Alejandra de Argos por Elena Cue

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Bill Viola, el gran artista del video arte neoyorquino expone estos días en el Gran Palais . La exposición tiene carácter retrospectivo ya que recoge trabajos del artista desde los años setenta hasta sus últimos videos.

Las obras de Viola siempre se enfrenta a la vida en mayúscula para hacer de ella el motivo de su trabajo. Los fenómenos naturales, como el fuego, el viento, el agua y la muerte son una constante en su obra. Busca un orden del mundo a través de una armonía sencilla e invisible, que solo el espectador percibe observando reposadamente sus creaciones. Sus montajes nos incitan a salir de nuestra cotidianeidad y entrar en los principios naturales que rigen la existencia tal y como la entendían los griegos. La vida como movimiento y cambio continuo, (La vida es como un río que fluye). El mundo de Viola se presenta ante nosotros para reflexionar sobre quienes somos, donde estamos, hacia donde vamos, y preguntarnos sobre sí realmente percibimos el mundo que nos rodea.

Viola subyuga al espectador a través de veinte trabajos proyectados en más de treinta pantallas que van desde telas superpuestas hasta un políptico de grandes dimensiones. Todas las proyecciones están acompañadas de sonidos que envuelven todos los espacios.

Algunas obras hacen referencia a los grandes maestros de la pintura., En Going Forth By Day, (2002) vemos los fresco de la capilla de San Francisco de Asís del Giotto, en The Quintet of the Astonished (2000) al Bosco, y a Goya en The Sleep of Reason, (1988).

 

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El montaje es increíble, la disposición de los videos en las salas, la luz, los sonidos el recorrido, el ambiente… todo te envuelven de tal manera que te olvidas del tiempo y entras a formar parte del mundo sensorial de Viola. Sencillamente, ¡¡GENIAL!!

 

 

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Grand Palais www.grandpalais.fr‎

 

 

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En el Grand Palais  y en el Musée Rodin. (Hasta el 13 de Julio)

París conmemora los 25 años de la muerte del gran artista neoyorquino Robert Mapplethorpe (1946-1989) con dos exposiciones, una en el Gran Palais y otra  en el Museo Rodan.

El Gran Palais ha reunido más de 250 obras donde el visitante puede disfrutar del trabajo que Mapplethorpe realizó a lo largo de su vida, recorrer las etapas por las que pasó, y descubrir cuales fueron sus obsesiones a la hora de apretar su polaroid o su hasselblad. Obsesionado por la belleza y por crear un mundo sin barreras, estudió la fuerza de la naturaleza en  el cuerpo humano para dejarnos imágenes imborrables de rostros, manos, cuerpos desnudos, … y una delicada serie de flores que imprimen una nota de delicada exquisitez a su trabajo.

A su faceta creativa hay que añadir su trabajo técnico, siempre atento al desarrollo de las últimas novedades ópticas y de revelado. En la exposición se observa como van evolucionando los soportes con los que trabajó. Desde la gelatina de plata para las primeras imágenes en blanco y negro, las  polaroids en color, el fotograbado de los años posteriores hasta su últimas copias en platino impresos sobre papel y lino. Los formatos, en muchos caso de gran tamaño, también son muy importantes a la hora de entender la manera de encuadrar la imagen. En su búsqueda de la perfección lo que realmente le importó fue el resultado, no la fotografía en sí.

El Museo Rodin junto con la Fundación Mapplethorpe ha organizado, coincidiendo con la exposición del Gran Palais, una muestra que busca el diálogo entre estos dos grandes artistas. Cincuenta esculturas de Rodin y ciento dos fotografías de Mapplethorpe, invitan a un recorrido donde se pone de manifiesto la búsqueda de la belleza a través del cuerpo. Mapplethorpe aparece como un escultor de la imagen, que consigue con unos contrastes de luz muy marcados y un posados muy especial de sus modelos, a la manera de los grandes maestros del renacimiento italiano, esa sensación de corporeidad casi mágica.

