Alejandra de Argos por Elena Cue

 Autor: Elena Cué

 

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Es difícil que personajes con una vida tan fecunda como la del médico y político francés Bernard Kouchner (Aviñon-1939) no provoquen admiración y controversia. Su vida política, al margen del activismo en el mítico Mayo del 68, se desarrolló al ocupar cargos ministeriales en los gobiernos de    Miterrand y de Sarkozy, lo que demuestra su independecia. Además, ha sido Administrador civil y Alto Representante de la ONU para Kosovo (1999-2001). Cuenta también en su haber con numerosos libros, articulos y ensayos publicados. Pero lo más destacable es su faceta humanitaria que empieza cuando en 1968 viaja con el Comité Internacional de la Cruz Roja a Biafra, Nigeria. Esta experiencia que le marcará profundamente, le llevará a fundar la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras (1971), lo que le hará merecedor en 1999 del Premio Nobel de la Paz. También ha sido fundador de Médicos del Mundo (1980). Kouchner ha estado presente desde sus inicios en la mayoría de las grandes catastrofes naturales y políticas del mundo para  socorrer y paliar el dolor de las víctimas civiles de guerras y cataclismos. 

Nos encontramos sobrevolando territorio africano, donde todo empezó. ¿Cuál cree que es el futuro de África?

Al margen de los antecedenes de su propia historia, la de su colonización, y su descolonización, el futuro de África se enfrenta a una gran transformación, un gran cambio, un gran salto en el siglo XXI. En primer lugar, la población de África es importante. Sabemos que en el próximo siglo llegarán a 2.000 millones –antes de finales del siglo XXI–, lo que quiere decir un enorme potencial para la gente. ¿Será posible darles una educación suficiente, dado el tamaño de la población? Sí, yo tengo la esperanza de que se hará con el esfuerzo internacional. 

En 1979 fletó un barco hospital, llamado Île de Lumière, con el encargo de ayudar a los refugiados políticos que huían del régimen comunista de Vietnam en pequeñas embarcaciones. ¿Piensa que hoy día el Île de Lumière sería una utopía, teniendo en cuenta los miles de africanos que se lanzan al mar en busca de un futuro mejor?

Sí. Antes estábamos hablando de cómo está cambiando África a lo largo del siglo, pero hoy en día, la cuestión más importante para ellos –y en cierto modo también para nosotros– (no es la única, pero sí una cuestión importante), es la emigración. ¿Qué se supone que tenemos que hacer frente a la emigración? En primer lugar, no podemos detener la marea. Se tardará tiempo; se tardará años y años. Porque la gente no está viniendo aquí, a Europa, por el gusto de conocer el país, sino que se ve obligada por la pobreza, por la miseria. Están huyendo de la miseria porque no hay futuro –futuro inmediato– para sus familias, y tienen que alimentarlas. En algunos países, como Mali, es culturalmente necesario marcharse e ir a Francia. Y hay lugares en los que, cuando se está llegando a la edad adulta, hay que irse y encontrar un trabajo para mandar dinero a la familia. Este es el primer punto: no vienen para complacernos ni para luchar contra nosotros. Vienen porque la miseria es enorme, inmensa. El segundo es la información que reciben de la televisión y los medios de comunicación que hace que quieran buscar un futuro mejor. Creen que, al llegar a Europa, encontrarán un trabajo inmediatamente y se harán ricos, pero eso no es cierto, porque estamos atravesando una gran crisis. Incluso en nuestro país el paro es un grave problema. Así que la combinación de paro e inmigración es algo muy difícil. No debemos confundir la migración general con la solicitud de asilo. Aquellas personas que escapan de una guerra, una dictadura, aquellos que no pueden volver a casa sin poner en riesgo su vida, ser encarcelados o torturados deben ser aceptados por la Convención de Ginebra (1951). Estamos hablando aquí de migración económica, no protegidos por el Convenio. 

Pero, primero, no podemos mezclar, porque es imposible; intelectualmente no podemos hacerlo por consideración hacia la gente que está muriendo en el Mediterráneo. Todos los inmigrantes huyen por motivos económicos, y no políticos. Son ilegales, así que tenemos que rescatarlos. Es una obligación moral. Es algo muy difícil de explicar a la gente, y esa es la razón por la que, como estamos rechazando la emigración masiva, la gente cree que no deberíamos aceptarlos. Hay quien piensa que no tenemos por qué enviarles un flotador o un chaleco salvavidas. No, aunque estén viniendo a Italia, o a Francia, o a España, no podemos limitarnos a dejarlos morir.

Por lo tanto, la respuesta debería llegar de Europa, tenemos que compartir la carga, no dejar que que los italianos los acojan a todos. Y necesitamos dar una respuesta a la propuesta que ha hecho la nueva comisión, la comisión Russell. Los 28 países tienen que cambiar. Y hacer los números adecuados. Recuerdo que para mi país eran unas 7.000 personas. No es tanto. Actualmente somos 67 millones. O sea, los 28 países tienen que participar en el reparto. 

Hay que compartir la carga y luego, de acuerdo con el Tratado de Schengen, que crucen las fronteras y lleguen, por decir algo, a Suecia. Esa es mi respuesta. Deberíamos pensar que no ayudarles en el mar porque la emigración es un problema es ser cómplices de asesinato. ¿Tenemos que cambiar y dar una nueva respuesta a la convención general? Yo lo creo así. Será muy difícil, pero deberíamos hacerlo”.

 

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¿Qué piensa que sucederá con ISIS? Hablemos del Estado Islamico...

“Es una larga historia, pero, en resumen, creo que habrá un nuevo Estado en algún lugar entre Siria e Irak. Le corresponde a la población local combatir contra él, como han hecho los kurdos. Y a mí la forma de los kurdos de combatir al EI me inspira mucha confianza, pero nosotros –y esto es un imperativo– deberíamos ayudarles a luchar. Lo hemos intentado; los estadounidenses más que nosotros, pero lo hemos intentado. Intervinimos en Irak y en todas partes, pero no fue un gran éxito. Los pobres estadounidenses han perdido todas las guerras: Vietnam, Afganistán, y, por supuesto, Irak. Así que enviar tropas de tierra no es una solución para nosotros, desde luego que no. Nada de tropas de tierra, por el momento.

Pero si hubiese una auténtica invasión, la respuesta de bombardear el país como los saudíes han hecho en Yemen, sería otro fracaso. Han matado a más civiles que militares. Tenemos que tener en cuenta la guerra interna entre chiíes y suníes. En la actualidad el Estado Islámico, desgraciadamente para las víctimas, está matando a musulmanes. Incluso si el peligro es un peligro mundial, está matando a musulmanes, así que los musulmanes deberían reaccionar con nuestra ayuda. ¿Y con respecto a su futuro? No lo sé. Creo que no hay futuro para gente tan brutal como ellos. Hace unos meses me quedé muy impresionado cuando fui a Siria a ver a una mujer kurda que combatía como comandante en jefe en la ciudad de Kobane. Tenía a su mando a 1.000 hombres y mujeres. Estaban resistiendo al Estado Islámico y lo derrotaron con un poco de ayuda francesa y mucha más estadounidense. Creo que vamos a ver cómo Bachar el Asad, en Siria, no resistirá mucho más; pienso que va a ser sustituido por otro. El problema es Irán combatiendo también al EI. Irán es un país chií que lucha contra el EI, que son suníes, lo cual es un círculo vicioso.

En 1971, desde Médicos sin Fronteras, se convirtió en un fervoroso defensor del concepto de intervención humanitaria con el fin de proteger a la población civil de un Estado soberano en países desprotegidos que se enfrentaban a una guerra civil, al hambre o al genocidio. ¿Piensa que ha sido eficaz? ¿Qué aspectos cree que se podrían mejorar?

“A veces ha sido eficaz, como en Kosovo y en Bosnia. Otras, ha sido negativo, como en Irak. Convencimos a la ONU de que votase a favor de la resolución francesa sobre el derecho a intervenir, porque, según mi experiencia, era necesario para evitar la guerra. No obstante, nunca tuvimos mucho éxito con la prevención, excepto en Macedonia. Allí, en plena guerra de los Balcanes, enviamos tan solo a unos cientos de efectivos, sobre todo estadounidenses. Detuvimos los combates sobre todo mediante la prevención. Pero, por lo demás, cuando intervenimos siempre es demasiado tarde, siempre es después de la masacre.

Así que creo que por lo que respecta al futuro del derecho a intervenir para proteger a la población de las masacres, por desgracia, siempre hemos esperado a que estas ocurriesen y luego hemos reaccionado. No siempre hemos tenido éxito, ni mucho menos. ¿Se puede decir que la de Libia haya sido una buena intervención? Para proteger Bengasi, la segunda ciudad de Libia, contra los violentos bombardeos de los tanques de Gadafi, el derecho a proteger a la población no es vinculante ni está en vigor en absoluto. Teníamos que tener un acuerdo referente a las fronteras, y para quedarnos y ayudar a la gente, con el consentimiento de la ONU. El derecho a intervenir debería pasar por el Consejo de Seguridad. Sin un acuerdo mundial, cualquier autorización viene siempre del único organismo respetuoso internacional, que es la ONU. 

