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- Escrito por Marta S. Galindez
Sus vídeos en Youtube, donde analiza y opina sobre lo que él llama “hamparte”, han creado escuela. Ahora, el artista y doctor en Bellas Artes reúne sus contenidos en un libro sorprendente.
Portada del libro y fotomontaje de Antonio García Villarán. En thewatmag.com
De sus reflexiones críticas no se libra ningún artista: ni propios, ni extraños. Antonio García Villarán hace suya una de las herramientas de comunicación moderna más poderosas, su canal de YouTube, para poner en solfa los criterios analíticos empleados para valorar el arte. Aunque también contiene algunas reflexiones sobre artistas clásicos, sus divertidísimos vídeos se centran sobre todo sobre creadores contemporáneos: de su acerada lengua no se salvan ni Damien Hirst, ni Jeff Koons, ni Yoko Ono... García Villarán acaba de lanzar su décimo libro, que como no podía ser de otra forma lleva por título El arte de no tener talento (Editorial Martínez Roca). En sus páginas, el pintor, escultor, youtuber y profesor de arte aporta fundamentadas opiniones sobre diferentes artistas. Podemos estar de acuerdo con él, o no: pero su capacidad analítica, su formación, su nivel crítico y sus habilidades comunicativas son incontestables. Tras llegar a las tiendas, las ventas se han disparado: El arte de no tener talento permanece semana tras semana en la lista de los libros de arte más vendidos.
Antonio García Villarán comenta la obra y la figura de Yoko Ono
En sus páginas Antonio García Villarán desglosa el concepto de “hamparte”, un término inventado por él que designa al aquellas obras que en realidad no son arte, pero que nos “venden” como tal. Para definir a estas obras, el artista y escritor creó en su momento un Manifiesto con siete puntos: si cumplen alguno de ellos, las piezas pasan automáticamente a ser obras de hamparte. El último de los puntos deja bien clara la opinión de García Villarán: “el arte de no tener talento es hamparte”. Quede claro que los criterios y opiniones del autor del libro no son absolutos, ni se pueden adoptar como verdad: muchos otros teóricos defienden conceptos e ideas contrarios, igualmente respetables y con similar autoridad. Pero lo que no se le puede negar a Antonio García Villarán es el acerado análisis que hace del mercado, su capacidad para desgranar conceptos complicados de entender y su amor por el arte. Así, su libro El arte de no tener talento constituye una reflexión plenamente actual, que nos empuja a cuestionarnos lo establecido y a formar nuestra propia opinión sobre cualquier tipo de arte. Aunque forme parte del Olimpo.
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- Escrito por Marta S. Galindez
El autor de Autorretrato sin mí y Patria explora en su nuevo libro los poemas qué mas impronta han dejado en él. Un libro pausado, que paladea la lírica e invita a disfrutarla.
Portada de Vetas Profundas, de Fernando Aramburu. Ed. Tusquets. Planeta de Libros.
“La poesía es el diálogo del hombre, de un hombre, con su tiempo”. Así definía Antonio Machado este género literario, creado para atesorar en palabras, caracteres y sonidos todo lo que la realidad no muestra. El escritor Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) hace suyos los poemas de sus más queridos escritores y los traslada a las páginas de Vetas profundas. El libro no tiene en ningún momento la intención de ser académico, teórico o dogmático; se trata de un tratado sobre el disfrute de leer poesía, y sobre todo, de leer la poesía de algunos de los mejores poetas de todos los tiempos. Aramburu hace suya la definición de Machado y le da una vuelta de tuerca, entablando un diálogo con los autores de cuarenta poemas. Tras el enorme éxito internacional de su novela Patria, el escritor se refugia en la intimidad de sus gustos poéticos y disfruta con la sonoridad, la terminología y el alma de los poemas escogidos en la selección.
El escritor Fernando Aramburu. En rtve.es
Como cabía esperar, Vetas profundas no es simplemente una recopilación de poemas según el gusto personal de Fernando Aramburu. Las páginas contienen también de textos del propio escritor, que aparecieron en su día en el suplemento Territorios del diario El Correo. Junto con ellos aparecen poemas de Borges, Rosalía de Castro, Pizarnik, Quevedo, Isabel Bono y muchos otros, hasta cubrir los cuarenta elegidos para la ocasión. En la entrevista publicada recientemente en la sección de Cultura del mismo diario, Aramburu afirmaba haberse “dejado llevar por la lectura y el deseo de reflexionar, no solo sobre poesía, también sobre cualesquiera asuntos humanos”. Tomando cada poema como punto de partida, el escritor da rienda suelta a lo que le sugieren, evocan o recuerdan: sus palabras se convierten en emoción, en nostalgia y en memoria. Según Fernando Aramburu, este libro también es un acercamiento a la poesía como literatura universal y no como arte minoritario. En sus páginas, el lector descubrirá el auténtico placer que genera su lectura.