La heterodoxia del trabajo de Mapplethorpe ha provocado numerosos debates sobre los límites de la obra de arte. Sin duda esta retrospectiva es una ocasión única para descubrir como este americano que comenzó haciendo collages con fotos ajenas, termino siendo uno de los iconos del siglo XX. El mismo con sus autorretratos dejo patente su compromiso personal con la búsqueda de nuevos mundos donde nada está vetado. "I'm looking for the unexpected. I'm looking for things I've never seen before" …

La sala del Gran Palais donde se exponen sus obras más iconoclastas (las imágenes sado-masiquistas) esta vetada a los menores de 18 años. Creo que no hay que pasarla por alto, pues contiene parte de la esencia del artista. Toda su obra esta llena de erotismo, sensualidad y sutileza.

¡No hay que perdérsela!. Entradas por anticipado, sin dudar.

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www.mapplethorpe.org

www.grandpalais.fr/en/event/robert-mapplethorpe‎

www.musee-rodin.fr 

 Actualizado el 18 de Diciembre 2024

Comparto con vosotros lo que, para mí, son las mejores y más interesantes exposiciones en Londres, en este momento. Continúo así la serie iniciada con las Exposiciones en Madrid, y Nueva York, y que completaré en breve añadiendo mis recomendaciones sobre exposiciones en París. Al igual que en artículos anteriores, os recuerdo que esta lista se actualizará periódicamente.

 

 

 

 

 

 

Tate Modern

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Electric Dreams. Art and Technology before the Internet

Hasta el 1 de Junio

  

La exposición 'Sueños Eléctricos. Arte y Tecnología antes de Internet' rinde homenaje a los y las artistas que trabajaron mano a mano con la ciencia para crear nuevos mundos plásticos, desde los pioneros de los años 50 hasta los años 80, cuando Internet cambió el mundo tal y como se conocía entonces. La exposición muestra obras que utilizan electricidad, efectos ópticos, arte cinético, arte digita y arte programado, que a día de hoy siguen generando ensaciones llenas de magia y sensibilidad. La muestra invita a experimentar los entornos sicodélicos de los 50 y los 60, creaods mediantes principios matemáticos, componentes motorizados y procesos industriales innovadores en su momento. Pero también enseña cómo los artistas más radicales hicieron suyo el nacimiento de la tecnología digital, y no dudaron en experimentar con arte creado por máquinas y sistemas informáticos domésticos. Una muestra, sin duda, imprescindible para descubrir una época fundamental para la fusión entre el arte y la ciencia.

 

 

 

    

 

 

 

Separador entre exposiciones Londres 

 

 

 

Barbican

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The Imaginary Institution of India: Art 1975-1998

Hasta el 5 de Enero 

  

El Barbican de Londres abraza el arte de la India durante esta temporada, en una exposición rompedora como pocas y con distintas piezas nunca expuestas antes en el Reino Unido. Con presencia de más de treinta artistas indios, la muestra se centra en dos eventos que transformaron de forma radical la historia y la sociedas del país: la declaración del estado de emergencia en 1975 por parte de Indira Gandhi, y las pruebas nucleares que se realizaron en Pokhran en 1998. El periodo que se extiende entre ambos acontecimientos se caracterizó por la convulsión social, el colapso económico y la rápida urbanización de la nación. Mientras tanto, la vida cotidiana continuaba y los artistas creaban obras que reflejaban los episidios significativos del momento, junto con sus propias experiencias. La exposición refleja esta época, tan convulsa como creativa, mediante un montaje innovador y fascinante que ejemplifica la excelente labor de comisariado del Barbican Centre.

 

 

 

    

 

 

 

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The Royal Academy of Arts

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Michelangelo, Leonardo, Raphael

Hasta el 16 de Febrero

  

El 25 de enero del año 1504, tres enormes talentos del arte se reunieron en la ciudad de Florencia. El objetivo: decidir el emplazamiento del 'David' de Michelangelo, a punto de ser terminado. Junto con el "padre" de la obra, confluyeron también Raphael y Leonardo da Vinci, recién regresado a su Florencia natal. En aquella época, los tres titanes competían por los favores de los mecenas más acaudalados de la ciudad italiana, lo que ocasionó una gran producción de obras maestras. La Royal Academy of Arts recuerda esa época con una exposición que profundiza en la rivalidad profesional entre Michelangelo y Leonardo, y en la enorme influencia que ambos maestros ejercieron en el joven Raphael. Con obras tan célebres como el 'Taddei Tondo' o el 'Cartón de Burlington House' (en la imagen), la exposición incluye también los estudios que Michelangelo y Leonardo da Vinci realizaron para los murales que les encargó el gobierno florentino para el Palazzo Vecchio.

