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- Escrito por Clelia
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Thomas Schütte, nació en Oldenburg, Alemania en el año 1954. Su carrera artística abarca desde la pintura, escultura, arquitectura, instalaciones y el diseño. Estudió arte en Kunstakademie Düsseldorf desde 1973 hasta 1981. Fue alumno de Fritz Schwegler y de Gerhard Richter. Schütte comentó sobre este último que se matriculó en sus clases porque “se sintió atraído por la ambivalente relación de su mentor frente a la pintura y la abstracción”.
Heredó de Richter su crítica por la pintura vanguardista y de los seguidores del maestro, como Blinky Palermo y Daniel Buren, lo convencional.
En sus proyectos de los años 70 y 80 se refleja la crisis de identidad individual y colectiva que se vivió en Alemania. En 1970 realizó su primera exposicion individual, iniciando una carrera meteórica. En el año 1975 se introduce en el diseño, demostrando las posibilidades que esta disciplina aporta al arte y que desarrolló con sus frisos ornamentales y papeles pintados. Schütte decía al respecto: "no considero la decoración en un sentido negativo. Es uno de los terrenos más fabulosos en los que se puede trabajar”. Expresaba esta filosfía en obras como “Anillas” de 1990 y “Guirnaldas” en 1980. Su reconocida creación “Gran pared” (Groβe Mauer) realizada en 1977 fue compuesta por más de 1.000 ladrillos, donde se observan pinturas abstractas en cada uno de ellos con formas arquitectónicas.
Aunque es considerado escultor, sus comienzos artísticos son pictóricos. La arquitectura es otra de las pasiones del artista que se aprecian en una amplitud de tipologías constructivas, a través de maquetas de edificios, villas, miradores, tribunas para pájaros o espacios públicos.
Esta presentación precede a la de 1981, donde enseñaba una tumba que representaba su muerte prematura. Continuó con un gran monumento sobre Alain Colas, quien se extravió en el mar en 1989, también una cripta sobre el fantasmal Hitler en 1991. Sus modelos expresaban temas sociales, políticos o culturales a través de sus dibujos, grabados, fotografías y esculturas. Entre los años 80 y 90 desarrolló la figuración, dándose a conocer por tres imágenes de aluminio antropomorfas de gran tamaño, que en 1996 se presentaron como “Grandes Fantasmas”.
En el año 2012 se presenta la primera exposición dedicada al artista en Italia, en el Museo Castello di Rivoli. Su creatividad se pone de manifiesto en la serie "Frauen", con mujeres tendidas en una mesa en diferentes posturas, unas más definidas que otras. Esta serie constaba de 18 esculturas reproducidas en bronce, aluminio y acero, algunas de ellas en colores brillantes, expuestas junto a 100 acuarelas privadas. En la entrada de acceso al castillo, el espectador era recibido por dos monumentales esculturas llamadas “Enemigos Unidos”, de cuatro metros de alto. Las formas estan relacionadas con personas de edad avanzada, rostros angustiados y la cuerda que los une, casi dibuja las figuras.
Sus obras son irónicas y ambivalentes, como "Kirschensäule" que fue instalada en Kassel y Documenta 9 en 1992. Utilizó acuarelas, grabados y cerámicas para reflejar los elementos de la vida diaria, tanto políticos como culturales. Durante los noventa se interesó por la herencia de la cultura romana, creando las enormes cabezas llamadas “Asquerosos Dictadores”, además de las imágenes “Mujeres” esculpidas en acero y otros materiales. Con géneros tradicionales consiguió resultados extraordinarios y modernos.
Sus muestras más destacadas han sido en Whitechapel Art Gallery en Londres en 1998 y en Dia Art Foundation en Nueva York en 1998–1999. Destacan también Documenta 8, 9 y 10. Entre las más recientes, se pueden mencionar 55º Carnegie International en Pittsburgh durante 2008. Kunst Haus en Munich, 2009 y la exposición individual en el Museo de Arte Reina Sofía, en 2010 con el título de “Retrospección” que representó sus treinta años de trabajo en un diálogo con el pasado, fuente de su inspiración. Ha sido premiado en varias ocasiones, recibiendo el galardón del León de Oro en la Bienal de Venecia en 2005.
