de casa, me levanto para alcanzar el botón del ascensor y cuando Mindi, atenta al timbre, abre la puerta, le hablo de esta manera:
-Oh Mindi querida, exuberante esposa, calla, déjame hablar, soy un maldito, parecido a los que Henry Miller describía en su “Trópico de Capricornio” ¿o ese era Bukowsky? Es igual. Maldito fue Cervantes que decían que era manco aunque no lo era, o Góngora y la nariz que arrastraba, Goya sordo, Picasso calvo ¿Amor mío, acaso no te reconforta la idea de que cuando nuestros hijos ingieren el indigesto cartón están forjando la leyenda de unos derechos de autor cuya rentabilidad no tendrá parangón? ¿No será nuestro sacrifico, sí Mindi, tuyo y mío, de los dos, la inmolación necesaria de dos mártires a cambio de la eternidad y el patrocinio de nuestras filiales? Abrázame vida mía.
"Infancia de un contable"
Entre sollozos lastimeros nos limpiamos las lágrimas el uno al otro y las enjugamos en la bañera para ahorrar agua.
En fin, poco más hay que contar, la historia de siempre, chico conoce chica, chica le descubre en la cama con un doverman, etcétera…
Espero que este relato fidedigno haya enardecido el corazón del inversor más recalcitrante y encuentre en mi infortunio su negocio.
"Jurado de miss Tarragona en bikini"
Sólo me queda decir que la galería “Contrast” de Barcelona ha tenido a bien organizarme una exposición para el próximo otoño donde desplegaré todo mi arsenal narrativo y ojo clínico. Tras un ritual de posesión, remontaré el río Ebro en el cuerpo de un ortodontista de Badalona apellidado Barrufet, todo documentado en una serie de pinturas al óleo cuya precisión, sin duda, les recordará a los grandes maestros.
"Un Navarro de Reus"
"Rogativa por el seny"
"Amantes del rovellons ante su hallazgo de vestigios aztecas"
"Monserrat"
"Gerente de la central de Vandellós"
Datos de contacto: http://www.inigonavarro.es
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- Written by Marta Sixto
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La Tate Modern de Londres acoge este verano algunas de las más ambiciosas exposiciones que podemos encontrar en los principales centros de arte europeos.
Actualmente, se muestra una retrospectiva de una singular artista: Sonia Delaunay: The EY exhibition, que tendremos ocasión de visitar hasta el 9 de agosto.
Recientemente inaugurada también, Fighting History, el reflejo de la historia de Inglaterra a través de sus mejores pinturas.
A finales de junio, nos sorprenderán con una nueva muestra: Barbara Hepworth: Sculpture from a Modern World, una repaso sin precedentes con el que contemplar las mejores esculturas abstractas de la artista.
Sonia Delaunay
La exposición dedicada a Sonia Delaunay se puede visitar en la Tate Modern hasta el mes de agosto. Se trata de una retrospectiva, pero no al uso, no vamos a encontrar una sala con una colección pictórica, porque Sonia Delaunay fue mucho más que una pintora, tendremos ocasión de pasear por la intimidad de la artista, moviéndonos entre obras, textiles, apuntes ,pudiendo incluso escuchar su voz. En definitiva, una experiencia que sin duda cautivará al espectador que visite la muestra.
Pero, ¿Quién fue Sonia Delaunay?
Sonia, nació en Kiev en 1885, con el nombre de Sara y fue criada por su tío, Henry Terk en San Petersburgo. Henry Terk era un poderoso abogado y coleccionista de arte, por lo que Sonia creció en un ambiente cultural exquisito, conociendo museos y viajando.
Cuando tuvo edad, y después de una breve estancia en Alemania, se instala en París, donde estudiará pintura en La Palette, una de las mejores academias de la capital francesa.
Por aquel entonces, París, gozaba de ser una de las capitales más modernas de la época y por sus bulliciosas calles comenzaban a escucharse los ecos de las vanguardias.