Así que creo que hay un futuro para ello si podemos decir a la gente que hay riesgo de una masacre en algún sitio y debemos intentar detener antes los combates. Es algo muy, muy difícil. De lo contrario, seguiremos presenciado matanzas por todas partes. ¿Era posible proteger a la gente de Irak? Sí, el primer éxito fue expulsar a Sadam Husein: pero después, los chiíes eran mayoría en el país, así que después de elegir a Allawi, que era laico, se eligió a Al Maliki. Este utilizó el chiísmo para vengarse de los suníes, así que tampoco aquí fue un caso positivo.

La pregunta de si existe un dictador bueno es una pregunta mal planteada, porque, por supuesto, para la gente parecía que había apaciguado la situación, pero era algo que no iba a funcionar eternamente. ¿Se puede decir que fue mejor? Yo digo que no, pero hay quien responde diciendo que la gente era mucho más feliz con la dictadura. Es la eterna pregunta para un médico, y no olvide que éramos médicos. Los médicos no pueden aceptar las masacres; sencillamente, no pueden. Pero esa es la razón por la que, para mí, el concepto de humanitarismo siempre es un poco político. Proteger a la gente es político, y por supuesto, el acceso humanitario es difícil. Mi respuesta es que sí que tenemos que proteger, sí que tenemos que actuar mediante la prevención, y también mediante la información y la educación”.

 

 Bernard Kouchner 

 

¿Cómo logró hacer más por los derechos humanos? ¿Utilizando su plataforma política o a través de su labor humanitaria?

Creo que es muy complejo hacer balance de cualquier injerencia en los llamados asuntos políticos. Los derechos humanos son políticos, y tardaremos muchos años en explicar que la solución a las masacres no es ahorcar a gente o utilizar las armas. No hay futuro para el Estado Islámico. Al mismo tiempo, hay una especie de terror interior, y si se acepta el terror, ¿se puede sobrevivir? Al principio sí, pero al cabo de un tiempo, no, así que no hay futuro para eso. Estoy a favor de los derechos humanos y de respetar la vida humana. Estoy de acuerdo en que la religión, como proceso de paz, puede funcionar, pero como lucha contra otra religión, no.

Por eso concebimos el derecho a intervenir como una especie de deber médico, pero también un deber político. Los pasaportes médicos eran necesarios para acceder a las personas en peligro, para acceder a las víctimas. ¿Era suficiente? No, pero sin una visión política era imposible forzar la puerta. Los derechos humanos afectaban a la sensibilidad médica; el acceso médico era adicional. ¿Era una perspectiva política? Sí. ¿Y era algo netamente político? De ninguna manera. Es imposible. ¿Es un deber político salvar a la gente en el mar? No, no lo es. Es un deber humano. Y el derecho a la injerencia era una intervención humana, por las víctimas. No es perfecto, pero es mejor que antes.

Tiene grandes similitudes con el Dctr. Schweitzer, médico que ejerció su profesión atendiendo enfermos en Africa y obtuvo también el Premio Nobel de la Paz en 1952. Sus motivaciones fueron devolver a la vida lo que de ella había recibido. ¿Es éste su caso? ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿O se definiría usted más como "un afirmador de la vida"  y de los valores vitales? 

Sí, que casualidad, estaba escribiendo un libro sobre Schweitzer. Es una persona muy interesante, el pionero de esta clase de intervención humanitaria. Sus motivos no eran los mismos que los nuestros: él era un hombre religioso; era médico y protestante. Yo diría que sí, que él ha sido uno de nuestros modelos, y un buen modelo. Mucha gente estaba indignada porque no usaba la medicina moderna. Pero también fue algo bueno; utilizó los métodos de la cultura de la gente de Gabón. Por supuesto, visité su despacho en Lambaréné, me senté a su mesa y sentí una profunda admiración. Todavía no he acabado mi libro sobre él, pero Schweitzer nos dio un buen ejemplo para su época, que era la época colonial.

Pero, ¿qué nos dice de sus propias motivaciones?

Claro, mis motivaciones son similares, pero eso fue después de la Segunda Guerra Mundial y después del Holocausto. Como le he dicho, nadie reaccionó contra el Holocausto. Cuando yo estaba en Biafra, durante la guerra con Nigeria, vi llegar a nuestro hospital a centenares de personas. Los bombardeos se dirigían contra la población civil. Había un bloqueo, así que el hambre estaba matando a los bebés por millares. Nosotros éramos médicos, teníamos que reaccionar y protestar. Lo hicimos, y algunos de nosotros creamos Médicos sin Fronteras. Tengo que mencionar a Max Recamier, cofundador junto conmigo, que no era una persona nada política. Era un hombre religioso, un católico. Pero era médico, así que colaboramos. Nuestra motivación era más o menos la misma, pero para mí era muy importante ya que mis abuelos murieron en Auschwitz y nadie protestó. Era otra época, pero Schweitzer fue un buen ejemplo. No el ejemplo perfecto, porque eso no existe.

¿Cree que hay solución al conflicto israelí?

Sí. La solución es la creación de un Estado palestino. Así de fácil. Pero, ¿será posible? No puedo resumirlo de forma simple, no sé si es demasiado tarde. Pero la seguridad de los israelíes es la seguridad de los palestinos. El Estado palestino protegería a Israel, e Israel protegería al Estado palestino. Es tan evidente que resulta ridículo buscar otra solución. No hay otra. Por ahora, el Ejército israelí es más fuerte que el otro, pero no será así para siempre. Por lo tanto, la solución tiene que ser intermedia. No quiero decir que, para Irak o Irán, sea fácil aceptarla, pero la creación de un Estado palestino es el principio de todas las soluciones. Estamos realmente ante una emergencia. Desgraciadamente –en mi opinión– los israelíes han votado a Netanyahu. Pero mis amigos Tzipi Livni e Isaac Herzog, líderes del Partido Laborista israelí, están a favor del Estado palestino, y tienen razón.

Por otra parte, ahora Mahmoud Abbas es un anciano. La nueva generación realmente quiere un Estado palestino, reconocen al pueblo de Israel. No solo eso, sino que se reúnen con ellos cada día. Es ridículo. Es un crimen enorme no reconocer el Estado palestino. Conozco la historia de Israel. Sí, tienen derecho a la vida, el derecho a que se les proteja. Esta es mi solución, eso es todo. Al mismo tiempo, es muy difícil entender la actitud política estadounidense al respecto, pero el presidente Obama quiere firmar un documento con Irán. No puedo estar contra la paz; es mejor que la guerra. Veamos: si Irán está en proceso de desarrollar un arma nuclear, eso es un peligro para Israel. Creo que firmar –si es que se firma– a finales de este mes o a principios de junio, será un avance. Gaza era inaceptable. Sé que Hamás no está a favor de la paz, pero la OLP sí, así que pongámonos del lado de la OLP”.

¿Qué piensa de la postura de Netanyahu?

“Netanyahu está en contra de la paz y a favor de ampliar las fronteras para facilitar el asentamiento. Nosotros éramos partidarios del acuerdo con el anterior Gobierno. Estoy decididamente a favor de la existencia del Estado de Israel, decididamente a favor. Pero la base del Estado palestino está mostrando que ellos no son el país que está minando a Israel, en absoluto”.

Acaba de volver de Ucrania. ¿Qué fue a hacer allí?

“No sé si al final lo haré, pero estaba encargado de ofrecer un plan para cambiar totalmente el sistema sanitario del país, como se hizo en la Unión Soviética y en Rusia. Se trata de un plan estatal. Creo que deberíamos combinar intervención pública y privada bajo ciertas normas y con seguro sanitario privado bajo supervisión pública. Veremos, pero hay un problema con Putin, que no fue responsable de la separación de Ucrania de Rusia. Fueron Gorbachov y Yeltsin. No sé; tenemos un problema, y la solución no es la guerra contra Rusia, desde luego que no. ¿Lo son las sanciones económicas? En parte, sí. Y dialogar y dialogar, como solemos decir; la diplomacia”.

¿Qué proyectos tiene para el futuro? ¿Tal vez un libro? 

“Quiero tomarme algún tiempo para pensar sobre –es muy arrogante por mi parte decirlo– mi experiencia en combinar lo político con lo humanitario; tener confianza en la gente y, al mismo tiempo, descubrir que la gente ama la guerra. Para ellos es la experiencia más excitante, como una fusión y una mezcla permanente de hormonas masculinas a lo largo de la historia. Aunque lo estoy diciendo como una especie de caricatura, tal vez sea verdad. Pero creo firmemente que no se puede separar la intervención humanitaria de la política. Quiero que los que se dedican a la política sean un poco más humanitarios, y los que se dedican al humanitarismo, un poco más políticos. Pero hay interés en mantenerlos separados.