 

 

 

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National Portrait Gallery

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19 enero bacon national portrait gallery

 

Francis Bacon: Human Presence

Hasta el 19 de Enero 

  

Dentro de la vastísima obra del pintor inglés Francis Bacon, los retratos tienen una importancia fundamental. Desde los lienzos que realizó inspirado en amigos y amantes hasta sus famosísimas recreaciones del 'Retrato de Inocencio X' de Velázquez, constituyen una parte fundamental de su trabajo. Son obras que se enfrentaron radicalmente a la concepción tradicional del género, y que a día de hoy siguen siendo fascinantes y profundas. En la exposición 'Presencia Humana', la National Portrait Gallery de Londes reúne 55 pinturas de Bacon realizadas a partir de 1950 en adelante: desde lienzos inspirados en otros artistas, hasta obras a gran escala con rostros transformados de amantes fallecidos o autorretratos. En resumen, una muestra de primer orden, perfecta para redescubrir y disfrutar el trabajo de uno de los maestros más importantes de la pintura contemporánea.

 

 

 

    

 

 

 

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The National Gallery

 

19 enero van gogh national gallery

 

 Van Gogh: Poets and Lovers

Hasta el 19 de Enero 

  

La National Gallery de Londres celebra sus 200 años de vida con una gran exposición sobre Vincent Van Gogh, uno de los artistas más célebres e influyentes en la historia del arte moderno. La muestra es todo un hito en la temporada artística de la capital, ya que mostrará al público los cuadros más célebres del pintor holandés. Obras clave como 'Los girasoles', 'Autorretrato', 'La habitación' o 'Noche estrellada', entre muchas otras, podrán ser admiradas por los visitantes por primera vez en muchos años. Las pinturas irán acompañadas de los extraordinarios dibujos preparatorios del artista, junto con los que conformarán una selección imprescindible para comprobar en vivo la magistral pincelada, la composición y el uso del color que caracterizan la obra del genio preimpresionista.

 

 

 

    

 

 

 

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Tate Modern

 

09 marzo mike kelley

 

Mike Kelley - Ghost and Spirit

Hasta el 9 de Marzo

  

Desde finales de los setenta hasta su fallecimiento en 2012, Mike Kelley genero un diverso cuerpo de obra a través de soportes como el dibujo, el collage, los objetos encontrados, el vídeo y la performance. Esta temporada, la Tate Modern recorre su obra en una gran retrospectiva que atraviesa el trabajo de Kelley desde sus inicios hasta su fallecimiento. La exposición 'Fantasma y Espíritu' muestra al visitante el característico trabajo del artista, desde sus rompedoras esculturas artesanales creadas con peluches hasta instalaciones multimedia como 'Day is Done'. A partir de referencias tomadas de la cultura popular, la contracultura, la literatura y la filosofía, Kelley exploró cómo los roles que adoptamos en la sociedad están enlazados con los hechos históricos, y con los personajes imaginarios de las películas y las imágenes que consumimos.

 

 

 

    

 

  

 

 

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The Courtauld

 

19 enero monet foto anders sune berg

 

The Griffin Catalyst Exhibition

Monet and London. Views of the Thames

Hasta el 19 de Enero 

  

La pintura impresionista de Claude Monet es famosa en todo el mundo por su magistral uso de la luz, el color y la pincelada, y su esencia precursora de la abstraccion. Lo que no es tan conocido es que algunas de sus mejores obras fueron realizadas en Londres, con el río Támesis como fuente de inspiración principal. Una magnífica serie de lienzos extraordinarios, llenos de una atmósfera evocadora e inundados en una misteriosa luz. El artista los pintó durante tres períodos que pasó en la capital inglesa, entre los años 1899 y 1901, y fueron posteriormente expuestas en París en 1904. Hoy, The Courtauld recupera la exposición, comisariada por el propio Monet, en 'Monet y Londres. Vistas del Támesis'. Una muestra de visita obligada que podrá visitarse a tan solo 300 metros del Hotel Savoy, donde fueron realizadas la mayoría de las pinturas. 