Corría el año 1905, y Sonia comienza a perfilar lo que serían sus primera obras, con fuertes influencias de maestros como Gauguin y Van Gogh, sintiéndose atraída también por el arte fauvista. Mientras, no deja de experimentar, en una búsqueda de su propio estilo.
Su biografía es apasionante e intensa. Fue una mujer adelantada a su tiempo que supo aprovechar cada momento y adaptarsea cada situación. No podemos pasar por alto que se convirtió en la primera mujer a la que se le dedicó una restrospectiva en el Museo del Louvre estando viva.
En 1908 conoce a Wilhelm Uhde, marchante de arte, con el que vive un matrimonio de conveniencia, él era homosexual y ella sería su tapadera, a ella le serviría para poder introducirse en el mundo del arte parisino. Quid pro quo. Gracias a él, dueño de varias galerías, entra en contacto con artistas de la talla de Braque o Picasso.
Poco después, en 1910 conocería a Robert Delaunay, en una de las galerías que gestionaba su actual marido, al verlo, supo que ya no se separaría de él.
Tras divorciarse de Wilhelm Uhde, se casan, adoptando Sonia su apellido, pasando a llamarse como hoy se la conoce: Sonia Delaunay.
Del matrimonio nacerían un sinfín de ideas y proyectos artísticos que llevarían a cabo a lo largo de su intensa vida juntos, que sólo terminó cuando éste muere en 1941 debido al cáncer que padecía.
En 1911 nace su primer hijo, y Sonia, que empezaba a experimentar con el trabajo de las telas, le teje una manta con formas geométricas (que hoy se encuentra en el Museo Nacional de Arte Moderno de París). Sería el comienzo fortuito de su aventura textil.
La artista trabajaba mano a mano con su marido, aunque prefería mantenerse en un plano más discreto. Ambos coquetearon con el cubismo y la abstracción, pero son abanderados de una nueva tendencia bautizada como "orfismo". El Orfismo, fue una expresión artística que buscaba superar al cubismo, utilizando unicamente la luz y el color y prescindiendo de elementos figurativos. Tiene una lectura expresionista, contrastando colores no para que se fundan, si no para realzar su independencia. Debe su nombre al mito de Orfeo, y fue bautizada así ,por Apollinaire en la Galería Der Sturm de Berlín, en una exposición en la que varios pintores mostraban una obra en esencia cubista, pero con matices más que diferentes del primitivo movimiento. El orfismo tuvo importantes influencias en otras corrientes estéticas, pero sobre todo en el grupo de El jinete azul (Der Blaue Reiter) como podremos observar en cuadros de Klee o Kandinsky.
En 1913, Sonia, influenciada por su marido, comienza a trabajar en esas obras no figurativas y a experimentar con la superposición de colores. Las formas son las que dan movimiento a la composición, que cambia con la luz; como el propio Robert dice "nada vertical, nada horizontal, la luz lo deforma todo, lo desintegra todo".
En 1914 mientras la familia Delaunay pasa sus vacaciones en nuestro país, estalla la guerra en Europa y deciden quedarse en España para no verse afectados por el conflicto.
Vivirían en Madrid y en la frontera galaico-portuguesa.
En Portugal, Sonia pintaría algunos de los lienzos que hoy se exponen en Londres, llenos de luz, que recuerdan más a una vuelta al impresionismo que empapaba sus primeras etapas.
También se interesa por el baile flamenco realizando en 1917 una serie de bailarinas.
Debido a la revolución Rusa, la artista no podía recibir dinero de su familia en San Petersburgo, lo que afectaría a la economía familiar.