¿Y sabe por qué? Por el poder. Tener grandes ONG te da poder. No todos somos como Bill Gates. Él es un buen ejemplo. No quiero insistir demasiado, pero recuerde lo que dije en la primera pregunta acerca de desarrollar África. Desarrollo y más desarrollo; inversión y más inversión. Esa es la respuesta en vez de dejarlos morir en el mar, absolutamente. Al principio damos pasos minúsculos; empezamos con el humanitarismo, pero esa no es la solución para el desarrollo. Es una especie de generosidad y de caridad. De acuerdo, es preferible a dejarlos morir, pero no es la solución. La solución es el desarrollo. Ha sido una buena señal de la modernización en África. Pero bueno, ya veremos, porque la solución no es ser médico en lugar de que lo sean ellos, o inventar medicamentos para venderlos a precios elevados”.

 

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¿Puede contarme algo más sobre cómo nació Médicos sin Fronteras?

Éramos jóvenes médicos europeos que íbamos allí; médicos franceses. Esa es la razón de que fuésemos: éramos médicos franceses y veníamos de un país rico, un país donde habíamos recibido una buena formación, habíamos recibido títulos, y trabajábamos en buenos hospitales, en Francia. ¿Y qué descubrimos? La realidad del mundo. Descubrimos que, en esas circunstancias, nuestra formación no sabía decirnos qué hacer... lo que teníamos que hacer. ¿Cómo reaccionamos? Descubrimos que había gente que moría de hambre, de miseria. Por supuesto, también moría a causa de las bombas. Descubrimos una palabra: bomba. Bombardeaban a la gente de los pueblos, ametrallaban todas las carreteras y apuntaban a los niños. Los derechos humanos se violaban a diario. Por supuesto, era una guerra civil. Así que, ¿qué se suponía que teníamos que hacer? Cuidar de las víctimas. Y eso hicimos: cuidamos a las víctimas de los bombardeos. 

 

Elena Cué entrevista a Bernard Kouchner

 

- Entrevista a Bernard Kouchner -                      - Página principal: Alejandra de Argos -

 

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Una conversación con Guillermo Solana.

Detalle del traje de Santa Casilda. Francisco de Zurbarán (c. 1630-1635)

 

El museo Thyssen ha escogido el color albero para recibir en sus paredes a Zurbarán. Es Sevilla, alrededor de 1630. "Los muros en Sevilla son muchas veces así. Además, creo que va bien con los dorados y negros de Zurbarán" explica Guillermo Solana, director del museo, convertido en nuestros ojos en este recorrido por la exposición "Zurbarán: una nueva mirada".

Un filósofo alemán del XIX decía que cada obra de arte es "esencialmente una pregunta, una interpelación a un pecho que resuena" y nosotros queremos saber: ¿Qué significa la pintura de Francisco de Zurbarán, qué hay detrás de ella, detrás de esos frailes dominicos de hábitos blancos, de esas santas y de esos cestos de flores? "Zurbarán es, sobre todo, el pintor de lo táctil. Del mundo de los volúmenes y las texturas", afirma Solana.

 

 

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Santa Apolonia. Francisco de Zurbarán. (1636)

 

Abre la entrada a la exposición un gran mapa de Sevilla en la primera mitad de XVII. Zurbarán nace en 1598, el año en que muere Felipe II. El pintor vive hasta 1664, un año antes de la muerte de Felipe IV. Es la magia de los números. Dos grandes reyes, muy distintos uno de otro, ambos con decisivas contribuciones a las colecciones reales.

Sevilla es una ciudad rica a comienzos del seiscientos, llena de conventos, parroquias, hospitales, una gran catedral casi acabada pero aún en construcción. Abrumada por el peso de la Contrarreforma, de Trento y del paso de la peste. "Zurbarán es el pintor que mejor ha comprendido a las ordenes monásticas masculinas. Esta pintura era fuerte y dura para el gusto de las congregaciones femeninas". Zurbarán era hijo de un comerciante de telas, y él pintaba esas telas en cada cuadro: su peso, los pliegues densos de la lana de los hábitos o el hilo grueso de los manteles, los remiendos de las arpilleras rígidas en el sayal de los San Franciscos, la seda verde y fresa de Santa Apolonia, también los brocados de otras santas, vestidas siempre buscando la fantasía de lo que veía en los teatros o las ideas que llegaban de Venecia...

Pero entonces, ¿por qué le interesa, sobre todo, pintar monjes, convertirse en el "pintor de la vida monástica"? ¿Era solo un afán comercial? ¿Cuánto pesan la Contrarreforma y Trento en él? Solana contesta: "Zurbarán entiende las claves de la claridad y legibilidad postridentinas. Las instrucciones de Trento de que el lenguaje de la pintura debía ser neto y didáctico. Lejos de las complicaciones del manierismo.Y Zurbarán es muy legible, hasta en su manera de pintar en claroscuro, de siluetear las figuras a contraluz. Es un pintor contundente de expresión y eso va bien con el lenguaje de la Contrarreforma".

 

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San Francisco de pie contemplando una la calavera. Francisco de Zurbarán (1633-1635)

 

Hay en la exposición 63 obras, en su mayoría de gran formato, distribuidas en siete salas. Paseamos por ellas. Y nos paramos delante de San Ambrosio: es un buen ejemplo de lo que ocurre en la pintura de Zurbarán. Aquí la monumentalidad de este Obispo de Milán, modelado por una luz que sale del negro por la izquierda para estallar contra la capa en damascos rojos y oros, y que también da la forma a una mitra claveteada en fieltro ocre, son los elementos que están realmente confiriendo la fuerza al cuadro, más allá de la expresión del rostro. Lo cual resulta novedoso. Pensamos en el Greco, allí eran los ojos, las manos y los remolinos de ángeles los que dirigían la expresión. Aquí, sin embargo, parece que son estos "agentes externos" los que nos hablan. Solana entra a fondo: "Uno de los aspectos que debió fascinar a los modernos en Zurbarán, si pensamos en Manet y lo que viera de Zurbarán en París, es ese igualitarismo al tratar figuras y objetos que es un gran capítulo de la crítica del siglo XIX. Una de las cosas que reprochan los críticos a Manet y a muchos de sus contemporáneos es que tratan a una figura humana como si fuera una cosa y a las cosas como si fueran figuras humanas. La jerarquía académica tradicional se rompe".

 

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San Ambrosio. Francisco de Zurbarán (1626-1627)

 

Sevilla y la fuerza de la pintura

Sevilla es, además, una gran capital artística en el siglo XVII: llega la influencia de Caravaggio, de Durero, del grabado alemán y holandés, en el que se basa Zurbarán para muchos escenarios e iconografías. Y, sobre todo, existe Velázquez. En Sevilla ambos pintores se conocen y, del resultado de esa amistad, Zurbarán viene a Madrid para pinta el salón de Reinos, en el Palacio del Buen Retiro.

Nos detenemos en las diferencias entre Velázquez y Zurbarán: distintos lenguajes de dos pintores de la España del siglo de Oro. Quizás un número uno frente a un numero dos. Y qué manera tan distinta de llegar al espectador. Johnatan Brown describe como mientras Velázquez vio el mundo de su época a través de un microscopio y lo representó en sus cuadros bajo ese aspecto, Zurbarán lo reprodujo como un espejo...

En el Retrato de Inocencio X todo es expresión. Velázquez hace hablar a los ojos del Papa, también habla su pincelada y, frente a éste, San Bruno y el papa Urbano II de Zurbarán, son radicalmente distintos...

Solana cede, da un paso atrás pero es solo para coger impulso: "Estoy de acuerdo. Pero quizás eso hace de Zurbarán un pintor más moderno. El pintor manetiano, postmanetiano es menos psicológico, está menos interesado en la expresión. Los grandes retratos de Manet no son grandes captaciones del alma. El retratado es más un bodegón. Cézanne pedía a sus modelos que posaran como las manzanas que pintaba. La importancia de la penetración psicológica que tiene Velázquez no está en Zurbarán. A él le interesan otras cosas".

 

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Bodegón con cacharros. Francisco de Zurbarán (c.1650-1655)

 

Desde Zurbarán y Caravaggio hasta Cézanne y De Chirico.

Zurbarán modela con la luz: sus monjes silenciosos salen del negro y estallan en blanco. San Serapio, es quizás la joya de la exposición. Este mercedario cuelga de las sogas que ahogan sus muñecas. De él conocemos su historia: es el martirio, el cuarto voto de los mercedarios, aceptar la tortura. El tormento y el éxtasis. Zurbarán tapa con ese hábito los trazos del martirio, le arrancaron los intestinos aun vivo, pero no hay rastro de violencia.

Solana dirige nuestra mirada: debemos fijarnos en el escudo de los mercedarios en rojo sobre la casulla blanca, en el eje exacto del cuadro. Levantamos la cabeza y observamos cómo el resto de mercedarios que habitan esta pared tienen el mismo distintivo, escudo rojo sobre el blanco, como una mancha de sangre, en el mismo eje.

Pensamos entonces en la manera de expresar de Zurbarán, tan quieta, tan callada, tan tapada. Y en la diferencia con su contemporáneo italiano, en la manera de hacer de Caravaggio. En el italiano todo es la locura de los gestos, los brazos abiertos que salen de los cuadros, las manos suspendidas en el aire, o las levantadas, las líneas oblicuas y composiciones arriesgadas: están ocurriendo cosas en esa Cena de Emaús o en El Enterramiento de Cristo...