Thomas Schütte fue el artista de mayor influencia en la Serpentine Gallery en 2012, con figuras humanas y poéticas, que poseen un toque emocional. Reunió pinturas, esculturas y también su serie “Dibujo Espejo”, con el mismo espíritu. La obra central en esta exposición fue “El Padre Estado” de 2011, ejecutada en acero con una figura autoritaria pero a la vez débil, demostraba su interés por lo épico y por el estudio de la fragilidad.
Hasta el 26 de octubre de 2014 se puede visitar la muestra colectiva “Raumbilder”, que incluye sus piezas en el Museo de Arte Reina Sofía, junto a otros renombrados escultores alemanes, como Bogomir Ecker, Reinhard Mucha.
Thomas Schutte en la actualidad reside y desarrolla su actividad creativa en Düsseldorf. Sus espectaculares piezas, son diversas en su temática y también en los medios que utiliza. Preocupado por la sociedad de su tiempo, plasmó esta realidad sin dejar de lado sus curiosidades. Respecto a las técnicas comentó “Yo puedo trabajar con todo tipo de técnicas, herramientas y materiales. Pero no atiendo a fórmulas. De alguien como Claes Oldenburg se puede aprender mucho, por ejemplo. De un boceto sobre cartón se puede lograr algo monumental. Además de eso, yo no le tengo miedo al color, como le sucede a muchos escultores. Ni le temo al tamaño.”
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- Escrito por Alejandra de Argos
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Autor: Elena Cué
La Fundación Cartier para el arte contemporáneo celebra este año su 30 aniversario. Este centro de arte es un proyecto de mecenazgo pionero en Francia, gracias al entusiasmo y esfuerzo de su presidente y fundador, Alain Dominique Perrin.
La característica fundamental de la Fundación es haber conseguido abarcar todos los ámbitos creativos de nuestro tiempo, desde la fotografía, video arte, diseño, moda, pintura y escultura, música, arte popular, cine, cómic e incluso ciencias. Todo ello con una especial relación con todos los artistas que ya forman parte de esta gran familia. Se les ha apoyado, se les ha dado libertad para la realización de sus obras y exposiciones y su trabajo ha ido conformando poco a poco la colección de la Fundación. Ha comisionado más de 1200 piezas y organizado más de 150 exposiciones desde su creación.
Alain Dominique Perrin.
El protagonista de esta historia que comienza en 1984 en Jouy-en-Josas es Alain Dominique Perrin, CEO de Must Cartier desde 1976 hasta su fusión con Cartier Jewellers, cuando pasó a ser presidente de Cartier Internacional en 1981. En 1999 preside el grupo Richemont, el segundo grupo más grande de marcas de lujo, incluido Cartier. La Fundación se mudaría 10 años después al boulevard Raspail.
Todo surgió por la iniciativa de Alan Perrin de promover el arte contemporáneo, apoyar a los artistas y exhibir sus obras. En una época en que el mecenazgo empresarial no existía impulsó, con la ayuda del ministro de Cultura François Léotard que en 1987 se promulgara el nacimiento de la ley de mecenazgo en Francia. Así es como Cartier se convirtió en la primera empresa privada en Francia con este propósito.
Su especial amistad con el escultor francés César le llevó a crear la sede de la Fundación Cartier por el arte contemporáneo en el magnífico castillo de Montcel en Jouy-en-Josas, al oeste de París. Un lugar muy adecuado para grandes instalaciones y además se ponía a disposición de los artistas una residencia para que pudieran vivir y trabajar. El principal objetivo era promocionar a artistas reconocidos internacionalmente y contribuir a mostrar facetas desconocidas de ellos para el gran público y apoyar el trabajo de artistas jóvenes prometedores a través de exposiciones y encargos, que posteriormente muchas de sus obras, pasarían a formar parte de la colección de la Fundación. Diez años después se trasladó a la ciudad de París.
Aniversario de la Fundación Cartier para el arte contemporáneo.
El día 8 de Mayo, en el número 261 del boulevard Raspail, edificio de vidrio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel, se celebró el 30 Aniversario del compromiso adquirido por la casa francesa con el arte, con la exposición Vivid Memories. La mayoria de los artistas acudieron a la celebración en un ambiente muy afable donde se podía ver una representación de las obras de estos artistas. Su presidente dio un gran discurso con mucho sentido del humor en presencia del Primer Ministro francés, Manuel Valls y el Ministro de cultura Jack Lang.