En 1918 vuelven a instalarse en Madrid, y para tener ingresos añadidos a las pocas obras que vendían, Sonia, comenzó a dedicarse a las artes decorativas, y su interés por la moda le lleva a abrir una tienda en la capital: Casa Sonia, en ella, vende trajes de su propia confección, inspirados en sus ideas orfistas, así como objetos antiguos que redecora a su gusto; la idea va teniendo éxito gracias a la ayuda de aristócratas que compraban en la tienda y hablaban maravillas de ella, haciéndose muy popular entre los barrios más burgueses, a pesar de que sus prendas se excedían en modernidad, para una España que vivía anclada en el pasado.
Su éxito llega a tal punto que confecciona los trajes para varios espectáculos, en los mejores teatros, como por ejemplo el del ballet ruso para la obra Cleopatra, o para la ópera Aida de Verdi en el Liceo.
En 1920, una vez las cosas en el país galo parecían volver a su cauce, la pareja abandona la península y regresa a París, donde Sonia, animada por el éxito en España, inaugura otra tienda : Boutique Simultane. Convirtiéndose de nuevo en un éxito de ventas y popularidad.
Se dejará seducir por el dadaismo y el surrealismo, colaborando con grupos de artistas para la realización de proyectos de teatro y cine.
En sus diseños de moda, muy en boga en el París de la época, llega a contar con las manos de Cocó Chanel para ayudarla. Pinta telas a mano dándoles un aspecto único.
Algunas de sus clientas fueron grandes actrices de la época como Greta Garbo.
Uno de los videos que se exhiben en la exposición, es precisamente un desfile de los años 20 con sus diseños.
A partir de la década de los 30, dedicada por completo a la pintura (dado que la crisis le obliga a cerrar la boutique) vuelve a colaborar de cerca con grupos que apostaban por la abstracción, siendo miembro fundador de Realités Nouvelles (1939).
En el año 1941 cuando Robert, su marido, fallece debido al cáncer, ella, como profundo homenaje, decide poner todo su empeño para que la obra de Robert se conozca.
En 1964, dona obras al Louvre, y el Museo le dedica una retrospectiva, convirtiéndose en la primera mujer de la historia en conseguirlo.
Nunca dejó de pintar, hasta la fecha de su muerte en 1979.
En París, ciudad que consideraba su hogar, fue enterrada junto a su marido, Robert.
A raíz de su muerte el mundo del arte comenzó a cuestionarse si el talento de esta mujer estuvo siempre oculto detrás de su marido y si había recibido la importancia que realmente se merecía. Ella misma en una entrevista llegaría a decir que vivió más para su esposo que para ella misma, de lo cual no se arrepentía en absoluto.
El Tate Modern nos asoma, con esta muestra, por una ventana, a contemplar, a través de sus obras, la vida de una mujer luchadora, cosmopolita, vanguardista y valiente, artista en todos los sentidos que se adaptaba a los tiempos, y que supo poner su esencia en cada objeto que tocaba, convirtiéndolo en una obra de arte.
The EY Exhibition: Sonia Delaunay se puede visitar en la Tate Modern de Londres hasta el 9 de agosto.
- Sonia Delaunay: The EY Exhibition - - Página principal: Alejandra de Argos -
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- Written by Elena Cué
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Autor: Elena Cué
Olafur Eliasson (Copenhague, 1967), que este año ha estado a punto de ganar el Premio Princesa de Asturias de las artes en reñida competición con el ganador, el cineasta Francis Ford Coppola, es uno de los artistas multidisciplinares y experimentales más destacado del momento actual. Ha expuesto en los mejores museos de arte contemporáneo del mundo como, entre otros, la Tate Modern de Londres (2003) el Museo Nacional Centro de Arte reina Sofía de Madrid (2003) o el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York (2008).