Zurbarán es mucho más estático. Interpelamos a nuestro maestro de un día y Solana vuelve a dar un salto magistral: "Caravaggio es un pintor lleno de violencia, a veces muy intensa, a veces algo contenida pero está ahí, latente. Es un pintor lleno de instantaneidad, hay un fogonazo. En La Vocación de San Mateo es evidente. Está lleno de lo que en Italia llamaban Il motto, la expresión: el gesto, una instantánea señal del rostro, que es una constante del primer barroco italiano. La sensibilidad de Zurbarán es distinta. Es más quietista, más mística, menos trágica. Por eso ha conectado tan bien con un tipo de arte del siglo XX que evita la excesiva gesticulación. Un tipo de arte que Bernard Berenson llamaba “inelocuente”, un arte deliberadamente silencioso: el arte de la metafísica italiana. De Chirico. Tú has mencionado a Morandi. Y luego con todos esos pintores de entreguerras que llamamos el Realismo Mágico, la Nueva objetividad. Para mi, lo que más conecta con Zurbarán son esos pintores que también hacen descansar su expresión en una especie de silencio. Desde Derain a determinados alemanes, Christian Schad, incluso Gutiérrez Solana.

Queremos entonces entender el color negro, esa España ultranegra; entender también de la manera de pintar las sombras. Solana profundiza: "Yo creo que los pintores se dividen en dos. Los que hacen las sombras con negro y los que no las hacen con negro. Desde Delacroix, después con el impresionismo, se nos ha enseñado que las sombras tenían que ser coloreadas. La gran tradición de los coloristas quiere hacer sombras luminosas, transparentes, coloreadas... Y luego, hay los pintores que dicen: “No, la sombra con negro”, que tiene, probablemente un menor encanto sensual pero que a veces tiene una contundencia expresiva muy grande. Todo esto tiene un vínculo profundo con Zurbarán".

En la contradicción del negro frente al blanco queremos dejar a Zurbarán. Para nosotros será siempre el pintor de los blancos atenuados. El de la aspereza de la piel de los membrillos y la suavidad de la loza, el del peso de las casullas, de la austeridad de su tierra extremeña y de lo concreto, de los volúmenes firmes, de las cosas quietas, de cierto silencio invencible que nos instala a menudo en el desasosiego. Una dimensión insólita de la pintura que conecta con la misma sensación que nos producen los primeros bodegones de Cézanne, también los de Juan Gris y, después los de Morandi. Pero esa es otra historia.

Cuando Ignacio Zuloaga compró un cuadro de Zurbarán y escribió una carta a un amigo pintor, le definió como "El pintor español: Velázquez es cosmopolita y universal, pero Zurbarán solo puede ser español".

 

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San Serapio. Francisco de Zurbarán (1628)

   - Zurbarán. Museo Thyssen -                                       - Página principal: Alejandra de Argos -

 Autor: Elena Cué

 

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Martín Chirino (Las Palmas, 1925), creció en la playa de Las Canteras sintiendo la arena, el mar y la brisa mientras observaba un horizonte que soñaba mover. Lo telúrico, lo ancestral y lo mítico de su lugar de origen purifica a fuego el alma del forjador para tomar una nueva forma en la materia, en este caso en hierro, surgido de lo mas profundo del interior de este escultor del viento. El lugar particular le ha enraizado a lo primigeneo y sus sueños y anhelos le han llevado a lo universal. La espiral, símbolo del origen y formación del universo definen a este artista en busca constante de la verdad.

"Mira esta escultura, voy a hacer con ella un homenaje a Picasso. Mira lo bonito que va a quedar lo que esta debajo, que son las sombras. Es facil dibujar o pintar sombras, pero el desafío para un escultor es materializarlas, darles un peso corporeo".

¿Por qué no me habla de cuales han sido las sombras de su vida? 
 
Fíjate que yo creo que todos llevamos un personaje dentro que nos da respuestas y que nos cuestiona, es un personaje con el que tu dialogas. Yo soy una persona calmada porque las respuestas las voy buscando en mi y me afecta muy poco el entorno. Eso lo vi muy joven al leer el Demian de Herman Hesse, que me impactó en el doble sentido de que el protagonista hablaba  todo el tiempo consigo mismo y fue  capaz de aflorar una verdad extraida de la realidad...
 
 
¿Y cuando descubrió a su otro? 
 
Date cuenta de que soy el numero 12 de mi familia. Yo era un crío que vivía en una casa muy grande, en la playa de Las Canteras y de pequeño me busqué mi sitio, mi refugio, en una habitación perdida, y allí ocurrían otras cosas. Y yo creo que ahí se fue forjando mi otra personalidad. Me solia sentar a caballo encima de una puerta de una habitación donde se guardaban las sabanas y yo me escondía allí siempre.
 
Y con tantos hermanos ¿cómo era la relación con su madre?
 
Muy buena porque mi madre era hija única, se casó con mi padre y empezó a tener hijos. Leía a Balzac que le encantaba, porque contaba cosas muy interesantes y que reflejaban la vida misma. Ella no tenía un criterio literario sino una pasión por leer todo. Y se lo leía a la gente con la que trabajaba en la casa. Mi madre era una persona muy especial y me llevé muy bien con ella toda la vida. Era muy calmada, muy suave, pero tenía fuerza dentro de ella.
 
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¿Qué es lo que añora?
 
Yo creo que me falta un lugar a donde pertenecer y donde ser. Y toda mi trayectoria vital y artística está condicionada por esa busqueda. 
 
 
¿Qué dicurso cree que ha tenido su obra a lo largo de su vida?
 
 
Mi inspiración nunca ha sido divina, mi inspiración es la vida misma; es decir: estoy hablando de una espiral que es identitaria, porque es la de mi tierra y me hace sentirme canario. Un día me pregunte  por qué y al final me doy cuenta de que mi capacidad de fábula es la de cualquiera, pero lo que yo  realmente he hecho es mirar y mirar de una forma exhaustiva. Así me puse a estudiar toda la trayectoria de la espiral, no solo en mi pueblo, sino de otros, y como, de pronto te das cuenta que no has descubierto todo lo que buscabas en ninguno de ellos. Lo más que se puede decir es que la espiral es un símbolo cultural y, aunque nadie sabe por qué esta presente en todo el universo.
 
 
 
De Canarias se instaló en Madrid donde residió varios años y después se fue a Nueva York...
 
De Madrid acabe yendome a  Nueva York, pero antes, hubo un contacto definitivo para ello: el poeta John Ashbery, que había venido a la España de Franco con Frank Ohára, los dos juntos. El traductor de ambos fui yo porque no había mucha gente que hablara ingles en esa época en España. Venían pocos días y tenían que montar una exposición en el MoMa y como yo les traducia, Juana Mordo siempre se enfadaba conmigo porque pensaba que no le había dicho lo que ella quería.
 
 
 
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Ha sido un lector ávido, ¿qué escritores le han marcado?
 
Muchísimos, pero Joyce fue una pasión mía, además lo leía en ingles. Incluso me fui a Irlanda, a Dublín, después de leer Dublineses, a ver si conseguía saber algo de aquello. No me enteré de nada. Yo me preguntaba donde están los dublineses de Dublineses. Pero los dublineses de Joyce en el sentido más exquisito no los conocí. Ya era tarde, no era el momento histórico. 
 
 
Comentó que fue el causante de su locura...
 
Hasta que conseguí entender un poquito de Finnegans Wake, una obra imposible que luego he conseguido traducir a mi visión de hombre latino. Por eso es muy bonito cuando en el Ulisses, Joyce se coloca en esa posición tan extraña como si hubiera sido Dios. Era muy difícil lo que se planteaba para lograr un pensamiento que fuera total, y eso no lo consiguió ni lo consigue nadie. 
 
Pero se intenta...
 
Fíjate que a lo mejor nuestra infelicidad esta ahí.
 
Y a parte de Joyce, que escritores le han marcado.
 
Ortega y Gasset, me enseño a encontrar un modo de expresión. Para mi fue extraordinario yo creo que no hay nadie que haya manejado mejor el castellano, de manera tan coherente y tan perfecta como Ortega y Gasset. He tenido pasión por el, incluso El espectador lo he llevado conmigo como si fuera un tebeo. Luego hay poetas, como  Antonio Machado que sigo constantemente su pensamiento y sus metáforas.
 
 
 
 Lady Harimaguada-Chirino-Las Palmas de Gran Canaria 
 
 
 
¿Y escribe?
 
A mi nunca me ha gustado ser escritor porque me da miedo, porque la palabra escrita tiene sus problemas porque expresas el pensamiento. El rigor no me lo permite. Escribo para mi, cosas sobre mi, lo que yo se, lo que yo siento, lo que pienso. Es como si me hubiera escrito yo mismo.
 
 
¿Y esa frase suya de que no hace escultura sino que escribe escultura?
 
Quiere decir que a la vez que las hago tengo que desarrollar un discurso coherente para que se entienda, es como si las escribiera. Voy escribiendo en papeles sobre las circunstancias, una frase bonita, lo que me parece, voy interelacionándolo todo a ver que lo que pasa, es una manera de entenderlo.
 