Mi admiración por el botánico Patrick Blanc y sus jardines verticales es compartida con Jean Nouvel quien me habló de su especial relación y colaboración con él. Su edificio liviano, con las paredes de vidrio transparentes hacen de este edificio algo vivo donde la ilusión hace que lo de dentro se integre con lo de fuera y viveversa. Las plantas tropicales de los jardines de Blanc no hacen sino potenciar ese efecto.
El espacio se convirtió en una multiplicidad cultural con gran diversidad de registros, eclecticismo, marca de la Fundación. El avión Kelvin 40 del diseñador australiano Marc Newson captaba toda la atención con una presencia poderosa, perdiendo todo utilitarismo y desechando todas las reglas del diseño. Este avión de 8 metros, dotado de una alta tecnología industrial es el resultado de hasta que punto la Fundación apoya la realización de los proyectos de sus artistas. La instalación In Ei del diseñador de ropa japonés, Issey Miyake, sorprendió y gustó. Con material reciclado y sus característicos pliegues creó para la ocasión estas delicadas lámparas que daban un toque oriental.
Cabe destacar la obra del artista de origen chino, Cai Guo-Qiang (sexo+explosivos=arte en Paris) que tuvo gran presencia en la planta baja con sus famosas pinturas realizadas con explosivos. Su trabajo se inspira en la medicina china, la filosofía milenaria y la tradición religiosa. Cai fue uno de los artistas que estuvo residiendo en Jouy-en-Josas en 1993. Mundialmente conocido por sus performance explosivas y la utilización de este material tanto en lienzo como en papel, sorprendía con una serie de cuadros realizados en su estancia en Francia con una técnica muy alejada de la actual.
Las esculturas hiperrealistas de Ron Mueck han batido records de visitas en las dos muestras que se han presentado en la Fundación. Estos personajes hablan de nosotros, de nuestros sentimientos, reflejan el ciclo vital sin pudor, transmiten fragilidad, preocupación, miedo, tristeza, son como pequeñas historias que establecen una intensa conexión con el espectador que se imbuye en sus propios sentimientos. La pieza In Bed expuesta en el sótano es otra de la obras que conforman la colección. La obra y la vida crean vivencias de un presente continuo.
También se podían contemplar obras de las artistas brasileñas Beatriz Milhazes o Adriana Varejão, del conocido director de cine americano David Lynch, abierto a cualquier tipo de enfoque artístico creativo. La proyección del mundo fantasmagórico de Mathew Barney con su video Cremaster 4 desconcertó y desagradó pero no dejó indiferente a nadie. Kinshasa: Proyect for the third Millenium del artista Bodys Isek Kingelez es, entre otras, una de las piezas de la colección que se podrán ver en La Fundación Cartier para el arte contemporáneo a lo largo de este año de celebración.
La exposición Vivid Memories permanecerá abierta durante cinco meses en continua transformación, presentando las obras más emblemáticas de la colección a lo largo de estos 30 años. Irá acompañada de conciertos y eventos. Sin duda una visita imprescindible si se viaja a la ciudad de París.
- Fundación Cartier. Alain Dominique Perrin. París - - Página Principal -
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- Escrito por Pedro Oriol
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Autor colaborador: Pedro Oriol.
Pintor
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Blanco sobre blanco, menos es más, nos vamos todos convirtiendo al budismo sin enterarnos. Hemos ido matando el deseo y asesinando los cuerpos. Y no al modo dulce y pasivo de los orientales. Aquí no llegamos al nirvana pálido una vez agotado el espectro de color, aquí cuando interiorizamos, llegamos a la sangre y la teñimos de blanco.
Hartos de formalismos, hartos de virtuosismos- para los juegos malabares está el circo-, llevamos cien años haciendo una pira de fuego.
Hemos arrojado a las llamas las cruces y sus maderos, hemos ido quemando todo lo externo, hemos prescindido de la materia por considerarla accesoria y hemos llegado a la nada de Duchamp, a la idea límpida y pura, al vacío final de Oteiza, al vértigo arañado en las cabezas cada vez más diminutas e invisibles de Giacometti, a la carcajada clásica de Picasso, a la pirueta humorística y comercial de Warhol, a la humildad repetida una y otra vez de Morandi.
Hemos quemado la grandilocuencia, esa peste pasada, y nos hemos topado con el muro vacío del absurdo.