Olafur Eliasson, artista visual conocido por sus instalaciones experimentales, escultura, fotografía o cine, es un creador que se inspira en ciertos motivos e ideas de la reciente filosofía alemana, ideas que trata de poner en práctica en su obra. Siguiendo esta inspiración, su propósito no se limita entonces a la creación de obras de arte y a la experimentación según los modos habituales ya consolidados. Quiere mucho más. Aspira a educar al espectador para que se abra a nuevas formas de percepción y de comprensión del mundo a través de su participación e inclusión en la obra de arte. Estimula sus percepciones y sensaciones para que vea la realidad desde otros prismas y tenga una experiencia y un conocimiento nuevos de su propia subjetividad.
La obra de arte tan sólo está completa cuando se produce la interacción entre ella y el espectador, cuando éste aporta su experiencia y su interpretación, convirtiéndose así también él en creador de la obra. Esta estética de la recepción está, pues, muy lejos ya del concepto de obra de arte como "obra en sí", es decir, en la que únicamente habría lugar para un solo concepto y una única interpretación apropiada, la del significado dado por el autor. El trabajo de Eliasson se nutre, en cambio, de la pluralidad de significados aportados por el espectador.
Lo que Eliasson nos propone es una transformación de nuestra manera de observar la realidad, una toma de conciencia de nuestros prejuicios y condicionamientos, para abrirnos a otro modo de relacionarnos con ella. Si no desmontamos nuestro mundo tal cual lo percibimos y entendemos mediante nuestra interacción con él, producto de nuestra configuración espacio-temporal, de la proyección sobre ella de nuestros conceptos, emociones y sensaciones, nunca podremos abrirnos a experimentar otros mundos.
Un ejemplo de ello sería su espléndida instalación The Weather Proyect (2013): un inmenso atardecer es reproducido en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, y que está diseñado para que el visitante tenga una experiencia, no sólo de la importancia del tiempo atmosférico en nuestra supervivencia desde tiempos inmemoriales y en la configuración de nuestras estructuras sociales, sino también de la relación del tiempo existencial con nuestras limitaciones como sujetos finitos.
En ella artista y obra se fusionan en el momento en que el observador interactúa con la obra entrando en ella, y creando así un "ahora" común entre artista y espectador. Experimentar el "ahora" es entonces, para el visitante, el resultado de rememorar el pasado (la concepción del artista, sus propias experiencias pasadas) y de anticipar el futuro (los significados y proyecciones que le sugieren), convirtiendo de este modo el "ahora" en la encrucijada de ambas dimensiones temporales.
En 1995, este artista creó el Estudio Olafur Eliasson, en Berlin, en el que alrededor de 90 personas entre arquitectos, ingenieros, diseñadores gráficos e historiadores del arte experimentan, investigan y producen trabajos desarrollados con elementos como la luz, el agua, el color, el espacio... Pero, sin duda, la figura fundamental de este grupo creativo durante los últimos años ha sido el recientemente fallecido ingeniero y matemático Einar Thorsteinn. Olafur pretende sintetizar arte y ciencia como hicieron los grandes artistas del Renacimiento.
Lo característico de este artista, pues, es que entiende el mundo desde la perspectiva kantiana de la configuración de la realidad por parte del sujeto que proyecta sus esquemas subjetivos para dar un sentido cultural al mundo. Por ello, con su arte, trata de fomentar otro tipo de miradas sobre el mundo con percepciones y sensaciones nuevas.
A veces, a través de sus juegos visuales, puede producir una experiencia de puras sensaciones, es decir, no reflexiva, consiguiendo que el espectador salga de sí mismo y se vea en medio de la obra, o puede provocar la participación activa del sujeto en ella. Entonces se ve la importancia del papel del espectador que interactúa con la obra aportando sus multiples interpretaciones.
La instalación de cuatro cascadas en el East River de Manhatan (Nueva York Waterfalls) o teñir de color verde con pigmentos ecológicos efímeros las aguas de Estocolmo, Tokio, Los Angeles o Noruega, entre otos (Green river), pone de manifiesto su voluntad de ejercitar nuestros sentidos hacia otras posibilidades de percibir y experimentar esa otra realidad configurada por los efectos de nuestra intervención cultural sobre ella.