 
 
 Martín-Chirino.-La-morateña-1997 
 
 
 
 
¿Se tambalearon sus valores como consecuencia de haber vivido una época tan convulsa como la que vivió?
 
Con los valores no se nace sino que los vas adquiriendo o los mejoras con el tiempo, te enriquece. Evidentemente, yo como todos he tenido grandes problemas por haber creido a pies júntillas algo que no estaba demostrado. Lo que diga la Iglesia es transitable por decirlo de alguna manera, conversable, y todo lo que es conversable está sometido a la posibilidad de ese cambio pero uno tiene que estar consciente y entonces dar el paso adelante y colocarse en la otra situación. Los valores más elementales son los que me enseñó mi madre, me enseñó a ser religioso y no quiero fallarle por eso prefiero creer que no creer, es una elección, lo que hago por el respeto que le debo a mi madre. Porque yo si que quiero venerar cosas, quiero respetar...
 
¿Pero lo siente? O a base de querer ha conseguido mantener...
 
No, porque yo creo que el pensamiento no solo está sometido a la pasión sino también al cerebro, quiere decir, yo he dicho la palabra venerar, venerar es algo que tú te impones, pero no, tengo una posibilidad de exigencia conmigo mismo como cualquiera.
 
No estamos hablando entonces de fe sino de una imposición racional y un querer...
 
Utilizar mi cerebro para seguir manteniendo la fe en unos valores, por amor a mi madre.
 
Para mantenerlo hay que ejercitarlo ¿lo ejercita conscientemente?
 
Claro, yo siento un gran respeto por los demás y mi madre es la persona que más respeto en el mundo porque me enseñó cosas que me produjeron gran felicidad cuando era pequeño y cuando fui mayor siguió siendo mi amiga, una persona que me quería y ella me decía: tienes que respetar mucho a los demás para que te respeten.
 
 
A parte de su madre ¿quiénes son las personas que más le han impresionado en su vida? 
 
Una es más frívola y la otra puede ser como más ficticia porque pertenece al mundo del arte.  Una es Donatelo que es un personaje que me impresiona, siempre me ha dejado loco y su obra me deja aterrado cuando lo veo. La otra es Greta Garbo, un símbolo para mi, una imagen fría, intocable, me gustaba tanto... 
 
¿A  qué cosas ha permanecido fiel después de una alta edad? 
 
Creo que lo único que a mi me ha importado toda mi vida es ser un liberal de verdad, ser consecuentemente liberal y entender que incluso aquello que me destruye, si es bueno, es mejor. 
 
 
 
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      - Entrevista a Martin Chirino -                                        - Página principal: Alejandra de Argos -

 

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 "Ensalada de muerte con salsa rosa"

Al contrario que a la mayor parte de personas no me cuesta reconocer que disfruto hablando de mí. Sin embargo, querido adicto al arte, no pienso aburrirle con un currículo de INEM redundando en si gane tal premio o tal otro o expuse en no sé dónde. Estoy atufado por el pestazo de la cosa contemporánea que empuja a los artistas a encajar en una maquinaria de multinacional donde triunfa lo políticamente correcto (incluida su incorrección) y los méritos burocráticos.

A mí me va más la jarana, el estilo clásico de artista de arrabal, ocurrente y degenerado, engendrado en una pescadería y cuya escuela es la calle, todo en plan teórico por supuesto.

 

 Escena encantadora en la provenza 

Escena encantadora en la provenza"

Para formarme he consultado oráculos en gabardina, médiums que compartían despachitos con abogados de oficio, reventas y maletas, divorciadas necesitadas, contables del hampa, menudeadores profesionales, palmeros y capillitas, marqueses con lamparones, reponedores de Carrefour, algún que otro agente de las fuerzas del orden y en definitiva cualquier persona que tenga algo mínimamente interesante que contar. 

Discrepo diametralmente con aquellos que piensan que el arte reside en cursis discusiones formales, intelectas, redichas e inmarcesibles. Me va el bacalao y esa bonita ruta hasta Valencia repleta de quinquis y desdicha.

 

 death by joking copy 

"Amantes del rovellons ante su hallazgo de vestigios aztecas"

 

Sé que estos desvaríos son peligrosos, mi frenólogo de cabecera insiste en  que no debería apuntar tan alto, asegura que mi cabeza tiene la morfología de un cochero, y que eso de ser artista es demasiado para alguien como yo. Mi madre coincide en el diagnóstico. Es más cuando por la noche Mindi y yo acostamos a los niños, el “come come” de la conciencia se me hace insoportable, y entre pucheros me conjuro ante Dios y mi núcleo familiar para jurar en vano que a primera hora seré otro hombre, mejor, mucho más solvente y con unas terribles ganas de morir de sopor en un puesto de trabajo normal.

Es una lástima que eso me dure solo hasta la lectura de la contra del As y el escueto biopic de la maciza del día. La socarronería propia del senado del pueblo, el bar, me embriaga, los efluvios del torrente de la vida me arrastran y cuando me quiero dar cuenta estoy apostando con mi primo el polaco en un semáforo el color del próximo coche que se parará. 

 

 El insiodioso copia 

"Extraño suceso en Mataró"

Si la mala conciencia se vuelve a apoderar de mí, me repeino con saliva y me arrastro a pedir dinero a mis familiares y amigos para producir una obra definitiva que prometo nos convertirá a todos en millonarios y propietarios de una promoción de adosados en “Marina D’Or”. 

A veces, ciertos agentes del arte sienten la tentación de alentarme, bien comprando, bien exponiendo  mi trabajo. Es lamentable que la fatalidad del sino sea tan contagiosa. Me siento como el caballo de Atila. Los incautos que me ayudan  se arruinan, se divorcian o tienen juicios y los ganan. 

 

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 "Funcionarios de la Generalitat representando el saqueo de Bizancio el día de la Diada"

 

En mis días iluminados peregrino de rodillas hasta el portal de casa, me levanto para alcanzar el botón del ascensor y cuando Mindi, atenta al timbre, abre la puerta, le hablo de esta manera:

-Oh Mindi querida, exuberante esposa, calla, déjame hablar, soy un maldito, parecido a los que Henry Miller describía en su “Trópico de Capricornio” ¿o ese era Bukowsky? Es igual. Maldito fue Cervantes que decían que era manco aunque no lo era, o Góngora y la nariz que arrastraba, Goya sordo, Picasso calvo ¿Amor mío, acaso no te reconforta la idea de que cuando nuestros hijos ingieren el indigesto cartón están forjando la leyenda de unos derechos de autor cuya rentabilidad no tendrá parangón?  ¿No será nuestro sacrifico, sí Mindi, tuyo y mío, de los dos, la inmolación necesaria de dos mártires a cambio de la eternidad y el patrocinio de nuestras filiales? Abrázame vida mía.

 

 infancia de un contable 

"Infancia de un contable"

 

Entre sollozos lastimeros nos limpiamos las lágrimas el uno al otro y las enjugamos en la bañera para ahorrar agua.

En fin, poco más hay que contar, la historia de siempre, chico conoce chica, chica le descubre  en la cama con un doverman, etcétera… 

Espero que este relato fidedigno haya enardecido el corazón del inversor más recalcitrante y encuentre en mi infortunio su negocio. 

 

 jurado 

"Jurado de miss Tarragona en bikini"

 

Sólo me queda decir que la galería “Contrast” de Barcelona ha tenido a bien organizarme una exposición para el próximo otoño donde desplegaré todo mi arsenal narrativo y ojo clínico. Tras un ritual de posesión, remontaré el río Ebro en el cuerpo de un ortodontista de Badalona apellidado Barrufet, todo documentado en una serie de pinturas al óleo cuya precisión, sin duda, les recordará a los grandes maestros.

 

 navarro de Reus 

"Un Navarro de Reus"

 

rogativa por el seny

 "Rogativa por el seny"

 

Amantes dels rovellons ante vestigios aztecas

"Amantes del rovellons ante su hallazgo de vestigios aztecas"

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"Monserrat"

 

gerente de vandellos

"Gerente de la central de Vandellós"

 

Datos de contacto: http://www.inigonavarro.es

 

- Autorretratos: Iñigo Navarro -                      - Página principal: Alejandra de Argos -

 

 

La Tate Modern de Londres acoge este verano algunas de las más ambiciosas exposiciones que podemos encontrar en los principales centros de arte europeos.

Actualmente, se muestra una retrospectiva de una singular artista: Sonia Delaunay: The EY exhibition, que tendremos ocasión de visitar hasta el 9 de agosto.

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Recientemente inaugurada también, Fighting History, el reflejo de la historia de Inglaterra a través de sus mejores pinturas.

A finales de junio, nos sorprenderán con una nueva muestra: Barbara Hepworth: Sculpture from a Modern World, una repaso sin precedentes con el que contemplar las mejores esculturas abstractas de la artista.

Sonia Delaunay

La exposición dedicada a Sonia Delaunay se puede visitar en la Tate Modern hasta el mes de agosto. Se trata de una retrospectiva, pero no al uso, no vamos a encontrar una sala con una colección pictórica, porque Sonia Delaunay fue mucho más que una pintora,  tendremos ocasión de pasear por la intimidad de la artista, moviéndonos entre obras, textiles, apuntes ,pudiendo incluso escuchar su voz. En definitiva, una experiencia que sin duda cautivará al espectador que visite la muestra.

