Alejandra de Argos por Elena Cue

David Hockney expone sus paisajes a gran escala en el Museo Van Gogh de Amsterdam y cumple un sueño largamente acariciado: compartir espacio con su artista de referencia.

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Imagen de la exposición Hockney - Van Gogh, The Joy of Nature en el Museo Van Gogh. Foto de Jan-Kees Steenman. En livingit.euronews.com

 

David Hockney, el artista vivo más cotizado en la actualidad, acaba de recibir un regalo que no tiene precio. En el año 2018 el pintor recibió una oferta que no pudo rechazar: el Museo Van Gogh de Ámsterdam le propuso realizar una gran exposición de sus paisajes en ran formato, junto con algunas obras de su admirado Vincent Van Gogh. “Me sentí muy halagado”, comentó el artista recientemente, con ocasión de la inauguración de la muestra Hockney – Van Gogh: The Joy of Nature que se podrá visitar hasta el 26 de mayo de 2019. La selección de piezas reúne paisajes a gran escala pintados por el artista británico directamente de la naturaleza, junto con los óleos (mucho más pequeños) realizados por el pintor holandés. La diferencia entre ambas obras, además, también radica en la técnica: desde las poderosas pinceladas de Van Gogh hasta los “brochazos” de Hockney, plasmados directamente sobre el iPad e impresos después a gran escala, ha transcurrido más de un siglo de avances tecnológicos. Y aun así las obras dialogan entre sí con fluidez y conforman una muestra excepcional, que despierta nuevos puntos de vista en los cuadros de ambos artistas.

 

Tráiler sobre la exposición Hockney – Van Gogh: The joy of nature. Vía Museo Van Gogh

 

“Cualquier artista que te hable directamente es un artista contemporáneo. Van Gogh, para mí, lo es”, declaró David Hockney, que nunca ha ocultado una admiración sin límites por el pintor holandés, ni su clara influencia sobre su propia obra. El primer encuentro entre Hockney y Van Gogh tuvo lugar en 1954, cuando el inglés tenía tan solo 16 años y acababa de empezar sus estudios en la Escuela de Arte de Bradford. “Nunca había visto cuadros como esos antes. En la escuela, todo el mundo pintaba con grises”. El uso de los colores vibrantes es una de las características que hermana a ambos artistas, además de la pasión por pintar directamente de la naturaleza. Para la exposición, el museo ha seleccionado una serie de paisajes creados por Hockney durante un periodo de nueve años, en los cuales regresó a su Yorkshire natal (desde su ciudad adoptiva, Los Ángeles) para visitar a su madre. Fue su amigo Jonathan Silver, entonces enfermo terminal, quien le animó a retratar la campiña de su infancia. En la muestra Hockney - Van Gogh: The joy of nature se exponen obras como La llegada de la primavera en Woldgate, East Yorkshire en 2011 o La carretera a York a través Sledmere, ambas de David Hockney, junto con cuadros como La cosecha o El jardín del Hospital de Saint Paul, de Vincent Van Gogh.

 

La exposición “Sorolla, Spanish master of light” sera la estrella de la National Gallery durante esta temporada. Entre las obras que se expondrán figuran algunas de las piezas maestras del pintor valenciano.

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Paseo por la playa (1909). Joaquín Sorolla y Bastida. En commons.wikimedia.org

 

Pocos pintores han reflejado la luz como Joaquín Sorolla y Bastida, el maestro valenciano que captó como ningún otro la esencia del Mediterráneo, sus gentes y sus problemáticas sociales. La National Gallery de Londres rinde homenaje a su trayectoria artística con la exposición Sorolla, Spanish master of light (Sorolla, el maestro español de la Luz), que se inaugurará el 18 de marzo de 2019. La muestra reúne una gran selección de más de setenta pinturas, la mayor parte de las cuales se centra en escenas de la vida de Valencia y en la relación de sus gentes con el Mediterráneo. Joaquín Sorolla es conocido por sus lienzos impresionistas, llenos de vida y con un fuerte componente gestual que basa su potencia en la pincelada y el color. Aunque son pinturas luminosas y vivas, no hay que olvidar que el artista valenciano también mantuvo un intenso compromiso social, reflejando en muchas de sus obras las duras condiciones de vida de determinados gremios y estratos sociales, como los pescadores y marinos.