 

 

 
 

 

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Tate Britain

 

25 enero alvaro barrington tate

 

Alvaro Barrington: Grace

Hasta el 25 de Enero

  

"GRACE es la reinvención constante de la Cultura Negra y de la actitud aspiracional, bajo condiciones de extranjería. GRACE expora cómo mi abuela, mi madre y mi hermana surgieron graciosamenete en la comunidad caribeña británica". La comisión artística que la Tate Britain organiza cada año apuesta en 2024 por la obra de Alvaro Barrington, una gran instalación con tres secciones que rinde homenaje a las tres miembros de su familia. Como artista, Barrington recoge recuerdos personales que cruzan el tiempo y el espacio y los refleja en esta obra: desde el hogar de su abuela, situado en el Caribe y donde los martillos de los truenos resonaban en el tejado de hojalata, hasta la estruendosa energía del Carnaval. La instalación ocupa las Galerías Duveen del museo, que renacen como espacios vivos a través del color, el sonido y las texturas.

 

 

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 Museo de Luxemburgo Paris 

Josephine.  Museo de Luxemburgo (Hasta el 29 de Junio)

Para los más aficionados al arte clásico una opción sería visitar la exposición de Josephine en el Museo de Luxemburgo, organizada con motivo del bicentenario de la muerte de la emperatriz. 

La muestra es un paseo por la vida de Josefina. Su época en la Martinica (criolla), su matrimonio con Napoleón Bonaparte y su coronación como emperatriz (1804), y su vida posterior como mujer divorciada. La música, la cultura , los viajes, la moda, los jardines  y el coleccionismo son los testigos que avalan la vida de una mujer muy avanzada para su época, e inspiradora de toda una  forma de entender la primera mitad del siglo XIX francés.

Los amantes de la historia y del gusto francés disfrutaran de un paseo memorable, por el legado artístico de esta efímera emperadora (1804-1809) que falleció en 1814. Pinturas, esculturas, mobiliario, cerámicas y servicios de mesa, joyas y piedras preciosas, o su lujoso vestuario recorren las salas del Museo.

 

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www.museeduluxembourg.fr/es/

 

 

 

 

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Retrospectiva de Henri Cartier-Bresson  (1908-2004) en el Centro Pompidou.

La exposición hace un recorrido cronológico del trabajo de uno de las leyendas de la fotografía contemporánea. Su obra se desarrolla estilísticamente en varias etapas bien identificables. Sus comienzos están próximos al movimiento surrealista, para acabar desembocando en una fotografía mucho más comprometida social y políticamente hablando. La guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial, la descolonización y la Guerra Fría, son testimonios de ese compromiso, no solo con la imagen sino también con la palabra. Denunció a los poderosos y acompañó siempre a los mas desfavorecidos. En el año 1947 cofunda la Agencia Magnun, junto con Robert Capa y otros grandes reporteros de guerra, para abandonarla tres décadas después. Durante esta época sus intereses dieron un vuelco importante, el fotoperiodismo, la vida cotidiana, los cambios sociales y los viajes, conformarón un trabajo ecléctico en el que siempre dejó constancia de lo que se ponía delante de sus ojos (los funerales de Gandhi, la muerte de Stalin, retratos de artistas, la sociedad de consumo , etc.). Sus últimas imágenes se vuelven mas intimistas y su poesía más amable. Es un maestro de la composición, con una intuición visual para captar el instante preciso. 

También hay que destacar su incursión en el mundo del cine especialmente su colaboración  con el director francés Jean Renoir.

La obra de Bresson se distribuye en ocho salas y reúne mas de 500 imágenes, donde el visitante puede ver, desde las fotografías más icónicas hasta series prácticamente inéditas, papeles personales, dibujos, pinturas …

 Para cualquier aficionado a la fotografía ver el trabajo de Henri-Cartier Bresson es un aliciente para coger la cámara de fotos y buscar ese instante que el “maestro”, siempre encontró .

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Diego Sánchez Meca - Conocer a un Amigo 1 

Berlín, 6 de septiembre de 2013.

 

Querido Armin,

​También para mí la muerte de Stefan, aunque esperada, ha sido uno de esos golpes del destino que desarbolan el orden de los días. Es verdad que éramos amigos, aunque no es cierto -como dices- que nos conociéramos mucho. En realidad, esta imposibilidad de conocer a un amigo "a fondo" no es, para mí, algo que se constate sólo una vez desaparecido, sino que es una certeza que sobrevive a muchos recuerdos que se terminan yendo por el desagüe del olvido.