Pero, ¿Quién fue Sonia Delaunay?

 

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Sonia, nació en Kiev en 1885, con el nombre de Sara y fue criada por su tío, Henry Terk en San Petersburgo. Henry Terk era un poderoso abogado y coleccionista de arte, por lo que Sonia creció en un ambiente cultural exquisito, conociendo museos y viajando.

Cuando tuvo edad, y después de una breve estancia  en Alemania,  se instala en París, donde estudiará pintura en La Palette, una de las mejores academias de la capital francesa.

Por aquel entonces, París, gozaba de ser una de las capitales más modernas de la época y por sus bulliciosas calles comenzaban a escucharse los ecos de las vanguardias.

Corría el año 1905, y Sonia comienza a perfilar lo que serían sus primera obras, con fuertes influencias de maestros como Gauguin y Van Gogh, sintiéndose atraída también por el arte fauvista. Mientras, no deja de experimentar, en una búsqueda de su propio estilo.

Su biografía es apasionante e intensa. Fue una mujer adelantada a su tiempo que supo aprovechar cada momento y adaptarsea cada situación. No podemos pasar por alto que se convirtió en la primera mujer a la que se le dedicó una restrospectiva en el Museo del Louvre estando viva.

 

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En 1908 conoce a Wilhelm Uhde, marchante de arte, con el que vive un matrimonio de conveniencia, él era homosexual y ella sería su tapadera, a ella le serviría para poder introducirse en el mundo del arte parisino. Quid pro quo. Gracias a él, dueño de varias galerías, entra en contacto con artistas de la talla de Braque o Picasso.

Poco después, en 1910 conocería a Robert Delaunay, en una de las galerías que gestionaba su actual marido, al verlo, supo que ya no se separaría de él.

Tras divorciarse de Wilhelm Uhde, se casan, adoptando Sonia su apellido, pasando a llamarse como hoy se la conoce: Sonia Delaunay.

 

matrimonio

Del matrimonio nacerían un sinfín de ideas y proyectos artísticos que llevarían a cabo a lo largo de su intensa vida juntos, que sólo terminó cuando éste muere en 1941 debido al cáncer que padecía.

En 1911 nace su primer hijo, y Sonia, que empezaba a experimentar con el trabajo de las telas, le teje una manta con formas geométricas (que hoy se encuentra en el Museo Nacional de Arte Moderno de París). Sería el comienzo fortuito de su aventura textil.

La artista trabajaba mano a mano con su marido, aunque prefería mantenerse en un plano más discreto. Ambos coquetearon con el cubismo y la abstracción, pero son abanderados de una nueva tendencia bautizada como "orfismo". El Orfismo, fue una expresión artística que buscaba superar al cubismo, utilizando unicamente la luz y el color y prescindiendo de elementos figurativos. Tiene una lectura expresionista, contrastando colores no para que se fundan, si no para realzar su independencia. Debe su nombre al mito de Orfeo, y fue bautizada así ,por Apollinaire en la Galería Der Sturm de Berlín, en una exposición en la que varios pintores mostraban una obra en esencia cubista, pero con matices más que diferentes del primitivo movimiento. El orfismo tuvo importantes influencias en otras corrientes estéticas, pero sobre todo en el grupo de El jinete azul (Der Blaue Reiter) como podremos observar en cuadros de Klee o Kandinsky.

 

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En 1913, Sonia, influenciada por su marido, comienza a trabajar en esas obras no figurativas y a experimentar con la superposición de colores. Las formas son las que dan movimiento a la composición, que cambia con la luz; como el propio Robert dice "nada vertical, nada horizontal, la luz lo deforma todo, lo desintegra todo".

 

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En 1914 mientras la familia Delaunay pasa sus vacaciones en nuestro país, estalla la guerra en Europa y deciden quedarse en España para no verse afectados por el conflicto.

Vivirían en Madrid y en la frontera galaico-portuguesa.

En Portugal, Sonia pintaría algunos de los lienzos que hoy se exponen en Londres, llenos de luz, que recuerdan más a una vuelta al impresionismo que empapaba sus primeras etapas.

También se interesa por el baile flamenco realizando en 1917 una serie de bailarinas.
Debido a la revolución Rusa, la artista no podía recibir dinero de su familia en San Petersburgo, lo que afectaría a la economía familiar.

 

sonia en su taller

En 1918 vuelven a instalarse en Madrid, y para tener ingresos añadidos a las pocas obras que vendían, Sonia, comenzó a dedicarse a las artes decorativas, y su interés por la moda le lleva a abrir una tienda en la capital: Casa Sonia, en ella,  vende trajes de su propia confección, inspirados en sus ideas orfistas, así como objetos antiguos que redecora a su gusto; la idea va teniendo éxito gracias a la ayuda de aristócratas que compraban en la tienda y hablaban maravillas de ella, haciéndose muy popular entre los barrios más burgueses, a pesar de que sus prendas se excedían en modernidad, para una España que vivía anclada en el pasado.

 

SoniaDelaunay bañadores

 

Su éxito llega a tal punto que confecciona los trajes para varios espectáculos, en los mejores teatros, como por ejemplo el del ballet ruso para la obra Cleopatra, o para la ópera Aida de Verdi en el Liceo.

 

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En 1920, una vez las cosas en el país galo parecían volver a su cauce, la pareja abandona la península y regresa a París, donde Sonia, animada por el éxito en España, inaugura otra tienda : Boutique Simultane. Convirtiéndose de nuevo en un éxito de ventas y popularidad.

Se dejará seducir por el dadaismo y el surrealismo, colaborando con grupos de artistas para la realización de proyectos de teatro y cine.

 

sonia taller vestido

En sus diseños de moda, muy en boga en el París de la época, llega a contar con las manos de Cocó Chanel para ayudarla. Pinta telas a mano dándoles un aspecto único.

Algunas de sus clientas fueron grandes actrices de la época como Greta Garbo.

Uno de los videos que se exhiben en la exposición, es precisamente un desfile de los años 20 con sus diseños.

 

boutique de Sonia Delaunay

A partir de la década de los 30, dedicada por completo a la pintura (dado que la crisis le obliga a cerrar la boutique) vuelve a colaborar de cerca con grupos que apostaban por la abstracción, siendo miembro fundador de Realités Nouvelles (1939).

En el año 1941 cuando Robert, su marido, fallece debido al cáncer, ella, como profundo homenaje, decide poner todo su empeño para que la obra de Robert se conozca.

En 1964, dona obras al Louvre, y el Museo le dedica una retrospectiva, convirtiéndose en la primera mujer de la historia en conseguirlo.

 

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Nunca dejó de pintar, hasta la fecha de su muerte en 1979.

En París, ciudad que consideraba su hogar, fue enterrada junto a su marido, Robert.

A raíz de su muerte el mundo del arte comenzó a cuestionarse si el talento de esta mujer estuvo siempre oculto detrás de su marido y si había recibido la importancia que realmente se merecía. Ella misma en una entrevista llegaría a decir que vivió más para su esposo que para ella misma, de lo cual no se arrepentía en absoluto. 

El Tate Modern nos asoma, con esta muestra, por una ventana, a contemplar, a través de sus obras, la vida de una mujer luchadora, cosmopolita, vanguardista y valiente, artista en todos los sentidos que se adaptaba a los tiempos, y que supo poner su esencia en cada objeto que tocaba, convirtiéndolo en una obra de arte. 

 

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The EY Exhibition: Sonia Delaunay se puede visitar en la Tate Modern de Londres hasta el 9 de agosto.

 

 - Sonia Delaunay: The EY Exhibition -                           - Página principal: Alejandra de Argos -

 Autor: Elena Cué

 

Olafur Eliasson The Weather Project   

Olafur Eliasson (Copenhague, 1967), que este año ha estado a punto de ganar el Premio Princesa de Asturias de las artes en reñida competición con el ganador, el cineasta Francis Ford Coppola, es uno de los artistas multidisciplinares y experimentales más destacado del momento actual. Ha expuesto en los mejores museos de arte contemporáneo del mundo como, entre otros, la Tate Modern de Londres (2003) el Museo Nacional Centro de Arte reina Sofía de Madrid (2003) o el Museo de Arte Moderno (MoMa) de Nueva York (2008).

Olafur Eliasson, artista visual conocido por sus instalaciones experimentales, escultura, fotografía o cine, es un creador que se inspira en ciertos motivos e ideas de la reciente filosofía alemana, ideas que trata de poner en práctica en su obra. Siguiendo esta inspiración, su propósito no se limita entonces a la creación de obras de arte y a la experimentación según los modos habituales ya consolidados. Quiere mucho más. Aspira a educar al espectador para que se abra a nuevas formas de percepción y de comprensión del mundo a través de su participación e inclusión en la obra de arte. Estimula sus percepciones y sensaciones para que vea la realidad desde otros prismas y tenga una experiencia y un conocimiento nuevos de su propia subjetividad.