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- Escrito por Marta S. Galindez
Tras décadas sin realizar una de sus famosas intervenciones a gran escala, el artista búlgaro retoma uno de los proyectos que imaginó con su compañera Jeanne-Claude para hacerlo por fin realidad.
Christo, L’Arc de Triomphe, Wrapped 2019. ©2019 CHRISTO/ANDRÉ GROSSMAN. En artnet.
Para muchos, Christo es conocido como “el artista que envuelve monumentos”. Lejos de esta definición, claramente reduccionista, el artista búlgaro se ha caracterizado siempre por sus intervenciones a gran escala sobre los paisajes (naturales y humanos), creando obras efímeras que trascienden los famosos envoltorios de tela. Durante décadas Christo trabajó con su compañera sentimental y vital, Jeanne-Claude; en equipo desarrollaron ambiciosos proyectos como el que envolvió el famoso Pont Neuf de París, llevado a la práctica hace treinta y cuatro años. Tras el fallecimiento de Jeanne-Claude en el año 2009, Christo abandonó esa vertiente de su trabajo sin renunciar a la creación, tal y como demuestra la Mastaba construida en Londres en 2018. Sin embargo, hoy el artista vuelve a ser noticia tras anunciar que envolverá por fin el Arco de Triunfo de París, culminando así un proyecto que se inició en 1962. La obra se terminará de montar en el año 2020, coincidiendo con una exposición retrospectiva programada por el Centro Pompidou sobre la trayectoria artística conjunta de Christo y Jeanne Claude entre los años 1958 y 1964.
Arc de Triomphe, wrapped (1989). Litografía de Christo en mike-art-kunst.com
La iniciativa será posible gracias a la colaboración del artista con el Centro Pompidou. Según la nota enviada por el museo francés a los medios, el montaje se financiará con la venta de los bocetos, maquetas y montajes previos realizados por el artista. El primero de ellos está fechado en 1962, momento en el cual el creador erigió una enorme pila de barriles de petróleo con la intención de colapsar el tráfico de una concurrida vía parisina. Durante la puesta en práctica de esta intervención artística, Christo realizó el primer fotomontaje de una serie que culminará en 2020 con la realización proyecto. El Arco de Triunfo, uno de los monumentos más emblemáticos de Francia que alberga la Tumba al Soldado Desconocido, se cubrirá con un manto de tela de polipropileno azul reciclable de cerca de 25.000 metros cuadrados; para fijar la tela se emplearán 2.137 metros de cuerda. La obra cerrará así el ciclo comenzado por Christo y Jeanne-Claude en su época de formación, con intervenciones tan célebres como la realizada sobre el Pont Neuf o la que envolvió por completo el edificio del Reichstag alemán.
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- Escrito por Marta S. Galindez
El escritor inglés da rienda suelta a su pasión por la pintura y la cultura francesa en su útilo libro, donde reseña, describe y analiza con brillantez algunas de las obras más importantes de los siglos XX y XXI.
Portada del libro “Con los ojos bien abiertos” y retrato de Julian Barnes. En anagrama-ed.es y penguin.co.nz
La obra de Julian Barnes no necesita presentación. Desde la publicación del excelente El loro de Flaubert, un texto lleno de encanto que exploró una nueva forma de escribir no ficción (y ficción), hasta su novela La única historia, el escritor británico ha desarrollado un corpus literario que da una nueva vuelta de tuerca a cada historia, cada vida y cada experiencia. Amante declarado de la cultura francesa y del arte, su último libro Con los ojos bien abiertos (Anagrama, 2018) se aleja de la ficción para adentrarse en el análisis de algunas de las pinturas más importantes creadas durante los siglos XIX y XX. En su magnífico libro de relatos La historia del mundo en diez capítulos y medio, Barnes ya utilizaba uno de sus textos para contarnos la terrible historia que reflejó Théodore Gericault en su lienzo La balsa de la Medusa. En su nuevo libro el escritor regresa al lienzo para hablar sobre su creación, y sobre lo que plasma o esconde el pintor. Con él arranca un apasionante recorrido que incluye pinturas de artistas de muy distintas épocas: desde Delacroix, hasta Magritte; desde Courbet, hasta Oldenburg. Y más.