En definitiva, el proposito de este artista es ir más allá del papel tradicional que cumple el arte en nuestra cultura, cuando nos relacionamos con él según el esquema sujeto-objeto. Su propósito es introducir en una experiencia de creación de cultura a través del arte, que no es sólo obra de un creador, un artista en este caso, sino también de los destinatarios de esas obras que no están completas si ellos no proyectan sobre las obras significados que las completan con sus interpretaciones. En este sentido, el espectador forma parte de la obra, está dentro de ella, como esas embarcaciones en las verdes aguas del río o los visitantes que entran en el artístico atardecer de The Weather Proyect.
- Olafur Eliasson. El artista como científico - - Página principal: Alejandra de Argos -
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- Written by Kosme de Barañano
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Autor Colaborador: Kosme de Barañano, |
Schütte, desplazando escalas
Thomas Schütte (Oldenburg 1954) es uno de los artistas más importantes de la Alemania actual, estudió entre 1973 y 1981 en la Kunstakademie de Düsseldorf dirigida por Markus Lüpertz, con los artistas Fritz Schwegler y Gerhard Richter. Tras sus primeras exposiciones con Konrad Fischer, desde 1979, su carrera ha sido triunfal: su exposición en tres partes en The Dia Center de Nueva York en 1998-2000, o su presencia en el corazón de Londres el llamado cuarto plinto de Trafalgar Square en 2007. Schütte ha tocado todos los géneros: del dibujo a la cerámica, de la escultura en bronce a los modelos arquitectónicos, de la pieza individual a la instalación.
Schütte nace y crece en el abandono de la escultura tradicional, en el flujo de la crítica que establecen el minimal y el conceptual, tras la experiencia pop. A ninguna de ellas es ajeno el joven Schütte. En la respuesta al expresionismo abstracto por parte del pop, que es el primer movimiento internacional tras la Segunda Guerra Mundial, encontramos a su vez dos tipos de propuestas:
- el pop que toma la imagen de los medios de comunicación, de la publicidad en prensa, cine, escaparates.
- el pop que toma, en la línea de Marcel Duchamp, el objeto cotidiano y lo cambia de consideración visual
Hay un pop que toma la idea de diversión de la publicidad, y otro, la ironía del francés y del universo del surrealismo. En ámbos hay lugar a la diversión, al conocimiento no racional, y que jugando, ironizando, se confunden o se alternan. Los primeros se instalan en el plano compositivo: pensemos en Claes Oldenburg, en Roy Lichtenstein, en Jaspers Johns. En la otra dinámica está Robert Rauschenberg que en 1953 adquirió un dibujo de Willem de Kooning y lo borró cuidadosamente exponiéndolo con su propia firma Erased De Kooning. Esta acción pictórica se ha considerado como un momento épico en la historia del arte americano contemporáneo, sobre todo para quien da a Duchamp un rango en la historia si no similar al menos mayor que el de Picasso o Brancusi.
In 1953, Robert Rauschenberg erased a drawing done by Willem de Kooning
En este linea Schütte escenifica las contradicciones del mundo actual e intenta poetizar el caos; pero también construye, al estilo Schwitters, haciéndolo a gran escala. Pero el enamoramiento del artista con los procedimientos técnicos, con la finura y delicadeza de los materiales, como en el Model de cristal para el plinto de Trafalgar Square, a diferencia del último Rauschenberg, del movimiento mecánico o eléctrico, no conlleva un aburrimiento de la imagen, sino una enorme poética melancólica.