La obra de arte tan sólo está completa cuando se produce la interacción entre ella y el espectador, cuando éste aporta su experiencia y su interpretación, convirtiéndose así también él en creador de la obra. Esta estética de la recepción está, pues, muy lejos ya del concepto de obra de arte como "obra en sí", es decir, en la que únicamente habría lugar para un solo concepto y una única interpretación apropiada, la del significado dado por el autor. El trabajo de Eliasson se nutre, en cambio, de la pluralidad de significados aportados por el espectador.

Lo que Eliasson nos propone es una transformación de nuestra manera de observar la realidad, una toma de conciencia de nuestros prejuicios y condicionamientos, para abrirnos a otro modo de relacionarnos con ella. Si no desmontamos nuestro mundo tal cual lo percibimos y entendemos mediante nuestra interacción con él, producto de nuestra configuración espacio-temporal, de la proyección sobre ella de nuestros conceptos, emociones y sensaciones, nunca podremos abrirnos a experimentar otros mundos.


 

 Olafur Eliasson elvira gonzalez 

 

Un ejemplo de ello sería su espléndida instalación The Weather Proyect (2013): un inmenso atardecer es reproducido en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, y que está diseñado para que el visitante tenga una experiencia, no sólo de la importancia del tiempo atmosférico en nuestra supervivencia desde tiempos inmemoriales y en la configuración de nuestras estructuras sociales, sino también de la relación del tiempo existencial con nuestras limitaciones como sujetos finitos.

En ella artista y obra se fusionan en el momento en que el observador interactúa con la obra entrando en ella, y creando así un "ahora" común entre artista y espectador. Experimentar el "ahora" es entonces, para el visitante, el resultado de rememorar el pasado (la concepción del artista, sus propias experiencias pasadas) y de anticipar el futuro (los significados y proyecciones que le sugieren), convirtiendo de este modo el "ahora" en la encrucijada de ambas dimensiones temporales. 

En 1995, este artista creó el Estudio Olafur Eliasson, en Berlin, en el que alrededor de 90 personas entre arquitectos, ingenieros, diseñadores gráficos e historiadores del arte experimentan, investigan y producen trabajos desarrollados con elementos como la luz, el agua, el color, el espacio... Pero, sin duda, la figura fundamental de este grupo creativo durante los últimos años ha sido el recientemente fallecido ingeniero y matemático Einar Thorsteinn. Olafur pretende sintetizar arte y ciencia como hicieron los grandes artistas del Renacimiento.

Lo característico de este artista, pues, es que entiende el mundo desde la perspectiva kantiana de la configuración de la realidad por parte del sujeto que proyecta sus esquemas subjetivos para dar un sentido cultural al mundo. Por ello, con su arte, trata de fomentar otro tipo de miradas sobre el mundo con percepciones y sensaciones nuevas.

A veces, a través de sus juegos visuales, puede producir una experiencia de puras sensaciones, es decir, no reflexiva, consiguiendo que el espectador salga de sí mismo y se vea en medio de la obra, o puede provocar la participación activa del sujeto en ella. Entonces se ve la importancia del papel del espectador que interactúa con la obra aportando sus multiples interpretaciones.

  

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La instalación de cuatro cascadas en el East River de Manhatan (Nueva York Waterfalls) o teñir de color verde con pigmentos ecológicos efímeros las aguas de Estocolmo, Tokio, Los Angeles o Noruega, entre otos (Green river), pone de manifiesto su voluntad de ejercitar nuestros sentidos hacia otras posibilidades de percibir y experimentar esa otra realidad configurada por los efectos de nuestra intervención cultural sobre ella.

 

 

 

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En definitiva, el proposito de este artista es ir más allá del papel tradicional que cumple el arte en nuestra cultura, cuando nos relacionamos con él según el esquema sujeto-objeto. Su propósito es introducir en una experiencia de creación de cultura a través del arte, que no es sólo obra de un creador, un artista en este caso, sino también de los destinatarios de esas obras que no están completas si ellos no proyectan sobre las obras significados que las completan con sus interpretaciones. En este sentido, el espectador forma parte de la obra, está dentro de ella, como esas embarcaciones en las verdes aguas del río o los visitantes que entran en el artístico atardecer de The Weather Proyect.

 

- Olafur Eliasson. El artista como científico -                         - Página principal: Alejandra de Argos -

 

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Bajó del coche juntando las rodillas y mostrando los elegantes zapatos de tacón, el buen corte de la falda y la blusa de seda estampada cuyo escote dejaba ver la suave piel de la base del cuello. La imagen de Isabelle se fundió con las que seguían guardadas en mi memoria y saltaban entonces atropelladamente interponiéndose una y otra vez, impidiéndome ver lo real y tirando de mí hacia el mundo de mis recuerdos vividos, idealizados o simplemente inventados. Estaba atardeciendo y llegaba a Sils Maria, en la Alta Engadina suiza, para participar en un Congreso sobre la filosofía de Nietzsche que reunía allí a un grupo internacional de especialistas del más alto nivel. 

Sus cabellos flotando ingrávidos e irreales, y sus ojos grandes e intensamente azules subrayaban su aspecto de mujer moderna y libre, que vuela a su aire y disfruta de la vida. Al mismo tiempo, sin embargo, gozaba de una elevada reputación filosófica e intelectual que suscitaba la admiración de alumnos y profesores. El dominio de los difíciles temas sobre los que había publicado varios libros no era posible alcanzarlo sin una rigurosa ascesis, y su carrera académica ponía de manifiesto su coraje, sus sacrificios y renuncias para llegar a lo más alto. Aún así, y en contraste con ello, no era menos conocida por su soltura para la diversión, por su talante de mujer de mundo, y por su aptitud para desenvolverse con naturalidad entre las sombras de la noche donde, junto al lujo y el glamour, chisporrotean también a menudo lo banal, lo frívolo e incluso lo turbio.

No era la primera vez que visitaba este inigualable paraje de los Alpes suizos, pero volvió a impactarle el extraordinario paisaje del valle y de las sublimes montañas que lo flanquean, cuyas cimas me fue nombrando una por una. Por el lado norte, los picos Lagrev y Gravasalna, y el Rosatsch, el Corvatsh y el Chapütschin por el sur. Y luego los lagos: el Campfer, el Silvaplana y el Sils, con sus aguas moviéndose entre el azul zafiro y el turquesa. El juego de los colores oscilaba entre el verde claro de las praderas en la base, más oscuro en las grandes masas boscosas de las pendientes, el gris de las cimas y el blanco de las cumbres. Todo ello cambiando con una fluidez mágica, pues se podía pasar en menos de una hora de la alegría del brillo soleado a la severidad de la bruma grisácea y la niebla. Colmado por aquel silencio se tenía allí la impresión de estar asistiendo al nacimiento del mundo, pues ni la hierba ni la tierra ni el agua parecían haber envejecido.

 

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Isabelle recordó que durante los veranos que Nietzsche pasó allí, entre 1881 y 1888, se alojaba en una posada rústica que formaba parte de un pequeño grupo de casas con tejados en doble pendiente pronunciada y con los balcones llenos de flores. Después la original aldea se ha transformado en un lugar de lujo para veraneantes de nivel económico alto. "Nietzsche - me decía- se retiraba aquí para pensar y escribir. Trabajaba por la mañana, paseaba todo el centro del día, y volvía por la tarde con sus cuadernos llenos de notas y dispuesto a retomar el trabajo tras la comida vespertina y hasta bien avanzada la noche. Según consta en sus diarios, de entre los muchos paseos posibles (por los bosques, la orilla de los lagos, las montañas, etc.), él prefería uno que sube en dirección al mirador desde donde se contempla el Surlej solitario y como acostado sobre las praderas; o también subir hasta la garganta del Fex desde donde, a la derecha de Platta, se abarca todo el anfiteatro de los picos. ¿Qué tal si aprovechamos el sábado para recorrer estos caminos?".

La primera conferencia del congreso fue pronunciada por un veterano profesor italiano que comentó el contenido de una carta de Nietzsche a su amigo Peter Gast, de agosto de 1881, en la que le escribía: “Aquí en Sils Maria me vienen los pensamientos más inesperados. ¡Amigo mío! Tengo el presentimiento a veces de ser una máquina de las que hacen explosión. La profundidad de mis emociones me hace estremecerme y reír. Me sucede algunas veces que no puedo salir de la habitación por la ridícula razón de que tengo los ojos muy enrojecidos. Y ¿por qué? Porque el día anterior, mientras paseaba, había llorado demasiado, pero con lágrimas no de tristeza, sino de alegría. Cantaba, decía locuras, me sentía lleno de una vida nueva que considero en adelante mi privilegio frente a los demás hombres”. Era obvio -añadía el conferenciante- que Nietzsche necesitaba soledad. Aquí solía llegar lleno de proyectos de trabajo, para encontrarse con los baúles repletos de libros enviados por su fiel amigo Overbeck desde Basilea. Aquí leyó a Spinoza y se sorprendió de su proximidad a él; se adentró en la mecánica, la economía política, la cosmología, la biología y la psicología. Una gran transformación se gestaba en él, y para que diera sus frutos necesitaba vitalmente la soledad. Le gustaba decir que venía aquí para estar “desaparecido para siempre” (der auf ewig Abhandengekommene). Pero la razón más importante era, de hecho, que en Sils María podía dar largos paseos buscando inspiración, puesto que a él –y así lo dice en más de una ocasión explícitamente- sus mejores ideas le venían escalando la alta montaña.