Y ponemos cara de incrédulos, de que nada nos importa, de que todo es un juego, un juego muy caro de millones. Algunos se frotan las manos.
Pero en el arte , como en las guerras y en el amor, hay demasiados mártires y demasiados muertos para que nos riamos alegremente.
Sólo los niños juegan en serio.
En los juegos olímpicos pervive hoy la Grecia clásica; cuerpos aún más bellos y recrecidos, la humanidad estilizándose.
El atleta es la representación carnal elevada a su cumbre y nada puede entorpecer la linea de su contorno. ni sombra de sexo. Cuerpos desnudos y depilados, cuerpos en plenitud buscando sus límites, cuerpos sin edad. El discóbolo desnudo y detenido en su belleza, aislado del sufrimiento, ajeno a su coraza musculada, construida para hacer frente al dolor.
Queda la mitología griega olvidada y encerrada en los museos. Hoy se expone la mujer tendida y descubierta junto a los trapos manchados de la pintura de Lucien Freud. Una mujer vista bajo la lupa diseccionadora, la vagina como una herida, el cuerpo despojado de su misterio, la piel desgarrada de superficie.
Y el hombre cualquiera desnudo, el hombre ordinario y peludo, la mirada perdida, su sexo basto, el hombre tendido en el diván del señor Freud, aplastado contra el suelo, asfixiado en su evidencia.
Topografía enfermiza y subterránea, traspasada por unos ojos incisivos y escrutadores, los cuerpos vistos desde una lente inmisericorde, detenidos y vulnerables, ahogados en su propia luz.
Cuerpos de hombres y mujeres pintados por el último grandilocuente, hundidos en una nueva mitología triste y sabia, Edipo y Layo, cuerpos desolados y titánicos de miseria, polvo de ceniza escultórica, ¡Qué lejos Grecia!
Estoy ante los cuadros de Rothko. Y contemplo el espíritu fluyendo en el color ingrávido y sin contornos. Viendo los lienzos de este pintor, pienso que debía de sentirse entre barrotes y que no estaba dispuesto a encarcelar su pintura.
Color licuado, color puro, apenas nada sobre una superficie despojada, ascética, color extendido por aquellas manos antes de la última desesperación, manos que al pintar creían todavía, manos que no encontraron materia en la que salvarse ni cuerpo en el que reconocerse. Manos que cogen los pinceles como cuchillos asesinos de toda envoltura y van ordenando puritanamente el salpicado de la sangre. Sangre violeta, amarilla, azul, sangre oscura que va extendiendo ante nosotros, espectadores alucinados.
Arte que vuelve los ojos hacia dentro, paisajes interiores y cuerpos desmenuzados, arte que no es sino el anuncio de quien prescinde finalmente del oxígeno.
Hemos quemado todo y en el fuego se han ido haciendo cenizas nuestros cuerpos y en el humo se nos ha ido evaporando el espíritu.
Y tendremos que regresar a la carne renovada.
Hasta en la hostia consagrada invocamos al cuerpo.
¡Que vuelvan los cuerpos!
Que alguien nos salve de esta luz ácida.
Que nos acaricie la sombra.
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- Escrito por Pedro Oriol
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Algunas madrugadas, cuando todavía todo es oscuro, bajo al estudio y me siento frente al ventanal. Allí aguardo quieto para ver cómo la luz va devolviendo su peso a las cosas. Es como asistir a una suave resurrección. Vuelve a amanecer.
Se van erigiendo los objetos asidos por la claridad, que avanza lunar entre la penumbra. Se deposita la luz sobre los relieves iluminando lo esencial, tallando el volumen. Luz norte, permanentemente fiel a su frialdad, emancipada de los rayos amarillos del omnipotente sol. Luz integral, preñada de nocturnidad, alumbrando plateada a lo largo del día, rozando el color de cada cosa y derramándose sobre la totalidad.
Es en esa templanza y en ese ritmo cuando se van integrando todos mis tiempos en uno solo pleno: el tiempo de descubrir, el tiempo de comprender, el tiempo de amar. Donde pintar es adivinar y cada movimiento de la mano funde la contemplación en acción.
Se va acabando el día y el estudio gira gradualmente hacia la penumbra. Entre esas dos luces, las cosas, urgentes, se precipitan; y en ese descenso vertiginoso hay un instante detenido, una especie de clarividencia: es la realidad bendiciéndonos con su último resplandor, reinventándose terminal y bella, antes de recogerse de nuevo en la oscuridad.