Por otro lado Schütte bebe de las fuentes de lo que llamamos minimal y conceptual, corrientes que también se dividen en diversas propuestas. La idea de partida del minimal surge de Tony Smith artista relacionado directamente con los expresionistas abstractos, a cuya generación pertenece. Smith tiene, sin embargo, una presencia teórica, en sus clases en la Universidad, y con su aserto de 1963 "architecture has to do with space and light, not with forms; that's sculpture" comienza una nueva forma de escultura que se establece como búsqueda de estructuras primarias. A partir de la influencia de la ruptura del cubismo, planteada en el campo de la pintura por Braque y Picasso, Le Corbusier ha establecido a finales de los años 20 las bases de una nueva manera de entender la arquitectura. Smith, en el camino inverso del suizo, partiendo desde la arquitectura va a definir la nueva ruta de la escultura más allá del lirismo de Brancusi. En esta linea de búsqueda de estructuras primarias hay que entender tambien las maquetas de Schütte, aunque cargadas de la ironía pop como esas figuras humanas de aluminio como emblemas michelin que son sus Grosse Geister o sus Zombies.
El cuerpo humano como fantasma o como horror trágico-cómico, de los citados Grosse Geister de 1995 en aluminio a los Zombies del 2007, recorren la obra figurativa de Schütte, como un recuerdo iconoclasta del pop más europeo. En el pop, el juego o la libertad de violentar las normas establecidas con los medios técnicos, el juego o la libertad de violentar las estructuras narrativas, el juego o la libertad de variar la organización espacial de las historias, el juego o la libertad de cargarse el orden de la medida de la escultura de pedestal para crear otro orden, parecía un desorden, o una revolución del concepto de arte que, hoy en día, a cuarenta años vista, queda establecido como el orden pop. En el fondo la filosofía visual de Schütte está ya en Mann in Matsch de 1982: el cuerpo y sus deformaciones, y recorre todas sus excelentes Frauen de 1998 al 2006, yendo por supuesto más allá de la iconoclastia popera de los años 60.
Thomas Schütte. Bronze Woman No. 17, 2006 patinated bronze, steel 204 x 125 x 250 cm
Hacer de la teatralidad, junto con el desplazamiento y la miniaturización, un valor más de la escultura como instalación es otro de los aspectos novedosos del pensamiento viasual de Schütte. En este sentido la obra de Schütte está emparentada con el mundo del escenógrafo Gordon Craig (1872-1966) que tras su paso por Alemania se entregó al mundo de las máscaras y las marionetas, auténticos sustitutivos de la presencia del actor, como para Schütte son sustitutivos del canon de belleza tradicional.
En Schütte hay algo también del californiano Tim Burton, el director de películas como Beetlejuice de 1988, Eduardo Manostijeras de 1990 o Ed Wood de 1994 y su exposición en el MoMA en noviembre del 2009. Es esa relación con la belleza tenebrista y extravagante de los monstruos, esa especie de coleccionismo de juguetes trágicos o existencialistas, figuras bulímicas y deformes. Schütte ha jugado con la escala, con la manipulación de los tamaños reales, desde pequeñas arquitecturas a gigantes cerezas (Munster en 1987) o a enormes patatas doradas, como un empedernido lector de los viajes de Gulliver.
Por otro lado la obra y las ideas de Schütte están en la onda del crítico formalista ruso Victor Shlovsky reflejada en su Teoría de la Prosa de 1917, en tanto en cuanto de alguna manera comparten una premisa: “en orden a devolver a nuestros miembros sensibilidad, en orden a hacernos sentir los objetos, a sentir que una piedra es piedra, tenemos la herramienta del arte. El propósito del arte es dirigirnos al conocimiento de una cosa a través del órgano de la vista en lugar del reconocimiento. Por medio del extrañamiento (ostranienie) de objetos y complicando su forma, el recurso del arte hace la percepción más larga y laboriosa. El proceso perceptual en el arte tiene un propósito en sí mismo y debe extenderse al máximo. El arte es un medio de experienciar el proceso de creatividad. El artefacto en sí mismo no es ciertamente lo importante”.