 

 sils maria 1889 

 

Luego otro ponente se refirió a la inspiración que Nietzsche confesó haber tenido en Sils Maria de su pensamiento más decisivo, el más enigmático y difícil. Paseando cerca del enorme bloque monolítico del Surlej, una visión le sobrevino, le hizo estremecerse y anotó en su diario: “Escrito a seis mil pies por encima de los hombres y del tiempo presente”. ¿Qué había visto en este éxtasis y qué es lo que esta nota balbucea dejándolo oculto?, -se preguntaba el ponente. A partir de lo que él contó después, en Ecce homo, en esta visión que exaltó divinamente su alma, creyó captar la ley de los mundos, el eterno retorno de lo mismo, en una especie de reminiscencia heraclítea o pitagórica. Un pensamiento muy antiguo, resucitado de repente de sus más viejos y olvidados sepulcros, y entrevisto en una especie de trance más allá de nuestros horizontes cotidianos y de los límites de nuestros sentidos. Algunos se han apresurado a señalar: “Prueba evidente del comienzo de su locura”. Sin embargo -terminaba diciendo el profesor-, Nietzsche convirtió esta intuición en un pensamiento liberador con el poder de convertirnos en individuos sobrehumanos".

Cuando a Isabelle le llegó su turno, había ya mucha expectación por escuchar su intervención. Empezó de un modo un tanto abrupto, y luego prosiguió levantando acompasadamente la cabeza mientras hablaba y sonriendo con una mueca indiferente al final de pequeñas pausas de silencio: "El totalitarismo -comenzó diciendo- es la figura más lograda de la solemne seriedad de la fe en el ser... Podríamos decir que es la exacerbación de la tendencia profundamente humana de recubrir la carencia de ser con una sobredosis de ser. Pero eso no se da sólo en los totalitarismos. La plenitud del ser es afirmada y reafirmada en todos los discursos oficiales de la política, del arte, de la cultura, de la religión, etc. también en nuestras sociedades democráticas. Se necesita un mundo idealizado, idealista, tal vez divinizado y adornado por una dicha originaria. Y por ello, los que se han obstinado en insistir con ironía en los aspectos discordantes del sistema han sido airadamente expulsados del círculo que se cierra con el mismo vivo entusiasmo con el que se trata de exorcizar la risa del diablo. Nietzsche, el amante de estos senderos, el inspirado por estas alturas, sufrió esta exclusión, y todavía sigue siendo excluido".

Siguió desarrollando su discurso refiriéndose a una lucha irreductible entre las cosas y su sentido, entre el ser humano y él mismo, como la mejor definición de la realidad. "Por eso -concluyó- esta lucha se desata y va siempre acompañada por el deseo de la armonía perdida e irrecuperable, que es el deseo que domina en esa construcción de mundos en los que lo inesencial toma el aspecto de lo esencial, y donde una falsa armonía recubre la realidad llena de ruido, de suciedad y de crueldad. Pues sólo transfigurada en la belleza de una ilusión artística, envuelta en la ensoñación del mito y de la mesura apolínea, el carácter terrible y absurdo de la existencia puede contemplarse y seducir a ser vivida".

La sala de conferencias, más llena de público que en las sesiones anteriores, mostró su satisfacción al final de la conferencia con un sonoro aplauso, y los otros ponentes hicieron comentarios elogiosos y formularon diversas cuestiones que Isabelle contestó con brillantez y elegancia. 

- "Sácame de aquí", me susurró acercándoseme cuando empezaba ya la siguiente conferencia. "Necesito una copa. Es cuestión de vida o muerte".

Fuimos a un pub y se pidió un gin tonic de Citadelle larguito de ginebra. La felicité por su éxito, aunque notaba que ella no disfrutaba especialmente de él. Indiferente, con un pretexto cualquiera cambió de tema y empezó a ponderar las virtudes del botrytis cinerea, un hongo de sabor amargo que se utiliza para endulzar los vinos de Santernes. Luego añadió que lo que le apetecería cenar eran exactamente crepinetas aromatizadas con trufa piamontesa y carpacho de buey regado con un buen borgoña o mosela. Y terminar la velada saboreando un buen Krug Millésimé en una copa bien fría mientras mirábamos las estrellas reflejándose en la superficie del lago."¡Ah! querido, para vivir la vida a lo grande, para apostar por una vida grande no hay nada como encontrarse en París". 

El camarero volvió y le sirvió una nueva ronda, esta vez vertiendo Bombay Sapphire azul en un vaso ancho lleno de hielo frappé, mientras yo la miraba intrigado por su misterio, oráculo de lo oculto que me empeñaba en descifrar para intuir qué era lo que se escondía tras su rostro, debajo de sus palabras.

- "¿Enamorada de Nietzsche, quizás?", le dije.

- "Resulta difícil estar enamorado y hacer algo de provecho", respondió ella. Volvió los ojos hacia un lugar indeterminado, hizo un silencio y después de una pausa añadió: 

- "Destacar por el trabajo es difícil. Lo mejor para llamar la atención es hacer o decir cosas extravagantes". 

Nos separaba el vaso con hielo que se iba derritiendo pegado a la raja de limón. Con el gesto sereno y dulce y la mirada hacia dentro continuó: "Los mejores amantes, si están realmente enamorados, tienen prisa por acabar con ese tormento y hacen lo posible por librarse de él. Para que la relación dure no se debe nunca jurar amor. ¿Qué amor no acaba por contarse a sí mismo la pequeña historia totalitaria de su armonía, reconstruyéndose un pasado a medida de sus aspiraciones, del que quedan excluidas las dudas, los vacíos, las desilusiones y las infidelidades? Pienso, por ello, que en el amor -y no en el conocimiento- es donde los seres humanos firman su pacto más solemne con el ser. Un pacto al que le debe ser consustancial la parodia, porque no hay amores en los que no falte la adecuación con el ser, en los que no prime el malentendido (la ilusión de una plena coincidencia con el otro allí donde lo que existe es la incomunicación, la tensión y la discordancia), en los que la única vinculación existente no sea la de los celos o la de la compasión, y en los que la idea misma de amor no se vea continuamente traicionada por sus figuras. Lo que me gusta de la crítica de Nietzsche es que sigua siendo tan hiriente e insoportable para muchos porque desenmascara a los mistificadores que manipulan y adornan esta "realidad" con ficciones y máscaras absolutas y totalitarias. A estos impostores no les importa la verdad de que cualquier fe auténtica va siempre acompañada de la duda, y de que las cosas importantes de nuestra vida, como el amor, no están nunca a resguardo de la erosión de la caducidad, maltratadas por lo que nosotros mismos hacemos con ellas".

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El sábado, finalizado ya el congreso, hicimos la excursión al Surlej. Las aves levantaban el vuelo con el despertar del día, e iniciamos a buen paso la ascensión por la ladera. La luz poseía una cualidad a la vez delicada e imperiosa mientras el lago reflejaba en su quietud el azul del cielo, algunas nubes grises que lo cruzaban y la vegetación de sus orillas. La belleza del lugar añadía a la mañana una especie de falsa euforia que se imponía en mi imaginación al recuerdo de las palabras y conversaciones con Isabelle. "¡Cuánta hermosura!", exclamó ella posándose el dorso de la mano por encima de los ojos y cubriéndose por un instante del sol. De repente el cielo empezó a oscurecerse y el día viró hacia una especie de noche extraña, bañada por la lívida luz que parecía brotar de la superficie del lago. Una luz invertida que se proyectaba en los negros nubarrones. 

- "¿Qué resorte inexplicable -me dijo entonces- es el que, según tú, convierte lo blanco en negro, lo interesante en aburrido, lo irrisorio en esencial o lo fascinante en temible? Nos pasa desapercibido. El sentido ocupa, usurpándolo, el lugar de lo absurdo, la angustiosa constatación de la nada pronto es aliviada por el firme peso de lo que es. Esta es nuestra experiencia más común. Pero entonces, la duda y el escepticismo han de permanecer siempre como la cara oculta de nuestra fe y de nuestro asentimiento originario al sentido. La nada no es la ausencia de ser, sino sólo su doble interior, su contrario inseparable".

Al llegar arriba, el aire mezclaba los frescos efluvios de la lluvia con los aromas del bosque y la respiración de la hierba, húmeda emanación que se evaporaba velozmente bajo el aliento del sol. Desde aquella altura, los torsos de las montañas, como surgiendo de la nada, formaban delicadas escenografías fantásticas e imaginarias. Pequeñas manchas de vegetación flotaban sobre el espejo azul del lago empujadas suavemente por el viento, mientras el paso de las nubes, reflejado en la superficie, creaba la ilusión de un mundo que parece deslizarse en un viaje interminable, pero que, en realidad, se mantiene siempre igual, inmóvil.

 

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