​Para empezar, opino que no depende de uno despertar el interés que atrae a los otros hacia ti, como tampoco suprimir las barreras de separación que impiden el encuentro y la relación manteniéndote aislado en la soledad. Stefan y yo nos conocimos en Heidelberg, al inicio de una primavera adelantada y esplendorosa que ponía fin al austero silencio del invierno alemán. Coincidíamos en un seminario sobre los paralogismos kantianos en el que las clases del prof. Martens iban sumiéndonos en un mar de niebla que nos unía a todos. Entonces empezamos a conversar pero como si, además del clamor de los argumentos filosóficos, escuchásemos una voz ineludible surgida de lo más recóndito de nuestra niñez. Quedábamos para estudiar juntos pero también para ir a pescar, descubriendo que lo que nos divertía más era cazar lagartos y ranas con el anzuelo.

​Pronto me di cuenta de que Stefan y yo no eramos afines casi en nada, y esto no sólo porque él fuera alemán y yo español. Era algo mucho más profundo que continuó existiendo incluso después de haber seguido tratándonos más de veinte años. Tal vez nuestra amistad se ha ido alimentando justo de esa diferencia, o sea, de las cosas que cada uno habría deseado tener de todo aquello que veía, imaginaba o admiraba tal vez en el otro. En la amistad hay mucho de recreación imaginativa y afectiva del otro. Recuerdo su brusca reacción cuando un día me vió, por primera vez, hacer sobre la frente la señal de la cruz. Y también recuerdo cómo contesté a los duros monosílabos que salían de su boca como pedradas lanzadas sobre la superficie de una charca. Hasta empezamos a caminar a cierta distancia el uno del otro, como si tratásemos de evitar incluso el contacto de nuestras sombras.

​Y sin embargo, tienes razón cuando afirmas que la amistad y el conocimiento del otro empiezan con una decisión propia de querer llegar a eso. Tal vez hasta es posible que casi se limite a eso, pues este querer es la fuerza del mostrarse y del darse por el simple placer de hacerlo. Ahora bien, ¿qué conocimiento has de tener del otro para que tal decisión se produzca? ¿Ese otro puede ser cualquiera? ¿Por qué este sí y el otro no?

 Diego Sánchez Meca - Conocer a un Amigo 2 

​Aquellos años juveniles en Heidelberg transcurrieron transidos de la mansedumbre que nos mantiene firmes sobre la vida. Los sábados y domingos me despertaba después de las once envuelto en una dulce placidez. Abría las ventanas de mi cuarto, me duchaba sin prisa y bajaba a desayunar no sin antes tocar en la puerta de Stefan para gritarle sin entrar que lo esperaba en la cafetería. A él le gustaba el café muy caliente y sin azúcar, pero la taza se le solía enfriar entre las manos cuando se quedaba absorto en el hilo de la conversación. Y discutíamos como braceando en un agua agitada tratando de alcanzar algo que nunca llegaba a estar al alcance de nuestras manos: "La experiencia propia -le decía yo- es siempre limitada, parcial, inevitablemente subjetiva... ¿Cómo extraer un contenido de saber de esto que merezca la pena? Los filósofos no saben gran cosa porque ninguno habla desde su experiencia, sino desde un castillo de abstracciones que me suscita una invencible perplejidad". Entonces él, apartando la taza del desayuno hacia un lado de la mesa, me contestaba: "No hay que culparles por ello. Seguramente tampoco nosotros seríamos capaces de decir gran cosa desde nuestra experiencia personal. Porque no se puede evitar, por ejemplo cuando se está a gusto con alguien, mostrarse desinhibido, parlotear con espontaneidad viviendo el instante en su inmediatez, sin estar pendiente de pensarlo, de razonarlo, de comprenderlo, de memorizarlo para luego escribirlo. La experiencia vivida desprende una fragancia que no te penetra cuando intentas vivirla desde la intención de convertirla en experiencia escrita".