Como he señalado, Schütte ha tocado en estos casi treinta años de producción todos los géneros, y todos los artefactos posibles, muchas veces de manera transversal, como en sus instalaciones. Pero podemos destacar la sensibilidad de sus dibujos y acuarelas, desde las ármonicas Fucking Flowers de 1996 a Last Dance del 2001. Sus cerámicas desde sus Köpfe de 1993 a Heads del 2006 o sus Klotzköpfe, como nuevas versiones del diritambo del horror del escultor austríaco Xavier Messerschmidt.
Thomas Schütte – With Tears in My Ears (exhibition views). Courtesy Jarla Partilager, Berlin, photo: Mathias Johansson
También han variado sus modelos arquitectónicos como piezas escultóricas desde sus primeras Modell und Ansichten de 1992 a sus One Man Houses del 2003-05 o sus Ikea Variations del 2006 o a la pieza presentada en el plinto de Trafalgar Square Model for a Hotel.
No hay una sensación de desesperanza sino de ironía como ingrediente básico de la forma de contar historias. No se encuentra en él la ansiedad vital de Caravaggio sino el existencialismo del último Philip Guston. Parece que de él toma la forma de combatir el rampante deterioro de nuestro habitat y nuestra ansiedad existencial.
Si el cine de los años noventa, más que nunca, se ha llenado de vampiros, zombies, conspiraciones y catastrofes, y las masas han respondido a ellos, a esos argumentos de agitación y zozobra del ánimo, Schütte ha actuado en la plástica con esa inquietud y esa agitación de presentar sus monstruos, su marca de fatalismo e impotencia pero con una perspectiva de crítica kantiana, una distancia irónica que no ha sido habitual en el paisaje alemán. En este sentido Schütte está más cercano al humor agrio de Heiner Müller que a la filosofía combativa de Peter Handke.
Schütte transforma la negrura circundante en paseo por la belleza a través de una gestualidad psicótica, la malignidad, el aspecto desvalido, la histeria febril. Los títulos llamativos e irónicos tienen un punto de travesura, como los propios temas de mujer reclinada o de monumento, ambos topoi o lugares comunes de la historia del arte, que adquieren en él -más que la continuidad en el rigor- el desplazamiento o la deconstruccion “moral”, es decir, la crítica generada desde dentro del propio discurso. En este sentido la obra de Schütte, su pensamiento visual, engarza perfectamente con la tradición de la escuela de Düsseldorf (desde Beuys a Lüpertz, pasando por su tutor Gerhard Richter) donde el acto o la praxis artísticos están siempre atados y basados a una profunda reflexión teórica. Las “travesuras” de Schütte no son sarcasmos o guiños, como los de Jeff Koons, sino discurso plástico, re-flexión directa, aunque irónica, sobre nuestra propia historia del arte y sobre el sentido de la acción artística, tanto en sus dibujos como en sus esculturas como en sus instalaciones. Y quizá esta exposición de Linne Cooke plantea mejor que ninguna otra este valor de la creación artística de Schütte como “reflexion” en todos los sentidos del término en castellano, esto es, como pensamiento y como reflejo de nuestro propio y actual mundo artístico.
Jugando con la exageración o con la simplificación, por ejemplo, las maquetas de Schütte, plasman el deleite por el material y por las nuevas técnicas pero también la propia relevancia de los signos plásticos, su mensaje y su cuestionamiento político, siempre desde ese lado salvaje, walking on the wild side, como la cancion de Lou Reed, de la ironía intelectual. Schütte parece un viajero sin equipaje, sin memoria inmediata, sans excédent de bagage, una obra ligera, que parte de la improvisacion. Nada mas falso, pues hay en él una insistente búsqueda del tiempo perdido, del misterio oculto en lo cotidiano, de atravesar los géneros, de no olvidar nada, de retomar los temas y la crítica, de jugar con la técnica y de dar un paso adelane, como aquella bonheur que buscaban en 1905 Derain y Matisse, una joie de vivre, metida en la valise duchampiana, ligera, invisible, inefable,…. pero llena de libertad y de gracia.