“La balsa de la Medusa” (1819), Théodore Géricault. Museo del Louvre. En arteselecto.es
Sin duda, uno de los grandes aciertos del libro es su alejamiento de la postura crítica o analítica sobre las obras. Barnes se centra únicamente en su pasión, descubriendo por qué esas pinturas despiertan en él los sentimientos que experimenta, dando claves para que el lector consiga sentir lo mismo. Puede ser que lo logre o no, pero igualmente los textos deslumbran de nuevo con la calidad de la escritura a la que el autor nos tiene acostumbrados. Las páginas de Con los ojos bien abiertos desbordan literatura, igualando las cotas alcanzadas por su maravilloso libro Niveles de vida o sus muchos relatos. El libro se articula por capítulos, en los que tienen cabida los artistas antes mencionados y otros como Braque, Manet, Cézanne, Valloton, Bonard… Un elenco tan variado como imprescindible en la historia del arte que conocemos como “moderno”. En definitiva, en Con los ojos bien abiertos Julian Barnes nos invita a descubrir y disfrutar de las obras que a él, por uno u otro motivo, le conmueven. “El arte no solo capta y refleja la excitación, la emoción que encierra la vida. A veces incluso va más allá: el arte es emoción”.
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- Escrito por Marta S. Galindez
La relación epistolar entre dos de los grandes de la literatura nos descubre en este libro una amistad a prueba de guerras, ideologías y reconocimientos. Albert Camus y René Char conservaron su admiración y amistad durante 15 años.
Fotografías de Albert Camus y René Char. En sentieroastrologico.it
A veces, sucede. Dos grandes figuras del arte, la literatura o cualquier campo de la creación conectan y se establece entre ellas una relación fascinante, que da lugar a nuevos destellos brillantes surgidos de esta interacción. Es el caso de la amistad que Albert Camus y René Char mantuvieron durante 15 años hasta la trágica muerte del Premio Nobel en accidente de coche, sucedida en 1960. Durante ese tiempo Camus y Char mantuvieron una relación personal y epistolar, que se tradujo en constant un intercambio de cartas (concretamente, ciento noventa y dos misivas). Estas cartas dieron lugar a un libro que hoy se considera un auténtico tratado de la amistad: “Correspondencia 1946-1949”. La Editorial Alfabeto ha recuperado el texto para publicarlo por primera vez en español con traducción de Ana Nuño, aprobando así la asignatura pendiente que la lengua español tenía con este libro fundamental. La amistad entre Camus y Char, sin embargo, nunca se limitó al campo epistolar; este solo fue un medio para mantenerse unidos en la lejanía. René Char vivía en un pueblo de la Provenza francesa, mientras que Albert Camus residía en París; sin embargo, ambos se visitaban constantemente y frecuentaban la casa del otro, realizando viajes juntos y compartiendo el tiempo en cafés, restaurantes y paseos.
Carátula del libro “Correspondencia 1946-1949” publicado por la Editorial Alfabeto. En elcorteingles.es.
La amistad entre ambos comienza en 1946. Tras el fin de la Segunda Guera Mundial, Albert Camus (entonces editor de Gallimard) publica los célebres cuadernos de guerra de René Char, Hojas de Hipnos. En esta época, Char escribe a Camus una escueta carta con una propuesta: “agradecería la ocasión de poder reunirme con usted”. Fue el comienzo del intercambio de cerca de doscientas misivas en las que queda patente el indestructible lazo fraternal que se forjó entre ambos. Las expresiones de cariño son constantes en esta correspondencia, siempre (eso sí) en un sorprendente tono formal que en ningún momento renuncia al trato de usted. En 1953, Char escribe: “Pienso en usted a menudo y en nuestra amistad —como una piedra griega— y entonces el Tiempo afloja y deja de hostigar un rato…”. Camús, por su parte, tampoco se niega a expresar sus sentimientos. Sin ir más lejos, en 1957 escribe: “Si me pusiera a sacar la cuenta de los amigos que tengo, los de espíritu y corazón, acabaría rápido, pero usted es de los pocos que me hace falta saber que tengo cerca”. Las páginas de este libro absorbente no se limitan a reflejar la amistad entre los dos escritores: en ellas encontramos también historias cotidianas, rencillas y pequeños dramas del día a día. La trama más importante de todas (que actúa como hilo conductor del texto) será la búsqueda de una casapara los Camus, cerca del pueblo de Char. Un sueño que se hizo realidad en 1958, solo dos años antes del trágico fallecimiento del escritor.