​Pues tal vez eso es lo que pasa también con la amistad, amigo Armin, de la que, si es buena, ni se habla ni se escribe, sino que sólo se vive mientras está ahí. Tu carta me dejó por eso pensativo. El paso de los años te enseña cómo has de ir dejándote el equipaje por el camino para poder andar más deprisa, recorrer más trayecto, encontrarte con más gente, ver más cosas, aumentar en amplitud y en intensidad el mundo de tu experiencia, esa riqueza espiritual que se sedimenta en el corazón, no en la memoria ni en la razón. Recuerdo el momento en que Stefan y yo nos vimos por última vez en su casa de Friburgo, aquel fatídico día de sol veraniego en el que todo parecía estar al acecho. Habiéndole dicho el médico que podía morir en cualquier momento, me telefoneó para que nos despidiésemos. Insistió en caminar unos pasos por el jardín a lo largo de aquél paseo flanqueado de sauces, de adelfas y de laurel, abanicados por la brisa de la tarde. Él se tapaba el sol haciendo visera con la mano a la vez que se limpiaba un sudor frío que surgía una y otra vez de su frente. Apenas nos dijimos nada, sobrecogidos por una inquietud que espantaba los pensamientos. Cuando empezó a hacerse tarde nos despedimos en el quicio de la puerta, en presencia de su mujer, que sostenía una bandeja con refrescos en la mano. Me lanzó una última mirada de angustia, con el blanco de los ojos enrojecido y lloroso, mientras yo le estrechaba la mano con la mirada en otra parte.

​Una de las cualidades de Stefan era su capacidad para distinguir los matices más delicados de cualquier pensamiento que se le expresaba, su sutileza perceptiva y el refinamiento de su intuición. Esto le permitía señalar enseguida lo que mejor podía reforzar el carácter de verdad de lo que, sin proponérselo, descubría. Me gustaba mucho eso de él, porque era un modo muy elocuente de precisar lo que han tratado de enseñar los planteamientos filosóficos que concluyen en la imposibilidad del conocimiento del otro, incluída su existencia misma. Descartes fue quien inauguró esto con su idea del ego cogitans como sujeto aislado que sólo puede estar seguro de su existencia subjetiva. El problema es que este solipsismo no se ha quedado en una simple pesadilla teórica, sino que ha incidido en la mentalidad moderna y ha llegado a hacer corriente para muchos la idea de que somos “mónadas sin ventanas”, individuos incapacitados para relacionarnos y conocernos. Con las limitaciones que he tratado de expresarte, en realidad no creo que esto sea así en este sentido tan radical. La prueba de ello es que cada día tenemos la evidencia de que, aunque la comunicación tiene sus límites y dificultades, las diferencias y extrañezas entre el mundo del otro y el propio no son sólo una resistencia o una barrera invencible, sino al mismo tiempo la ocasión para aprender cosas nuevas.

​Recibe un abrazo fuerte de tu amigo.

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"Toma mi collar de lágrimas. Te espero en ese lado del tiempo de donde la luz inaugura un reinado dichoso". Octavio Paz, Mariposa de Obsidiana.

En un quiebro de su vida, ella decidió volver a ese hotel. Era una Semana Santa en el sur y la luz era blanca, sobre los pueblos y también sobre un mar que no era bonito, pero llevaba una fina capa de bruma. Y un horizonte cercano.

Había oído los tambores de la madrugada del Jueves Santo como una turista nórdica más, seguía reteniendo, días después la marcha de los legionarios, las notas y la letra de Soy un novio de la muerte y la tarareaba sin cesar. Se había sentado en las escaleras de mármol rosa de la catedral de Málaga al sol, debajo de la torre sin terminar. Había sentido la compañía de la soledad andaluza y se había dejado llevar hasta ese hotel, años después, con la vida muy libre y, quizás, excesivamente cargada de experiencias.

El comedor del desayuno tenía una pared de azulejos portugueses que representaban un antiguo colmado y decoraban el ir y venir de los camareros vestidos de blanco que repartían el café y los molletes en bandejas plateadas. Buceaba entre las hojas de sus periódicos retrasados disfrutando y alargando el momento que más le gustaba del día.

Había salido de su cuarto con un traje largo de flores alegres que se ceñía desde el escote hasta su cintura y llevaba una cesta con sus libros.
Él estaba sentado contra la ventana cuando la vio llegar.

-Clarissa?

Ella levantó los ojos atravesada por esa voz que, en el fondo, sabía que había ido a buscar.

-Peter?

El gesto de su cara, el tono suavísimo de su voz, hicieron que la conversación siguiera en silencio, entre los ojos de ambos y en el estudio fugaz del rostro del otro, en el recorrido por el paso del tiempo.

-Cómo estás? Qué impresión... Son, tres?...sí, tres años ya. Llegaste ayer?... Al hotel?