 

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 “Niños en la playa” (1910). Joaquín Sorolla y Bastida. En museodeplrado.es

 

Buenos ejemplos de estas obras de contenido social son algunas de las joyas que se expondrán en Londres. Una de ellas, Triste Herencia, ha sido prestada por la Fundación Bancaja de Valencia y muestra a un fraile acompañando a un grupo de niños, desnudos y enfermos, a tomar un baño en la playa del Cabanyal. Se trata de una pintura impactante en la que adivinamos una superación del impresionismo y un acercamiento al expresionismo, por la fuerza de la composición de grupo y el reflejo sin concesiones de la terrible realidad de los niños. La muestra también incluye otras piezas icónicas, como Niños en la playa o Paseo a la orilla del mar, famosísima pintura en la que Sorolla retrató a su mujer y su hija caminando por la costa. Entre otras obras de temática social, la National Gallery de Londres ha decidido exponer también la célebre ¡Y aún dicen que el pescado es caro!, en la que se ve a dos pescadores en la bodega de un barco asistiendo a un compañero, gravemente herido durante la faena. La exposición Sorolla, Spanish master of light permanecerá abierta al público hasta el 7 de julio de 2019.

El nuevo libro de Michelle Dean, una recopilación de artículos biográficos sobre grandes (y afiladas) conversadoras, llega las librerías en marzo de 2019. Un texto clave sobre grandes figuras femeninas que vivieron y opinaron durante el siglo XX.

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Portada de la edición española de Agudas y retrato de Michelle Dean. En therumpus.net

 

El movimiento feminista lleva décadas revolucionando a la sociedad y las conciencias; en los tiempos que corren, su presencia es cada vez más evidente y tiene mayor influencia. Hasta hace poco tiempo, las voces de muchas mujeres apenas han tenido la oportunidad de ser escuchadas: por eso es todo un placer acercarse a aquellas que con sus palabras incisivas y sus mentes brillantes abrieron una brecha por la que lograron hacerse ver. De mujeres como estas habla Agudas, el último libro de Michelle Dean publicado por Turner Libros: una recopilación de artículos sobre intelectuales que hicieron de la conversación un arte… y un arma de doble filo. Leer Agudas es como asistir a una reunión social, donde entre las copas, los canapés y las risas se deslizan frases y comentarios que pueden ensalzar o hundir carreras. Muchos de los nombres que aparecen en el libro figuran con letras de oro en la historia de la literatura y el periodismo del siglo XX: Hanna Arendt, Nora Ephron, Susan Sontag, Rebecca West, Joan Didion, Mary McCarthy, Dorothy Parker, Janet Malcolm, Pauline Kael, Lillian Hellmann, Zora Neale Hurston y Renata Adler.

 

Michelle Dean habla sobre su libro. Vía PSB Books.

 

Son muchas las cosas que unen a estas mujeres, además de su afilada lengua y su importancia en las letras occidentales. Por ejemplo, la autora señala como un elemento común la falta general de modestia que muestran las protagonistas del libro. Se consideraban, y con razón, personas influyentes e importantes. Y no tenían complejos en demostrarlo. En este sentido, es reveladora la frase con la que Mary McCarthy recibió a Susan Sontag a finales de los años 60: “He oído que eres la nueva yo”. Para las brillantes mujeres que aparecen en Agudas, “yo” era algo que (claramente) merecía la pena ser. Merece la pena resaltar la valentía que todas ellas demostraron en sus escritos, comentarios, reseñas y citas: no hay que olvidar que vivieron y trabajaron, como comenta Dean, en un mundo al que “no le interesaba escuchar las opiniones de las mujeres sobre tema alguno”. Ellas desafiaron este muro de indiferencia, y abrieron brechas con sus agudas y afiladas mentes. En el libro se aprecia claramente la pasión que algunas de las reflejadas despiertan en la autora, y el menor interés que otras suscitan en ella. Pero todas son imprescindibles para generar ese ambiente que despiertan los textos: al final, el libro es una reunión de grandes mentes donde las espadas están en alto. Brillantes… y mortales.

Hasta mayo de 2019, Jordan Casteel: Returning the Glaze reúne treinta obras de la joven artista afroamericana. Los lienzos reflejan la realidad de los hombres afroamericanos de su entorno, desde un punto de vista muy personal

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Jordan Casteel frente a una de sus obras. Fotografía de Tyler Mitchell en vogue.com

 

En el año 2013 Jordan Casteel tenía solo 24 años. Entonces se encontraba en Massachusets (EEUU), estudiando pintura paisajística con una beca. La sensación de aislamiento que vivió durante aquellos años, en los que se sentía “la única persona de piel oscura” en decenas de millas, motivó su retorno a Yale para proseguir con sus estudios de posgrado. Fue entonces cuando su punto de vista artístico dio un giro radical para centrarse en el retrato. Concretamente, en la plasmación de la realidad física y social de un colectivo muy cercano a ella: los hombres afroamericanos de Harlem, su barrio. Sus obras, llenas de intensidad y vida, se han convertido en piezas relevantes del arte figurativo norteamericano del momento; esto ha llevado al Denver Art Museum (situado en su ciudad natal) a organizar la primera retrospectiva de la artista, con más de treinta pinturas de gran formato realizadas a lo largo de varios años. Su nombre, Returning de Gaze (Devolviendo la mirada), incide en el propósito de la artista: mostrar la figura masculina afroamericana lejos de cualquier estereotipo, reflejando su cotidianeidad a través de una acertada humanización.