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- Escrito por Pedro Oriol
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Autor colaborador: Pedro Oriol.
Pintor
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¿Por qué reprochar a un triste su tristeza y a un alegre su alegría?
Cada vez que un destello ilumina una parte, se ensombrece la otra, y en ese movimiento estamos todos contenidos, los oscurecidos y los refulgentes.
Un requiem trasciende nuestro dolor como un himno nos hermana en la alegría.
Un arte sin sombras siempre será un arte plano. ¡Qué simpleza esa que relaciona la alegría con el colorismo y la tristeza con la negritud¡ Qué bellas intenciones las de Renoir, pero que amaneramiento el de su última pintura débil y algodonosa.
Encerrarse entre cuatro paredes ante un lienzo en blanco no es un camino suave. Tampoco un juego vano y decorativo.
Pintar una flor es detener el instante breve de su esplendor, un canto a la vida sobre el filo de la desaparición.
Deberíamos dejar atrás toda impostura, toda teatralidad. La del que ríe simulando y la del que llora implorante.
El arte puede penetrar hasta lo negro más hondo de la tierra o ascender sin peso hasta la plenitud radiante y cegadora del del blanco. Pero siempre llevará en sí la sombra de una muerte invisible que nada tiene que ver con lo cadavérico. Una muerte germinadora y creadora de sucesivas realidades.
El primer trazo es ya un avance cuando pinto sobre oscuro. Parecen surgir las pinceladas, como el origen del universo, de un agujero negro. Hasta la sombra más densa tiene ahí su grado de luz. Y el tránsito hacia la claridad es un viaje a la esperanza.
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- Escrito por Pedro Oriol
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Autor colaborador: Pedro Oriol.
Pintor
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Vuelvo a recordar las palabras de Miltos: "Si lo dejo, me deja"
Esta mañana andando por la calle Mayor, entre la multitud, me fijé en un anciano con el rostro cerúleo, el pelo blanco peinado hacia atrás que dejaba ver una amplia frente de luz. Su delgadez era extrema y su piel translúcida apenas cubría los huesos de su cara. Su mirada perdida tenía un aire perturbador pues uno de sus ojos estaba cubierto por una nube, y la pupila era toda de un blanco mate, como si fuera una perla turbia. Andaba ausente del resto, parecía saborear los últimos momentos de una vida, como un viajero que se despide. Su otro ojo, azul, miraba embelesado hacia arriba, hacia las azoteas amarillas y grises de Madrid.
¡Tenía que haberle parado! Y amablemente decirle que me gustaría pintarlo.
Pero es difícil abordar a las personas. Es difícil exigirles que se sitúen en un plano distinto. Nadie acompaña a un desconocido, a una casa ajena, para que le pinten un retrato.
Sí, yo me sentí hermanado con el hombre del ojo blanco, pero, ¿y él?
Aunque parecía transido en su andar, me hubiera considerado un loco escapado del manicomio, o simplemente se hubiera protegido de un posible peligro.
El arte, sí, es ese otro plano que asusta, está tan cerca de la locura y del crimen y de la transgresión, tan cerca de la santidad.
Sí, Miltos, sí. " SI lo dejo, me deja"
Me siento como un cazador que no ha tenido el valor de seguir a su presa, como un santo que no ha podido abrazar a su hermano.
Vuelvo a la vida gris. Me diluyo. Entro en una pastelería, me endulzo con un pastel. He estado al borde de la fraternidad. Vuelvo al borde de la mediocridad...
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- Escrito por Clelia
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Marlene Dumas es una artista sudafricana, nacida en Ciudad del Cabo en 1953. Durante su infancia residió en Kuilsrivier, Sudáfrica, donde hablaba su lengua materna Afrikáans. Se licenció en Artes Visuales en la Universidad de Ciudad del Cabo en 1975.
Recibió una beca de dos años y se trasladó a vivir a los Países Bajos, convirtiéndose el arte en su forma de expresión. Desde 1976 hasta 1978, trabajó impartiendo enseñanza en Ateliers '63, Haarlem y en otros institutos holandeses. Se dedicó a representar escenas o figuras a partir de archivos de fotografías propias, periódicos y revistas. Sus obras son auténticos retratos de la intimidad, en formatos pequeños, que despojaban los personajes de su entorno público, siempre con críticas de identidad o políticas.