-Sí, anoche; tarde. Me han dado un cuarto con vistas sobre la piscina y el mar. No he sido capaz de cerrar mi fecha de salida, aún...

Sonrió, disfrazando el temblor de sus manos al abrazar con sus dedos la taza de café caliente.

-Pero...siéntate, por favor!

-Me quedé con el hotel Clarissa. Después de aquello... No era capaz de seguir viviendo en Londres, cerré algunos capítulos de mi vida y me vine. Quería estar aquí y ha resultado que disfruto del negocio, es un trabajo bonito, conoces a gente de paso, he conseguido... rellenar estos años.

-Está precioso, Peter...

El tono de la voz de ambos se aceleraba y se perdía en un montón de convencionalismos mientras sus miradas seguían manteniendo una conversación más profunda, llena de sobresaltos, cuerpo a cuerpo, y en paralelo.

-Cómo estás tú Clarissa?

-Yo?... estoy bien, Peter. Pero... Si, quería...

-Clarissa, Clarissa, perdóname... -Interrumpió, rodeando con mucha delicadeza las manos de Clarissa y la taza- Llevo mucho tiempo pensando en este momento. Si llegaría. En cómo sería. Te debo una explicación. -Peter, yo... No conseguí, no...

El tono de Peter se volvió rotundo.

-No pude aparecer en el aeropuerto esa mañana, Clarissa. Perder ese avión contigo fue perder lo que me quedaba de vida, de ilusión. Había calculado todos los riesgos, todo el sufrimiento que iba a causar a Elisabeth, a los niños. Llevábamos meses hablando de ello, recuerdas?

Clarissa notó como una hoja de acero le entraba por el estómago. Se concentró en mantener la compostura mientras la frase de Peter se repetía una y otra vez en su cabeza. Tomó una decisión y notó cómo un hilo de sudor frío le recorría la frente. Balbució y respiró hondo.

-Si Peter... Si, quizás...

-Déjame seguir Clarissa, -impuso con sus ojos, algo más pequeños pero de un azul que casi invitaba a la compasión-. Estaba este proyecto, este hotel y nuestra vida juntos.

Agachó la cabeza, y levantó la mirada como si no se hubieran separado nunca.

-Beth tuvo una crisis aquella noche, volvió a subirle la fiebre, tuve su cuerpecito hirviendo entre mis brazos. Llevamos a la niña a la clínica. La vi detrás de un cristal. Llena de sondas. Me miró, Clarissa, y me llamó con su voz que yo no alcanzaba a oír.

-No Peter, si yo... Déjalo!

-No te estoy dando sólo una explicación. Estoy tratando de recuperar y compartir contigo parte de la paz que he perdido. Sabrás perdonarme? -Perdonarte? Si, pero yo...

-He pensado en nosotros, en cómo hubiera sido ese reencuentro, ese viaje, cada día de estos años...

Él iba depositando miradas en distintas zonas de su cuello.

-Sí, yo también lo he hecho Peter.

-Y tú? Qué fue de ti? Sigues casada con Richard?

-No. Aquello duró sólo unos meses más. No quise...

Se habían quedado solos en aquel comedor. El sol empezaba a salir entre las nubes negras dejando que el jardín brillara de forma intensa, invitando a salir y oler la lluvia reciente.

-Me gustaría invitarte a cenar esta noche, en el jardín ¿si te parece?

-Gracias Peter. Tengo que hacer unas llamadas. Te dejaré un mensaje en recepción.

Clarissa cerró la puerta de su habitación con todo el peso de su cuerpo. Las manos a los lados de su traje seguían blandas y frías. Se dio media vuelta y apoyó la frente en la madera rugosa de la puerta antigua y la dejó ahí un rato indefinido.

Cerró los ojos y volvió a recorrer, como cada día de aquellos años, la angustiosa sensación de aquellos metros de pasillo, esa madrugada; a notar el peso de cada maleta en su mano y a sentir el alma en vilo. Recordó, otra vez, cómo miró la puerta, luego el picaporte y el ruido que hicieron las maletas cuando las dejó caer en el suelo.

Ella nunca fue al aeropuerto.

Ninguno de los dos sabía que el otro no había aparecido esa mañana. Ambos habían vivido así todos estos años; con la carga de haber destrozado la vida del otro.

Él no lo sabría nunca. Era mejor así.

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