 

Jordan Casteel habla sobre su obra para el programa Art in the Twenty-First Century de la Cadena PBS.Vía Art21

 

Aunque es la primera retrospectiva de la obra de Casteel, no es en absoluto su primera exposición. Sus pinturas han protagonizado exitosas muestras en galerías de arte, gracias a las cuales la artista ha alcanzado un reconocimiento más que merecido. A pesar de su decidida apuesta por el arte social, las obras de Jordan Casteel no han escapado a la polémica: en pleno movimiento  #MeToo recibió serias críticas por retratar únicamente modelos masculinos. Frente a las críticas, Casteel mantuvo su objetivo de empoderar los hombres afroamericanos de su entorno y centrarse en su problemática: “No quería que la cultura siguiera sacando provecho del cuerpo del nombre negro, más de lo que ya se ha hecho históricamente”. La artista también comenta que, por supuesto, no puede hablar por aquellos a los que retrata, sino que adopta una perspectiva de empatía desde el punto de vista de alguien externo a ellos. “Mi obra parte realmente del deseo que tengo de compartir lo que he conocido con el resto del mundo”. La exposición Jordan Casteel: Returning the Gaze se podrá visitar hasta mayo de 2019.

El famosísimo artista norteamericano, figura clave de la escena plástica de los años 50, 60 y 70, habla con New York Times Magazine sobre su vida, su obra y su trabajo.

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Jasper Johns en diciembre de 2018. Fotografía de Joel Sternfeld en nytimes.com

 

Jasper Johns responde como pocos al mito del creador solitario, alejado del mundo y encerrado en la creación de su obra. A sus 88 años, el pintor y escultor norteamericano vive recluido en su casa de Sharon, Connecticut, y mantiene el mínimo contacto con la sociedad artística. Johns nunca ha sido prolífico en sus declaraciones, rehusando a menudo hablar sobre su trabajo o el de los demás: por eso, aún resulta más sorprendente saber que ha concedido una entrevista a M. H. Miller para New York Times Magazine. El encuentro tuvo lugar en la casa del artista, donde ambos conversaron sobre la vida, el arte y los planes del artista para el futuro. A pesar de su avanzada edad, Jasper Johns continúa creando obra y se reinventa constantemente con nuevas iconografías y técnicas: de hecho, actualmente la Galería Matthew Marks de Nueva York expone sus últimos trabajos. A esta exposición le seguirá un evento de la máxima importancia: en otoño de 2020, el Whitney Museum y el Philadelphia Museum of Art organizarán simultáneamente la mayor retrospectiva de la obra de Johns hasta la fecha, dividida entre las dos sedes.

 

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Sin título (2018). Óleo sobre lienzo seleccionado para la exposición de Jasper Johns en la Galería Matthew Marks. En matthewmarks.com

 

Durante la entrevista el artista habla sobre su infancia (sus padres se divorciaron cuando tenía 2 años y quedó al cuidado de distintos familiares hasta su adolescencia), su trayectoria artística y su relación con grandes figuras del arte norteamericano de la época, como John Cage, Willem de Kooning o Andy Warhol. Y en especial, sobre Robert Rauschenberg. Rauschenberg y Johns compartieron amistad, trabajo, entorno y amor, siendo una de las parejas más creativas e influyentes del arte contemporáneo. Preguntado sobre esta relación, Johns declara: “la relación con Bob fue extremadamente importante para mí, como artista y como ser humano”. Sin embargo, cuando se trata el tema de su rutina de trabajo, Johns se muestra mucho más opaco que cuando habla sobre su vida personal. “La rutina consiste simplemente en ponerme a ello, supongo. [...] Creo que ahora produzco menos obra. Creo que tiene que ver con la edad, pero no lo sé. Y tampoco sé lo que piensan otras personas acerca de mi producción. En alguna ocasión he trabajado en algo durante mucho tiempo y da la sensación de que no estoy produciendo nada, pero al final algo sale”. Durante la entrevista, Johns también confesó a Miller que acababa de terminar una obra para la exposición de la Galería Matthew Marks que le había llevado entre tres y cuatro años de trabajo… Pero no quiso revelar cuál es.