Thomas Schütte (Oldenburg 1954) es uno de los artistas alemanes más reconocidos de su generación, tras su paso por la Academia de Arte de Düsseldorf (1975-1980), dirigida por Markus Lüpertz, y estando bajo la tutela de Fritz Schwegler y Gerard Richter. Su obra ha estado presente en las tres últimas Documenta de Kassel y en las distintas muestras del Proyecto de Escultura en Münster. Recibió el Leon de Oro en la Bienal de Venecia del 2005 y ha presentado una obra en el plinto de Trafalgar Square de Londres en el 2007. Su obra esta en lo grandes museos como la Tate, el Art Instituo de Chicago o el MoMA de Nueva York. Su última gran exposición ha sido organizada por la Henry Moore Foundation y el Museo de Lichtenstein. Su obra fue expuesta en Madrid en 1987.
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- Written by Ángeles Blanco
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Cristina de Middel: This is what hatred did
Cristina de Middel se rebela ante el papel que la fotografía ha jugado hasta ahora: para ella, ha dejado de ser el documento que refleja la realidad e investiga en su ambigua relación con la verdad, juega con reconstrucciones en la borrosa frontera entre realidad y ficción. Opina que, para comprender la realidad, hay que documentar los miedos y esperanzas, ponerse en la piel del retratado.
Con esta convicción, parte de la novela de Amos Tutuola, My life in the bush of ghosts (1964) para realizar esta serie de impactantes fotografías que ha titulado con la misteriosa frase que pone fin al libro This is what hatred did (Esto es lo que hizo el odio). La maleza en la que el personaje, un niño de cinco años se pierde tras ser atacado su poblado por soldados, se convierte aquí en Makoko, una barriada de la ciudad de Lagos, gobernada por sus propias reglas, en la Nigeria contemporánea. Un lugar en el que no parece prevalecer la lógica y que está vetado a quienes no pertenecen a él.
Tras más de diez años trabajando como periodista fotográfica, decepcionada del modo en que los medios utilizaban la fotografía, en 2011 decidió abandonar su empleo para experimentar y buscar otros medios de contar historias. Comenzó con un hecho histórico, el programa espacial de Zambia que plasmó en su libro autoeditado, Los Afronautas. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la ficción a veces ofrecía una descripción más real que el mundo en que vivimos.
La idea de la presente exposición surgió cuando, tras leer el libro de Tutuola, fue invitada al Festival Lagos Photo 2013. Se dio cuenta de lo interesante que sería documentar un barrio de Lagos que pensó que guardaba mucha semejanza con el ambiente de la novela. Desde entonces, ha vuelto varias veces, una de ellas para presentar un anticipo de este trabajo.
Es obvio que la edición final de este trabajo refleja su opinión subjetiva, pero, a su juicio, el resultado no es una visión occidental de Nigeria, pues incluye las creencias, rituales y religiones de la gente. Ella misma manifiesta: «Mi intención es animar a la gente a leer ese libro, pues es sin duda una de las historias más sorprendentes que he leído, pero también quería documentar un barrio de Lagos que siempre se queda reducido a aspectos superficiales y estéticos en los medios. Es un intento de documentar un lugar incluyendo el marco cultural y místico de la mentalidad del lugar» y aclara «esta serie trata básicamente de fantasmas y espíritus en la cultura Yoruba».
La que fuera periodista gráfica confiesa que es ahora cuando realmente siente que está transmitiendo la realidad de los lugares que visita, entendiendo las historias que está documentando. No hay más que ver sus fotos para comprobar que su aproximación es mucho más profunda y sus ideas más verdaderas, menos superficiales. Es el momento de comprobar qué ha querido contar Cristina de Middel, y no solo cómo lo ha contado.
Cristina de Middel: This is what hatred did
3 de junio a 18 de julio en La New Gallery
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