Sus piezas son trampas figurativas que provocan desasosiego, un lenguaje del movimiento que se manifiesta en cada figura. Dibuja con insistencia y ambigüedad rostros de niños y adultos vivos, pero también muertos. En Dumas el grafo es una interpretación propia, con garabatos pero siempre seleccionados o subrayados, creando el sentido en cada color, como lo propone en su pieza “Waiting” de 1988.
Las obras producidas durante treinta años de trayectoria, fueron presentadas en una retrospectiva entre 2007 y 2009 llamada "Relaciones Íntimas". Es reconocida inicialmente en Japón y por primera vez en Sudáfrica, para finalizar en museos de arte de Nueva York, Los Ángeles y Houston.
Marlene Dumas en 1998 recibió el Premio Sandberg, junto a otras distinciones como el Premio de Arte Contemporáneo Coutts y el Príncipe Bernhard. En 2010 la Universidad de Rhodes Grahamstown, Sudáfrica, le otorgó el doctorado honorario de la Facultad de Humanidades y en 2011 recibió el Premio Rolf Choque. Sus creaciones forman parte de las colecciones de instituciones y museos internacionales, como el Centro Pompidou en París o la Tate Gallery, algunas de las cuales conservan sus piezas.
Comenzó a exponer en 1978 en el Museo Stedelijk, Ámsterdam, continuó en Basilea con Documenta 7 en 1982. Su primera exhibición individual fue en 1983 y un año más tarde en el Central Museum de Utrecht. Presentó su serie con collages, obras y textos de su autoría titulada "Ons Tierra Licht Lager dan de Zee", pero fue en 1985 cuando expuso sus pinturas “Ojos de las criaturas de la noche”. Dumas habla de sus piezas en “Dulce Nada” con nombres sorprendentes, textos y comentarios.
Participó en la exposición colectiva Arte de Europa en la Tate Gallery, en Londres durante 1987. Su obra se conoce en Europa y América en 1989 con su muestra “La pregunta de Pink Humano”, a la cual le siguió Documenta 9 en 1992. Con artistas contemporáneos como Gerhard Richter formó parte de Der Spiegel zerbrochene en 1993, y además expuso en Londres en la conocida Galería Frith Street con Thomas Schütte y Juan Muñoz. Representó a Holanda en la Bienal de Venecia en 1995 junto a otras dos mujeres, María Roossen y Marijke van Warmerdam. Participó en exhibiciones pictóricas colectivas relevantes en África y otros países, con “Pintura en el borde del mundo” en 2001 y “La pintura de la vida moderna” en 2007. La última década se ha destacado exponiendo en ciudades como Chicago, Venecia, Tokio, París o Nueva York entre otras.
Dumas se define como “coleccionista de imágenes”. Muestras como “Models” en Salzburgo y “Suspect” en Venecia, nos presentan imágenes de publicidad, modelos, cadáveres y objetos que se transforman en espectáculo. Agrupadas en categorías sus obras son naturalezas artificiales, parodias, deconstrucciones o comentarios, que se dibujan y pintan en acuarela o gouache. Una de sus piezas fue vendida por 2 millones de dólares, titulada "My mother before she became my mother" en el año 2011.
Actualmente tiene fijada su residencia en Ámsterdam, Países Bajos, donde continúa su labor artística. Marlene Dumas expone bajo el título “The Image as Burden” a partir de septiembre de 2014 hasta enero de 2015, en el Museum Stedelijk de Ámsterdam.
Es una gran pintora y artista, que enfatiza el cuerpo humano y el valor psicológico, pintando personas desde que nacen hasta que mueren. El ciclo de la vida manifiesta sus ideas sobre lo social, sexual o racial. Conserva apariencias sin concluir, con trazos de dibujos ligeros, casi ocultos, tal vez dramáticos. Dumas expresa imágenes prestadas, convirtiéndolas en confusas dentro de un terreno oscuro. Por los títulos de sus obras se comprende su grafismo y su lenguaje explícito, donde generalmente trabaja el retrato, además del desnudo que ruboriza al contemplar sus expresivas figuras. Marlene Dumas dice de su arte: "lo que está en juego… no es el medio artístico o su asunto, sino la motivación de los artistas, que se han vuelto sospechosos”.